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La polémica sobre Garoña toma la calle para presionar al Gobierno
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La polémica sobre Garoña toma la calle para presionar al Gobierno

Los gritos de "Garoña es segura, continuidad" y "Garoña, cierre ya" sonaban prácticamente al unísono esta mañana en Madrid. El primer lema fue el elegido por el

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La polémica sobre Garoña toma la calle para presionar al Gobierno

Los gritos de "Garoña es segura, continuidad" y "Garoña, cierre ya" sonaban prácticamente al unísono esta mañana en Madrid. El primer lema fue el elegido por el centenar de trabajadores de la central nuclear de Santa María de Garoña que se concentraron a las puertas del Congreso de los Diputados para exigir que la planta burgalesa continúe con su actividad y asegure sus puestos de trabajo. Mientras, el Ministerio de Industria veía cómo representantes de Ecologistas en Acción y Greenpeace pedían justamente lo contrario: el cierre definitivo de la central nuclear.

Una controversia, dos posiciones enfrentadas y una decisión que depende únicamente del Gobierno. El veredicto final no contentará a todos. Si el Ejecutivo finalmente decide cumplir su promesa electoral y echar el cierre en Garoña serán muchas las voces que se manifiesten en contra, tanto los que viven directamente de la central como los defensores de la energía nuclear. Pero según el ministro de Industria, Miguel Sebastián, el cierre de las centrales nucleares sólo se contempla al final de la vida útil de las mismas, "dándose prioridad a la seguridad del suministro, en el marco del máximo consenso social", ha dicho en la sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados.

Los trabajadores de Garoña basan sus reivindicaciones en la defensa de cerca de un millar de puestos de trabajo directos e indirectos que genera la planta y piden a Zapatero "que se olvide de nosotros y nos deje trabajar". Además, insisten en la seguridad de la central de acuerdo con el informe del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) que daba el visto bueno para prorrogar su actividad durante diez años más. "Tenemos una empresa competitiva y segura, como se refleja en el informe del CSN", asegura  Rodolfo Gutiérrez, uno de los trabajadores más antiguos de la planta .

En la misma línea, el secretario confederal de Unión Sindical Obrera (USO), José Vía Inglesias, ha exigido al Gobierno que "abandone las tácticas electorales y los intereses políticos; Garoña es segura y esa es la garantía y la firmeza que nos permite decir que tiene que continuar su actividad".

Pero los empleados de Garoña parecen estar dispuestos a agotar todos sus cartuchos. Por eso, una parte representativa de ellos han 'peregrinado' hasta Bruselas para pedir su apoyo al mismísimo Parlamento Europeo. Allí han sido recibidos por eurodiputados de la Comisión de Energía de varios países como Italia, Inglaterra o Bulgaria, a quienes han expuesto sus razones por las cuales Garoña debe seguir funcionando.

La llave que "cierra" Garoña

Mientras, representantes de Ecologistas en Acción y Greenpeace acudieron al Ministerio de Industria para realizar la entrega simbólica de "la llave que cierra Garoña", la central nuclear de Burgos cuyo permiso de explotación acaba el 5 de julio. Los activistas (una treintena), vestidos con monos blancos y la pancarta "Garoña, cierre ya", se han concentrado frente a las puertas del Departamento que dirige Miguel Sebastián para pedir el cierre de la central de Garoña, una instalación "insegura", "sobradamente amortizada" y "totalmente prescindible", según el coordinador de Ecologistas en Acción, Luis González Reyes.

"El cierre de Garoña sólo perjudica a sus empresas propietarias, Iberdrola y Endesa, que quieren seguir lucrándose con esta central, aun a costa de la seguridad de las personas y el medio ambiente". Por todo ello, ha pedido al Gobierno que cumpla sus compromisos electorales y ordene el cierre inmediato de Garoña.

Los gritos de "Garoña es segura, continuidad" y "Garoña, cierre ya" sonaban prácticamente al unísono esta mañana en Madrid. El primer lema fue el elegido por el centenar de trabajadores de la central nuclear de Santa María de Garoña que se concentraron a las puertas del Congreso de los Diputados para exigir que la planta burgalesa continúe con su actividad y asegure sus puestos de trabajo. Mientras, el Ministerio de Industria veía cómo representantes de Ecologistas en Acción y Greenpeace pedían justamente lo contrario: el cierre definitivo de la central nuclear.