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La gripe aterriza en Israel y Nueva Zelanda y propaga el pánico por Asia
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La gripe aterriza en Israel y Nueva Zelanda y propaga el pánico por Asia

Llegó a Europa por España, donde hoy se ha confirmado un segundo afectado por la gripe porcina, y el virus ha dicho que se queda y

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La gripe aterriza en Israel y Nueva Zelanda y propaga el pánico por Asia

Llegó a Europa por España, donde hoy se ha confirmado un segundo afectado por la gripe porcina, y el virus ha dicho que se queda y que sigue con su particular peregrinación por el mundo. Las sospechas de posibles infectados llegaron al Este de Asia sólo horas después de que la Organización Mundial de la Salud elevase el nivel de alerta, situándolo en un 4 de una escala de seis, reflejando que la expansión del virus es inevitable. A los dos casos confirmados ayer en Reino Unido, hay que añadir a la lista de afectados una persona en Israel y once en Nueva Zelanda, que ha desatado un pánico generalizado en todo el continente asiático.

 

Echando cuentas, son siete países (México, EEUU, Canadá, Nueva Zelanda, España, Reino Unido e Israel) los que han confirmado, hasta el momento, casos de gripe porcina. Gregory Hartl, portavoz de la OMS, ha reconocido esta mañana en rueda de prensa que se desconoce dónde está el origen de este brote. Pese a la rápida expansión de la temida enfermedad, la OMS recomienda precaución en el caso de viajes o desde los países afectados. Si alguien se siente enfermo, no debería viajar. Hartl ha descartado que la enfermedad se contagie por el consumo de carne de cerdo o el contacto con los animales. De momento, los casos de contagio coinciden en pasarse de humano a humano.

 

En México, único país con muertos asociados a la enfermedad, la cifra de fallecidos se elevó a 152 en las últimas horas, aunque el ministro de Salud, José Ángel Córdova, habló anoche por primera vez de un panorama “alentador”, ya que empezaba a decrecer el ritmo de muertes.

 

Estados Unidos suma ya 40 casos confirmados, mientras que Canadá acumula seis. Los casos de Nueva Zelanda son diez miembros de un grupo de estudiantes y profesores que visitaron recientemente México, mientras que otros 43 casos están pendientes del resultado de los análisis de laboratorio. El caso israelita es un joven de 26 años hospitalizado desde el domingo que regresó la semana pasada del país norteamericano. Mientras, Corea del Sur y Tailandia se suman a la larga lista de países con pacientes aislados con síntomas gripales que se pueden convertir en posibles enfermos.

 

Los síntomas entraron por Corea del Sur

 

En un hospital de Corea del Sur, protegido de los focos mediáticos y mantenido en el anonimato, se encuentra el primer paciente con síntomas de “fiebre porcina” que se ha detectado hasta la fecha en este país asiático. Lo cuenta la prensa local y las autoridades de Seúl no confirman, ni desmienten: "Todavía estamos analizando el caso". Mientras, el resto del continente mantiene la respiración. Asia es desde hace décadas caldo de cultivo y casa madre de los virus globales más peligrosos. En 1957, la llamada “gripe asiática”, de proveniencia aviar, mató a más de dos millones de personas. En 1968 estalló en Hong Kong otra cepa asesina, el H3N2, que dejó otro millón de muertos por todo el mundo. En fechas más recientes aparecieron el SARS y la fiebre aviaria. Los epidemiólogos llevan tiempo advirtiendo que este continente, superpoblado de personas y animales domésticos que conviven alegremente en familia, tiene todas las papeletas para convertirse en el escenario perfecto para el inicio de una pandemia letal.

 

Si se confirmara el caso surcoreano, Asia sumaría el decimotercer caso de fiebre porcina hasta la fecha. Muchos países de la región han elevado la alarma incluso por encima de las naciones europeas. Tailandia y Filipinas han decretado una “emergencia sanitaria” y han prohibido la importación de productos porcinos de México, Texas, Kansas y California. Idénticas medidas se han adoptado en China. “Si el virus llega a India y China habrá muchos problemas, debido a la densidad de población y a que la infraestructura sanitaria es insuficiente. Cuando llegue habrá una tasa de transmisión muy alta entre la gente", asegura Guan Yi, un profesor de la Universidad de Hong Kong que estuve en primera línea de batalla durante la contención del SARS en 2003, cuando el gobierno autónomo de la ex colonia británica puso en severa cuarentena a edificios enteros y suspendió por completo la vida pública para frenar la propagación.


Desde aquellos días de 2003 en los que el SARS convirtió Hong Kong en una ciudad fantasma y arruinó su economía, los escáneres térmicos no han parado de medir la temperatura de los viajeros en el aeropuerto internacional. Hasta hace sólo unos días se trataba de una mera rutina burocrática, pero hoy el personal de frontera vuelva a estar alerta y la medida se ha extendido a otras naciones asiáticas. La primera en hacerlo fue Japón, seguida de Tailandia, Singapur, Indonesia y Malasia. Aquellos que, como Vietnam, no cuentan con esta costosa maquinaria, están realizando controles médicos en todos los vuelos procedentes de las zonas afectadas. Las mascarillas, que muchos asiáticos guardan en sus casas como recuerdo de la última emergencia y por precaución, vuelven a cubrir los rostros de los más aprensivos. Mientras, los gobiernos regionales hacen acopio masivo de “tamiflu”, el antiviral al parecer más efectivo. El sector porcino, que en países como China representa el 60 por ciento del consumo de carne, ha empezado a notar ya el pinchazo. “Hoy nadie me pide costillas”, bromea la propietaria de un restaurante chino de Bangkok.

 

La OMS insistió en que el virus detectado en seres humanos “no ha presentado hasta ahora resistencia a los dos fármacos utilizados para tratarlo”, y aconsejó a los gobiernos que se centren en tratar la enfermedad con medicamentos antivirales y no en contener al A/H1N1.

 

 

 

Llegó a Europa por España, donde hoy se ha confirmado un segundo afectado por la gripe porcina, y el virus ha dicho que se queda y que sigue con su particular peregrinación por el mundo. Las sospechas de posibles infectados llegaron al Este de Asia sólo horas después de que la Organización Mundial de la Salud elevase el nivel de alerta, situándolo en un 4 de una escala de seis, reflejando que la expansión del virus es inevitable. A los dos casos confirmados ayer en Reino Unido, hay que añadir a la lista de afectados una persona en Israel y once en Nueva Zelanda, que ha desatado un pánico generalizado en todo el continente asiático.