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El doctor Montes sobre la eutanasia: "Nadie debe ser obligado a vivir cuando es una carga imposible de soportar"
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El doctor Montes sobre la eutanasia: "Nadie debe ser obligado a vivir cuando es una carga imposible de soportar"

El anestesista Luis Montes ha opinado hoy que existe un debate social "sumergido" sobre la muerte y "el morir" que, a su juicio, se debe abordar

Foto: El doctor Montes sobre la eutanasia: "Nadie debe ser obligado a vivir cuando es una carga imposible de soportar"
El doctor Montes sobre la eutanasia: "Nadie debe ser obligado a vivir cuando es una carga imposible de soportar"

El anestesista Luis Montes ha opinado hoy que existe un debate social "sumergido" sobre la muerte y "el morir" que, a su juicio, se debe abordar con "serenidad" y ha defendido una sociedad en la que nadie sea obligado a vivir "cuando la vida se ha convertido en una carga imposible de soportar".

El ex coordinador de Urgencias del Hospital Severo Ochoa de Leganés abrió este lunes el curso que esta semana dirige en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander con un alegato "ideológico" sobre el derecho a la muerte digna, en el que ha incluido una critica a la jerarquía eclesiástica, a las posturas "ultraconservadoras" y al Gobierno de la Comunidad de Madrid.

El doctor Montes fue retirado de su puesto en el Hospital Severo Ochoa, de Leganés, en marzo de 2005 por una supuesta mala praxis en la aplicación de fármacos a pacientes terminales, pero la Audiencia Provincial archivó el caso a finales de enero de este año.

Este anestesista sostiene que el escándalo lo provocó el ex consejero de Sanidad de Madrid Manuel Lamela al hacerse eco de una denuncia "falsa" y considera que, probablemente, su "único efecto positivo" ha sido propiciar un posicionamiento social "a favor de una muerte digna, indolora y sin angustia".

Abrir un debate

Montes ha afirmado que la muerte digna y la asistencia ante la muerte suscita posicionamientos fundamentados "demasiadas veces en la visceralidad frente a la racionalidad", tras lo que ha apostado por abrir un debate sosegado similar al que se ha producido en otros países del entorno "sin que ello haya supuesto el desmoronamiento de la sociedad occidental".

Y ha defendido una postura progresista, que persigue la libertad individual como única forma de alcanzar sociedades libres y en la que ningún grupo se adjudique el derecho a imponer su ideología sobre los demás. "Una sociedad -ha dicho- en la que nadie sea obligado a morir contra su voluntad pero tampoco a vivir cuando la vida se ha convertido en una carga imposible de soportar".

Ese debate debe ser, en su opinión, sosegado, pero no consensuado, porque los derechos no se "consensúan, se conquistan". Bajo su punto de vista, querrán el consenso "quienes durante siglos vienen imponiendo al conjunto de la sociedad sus creencias e imponiendo el derecho a decidir sobre la vida y la muerte", con el objetivo de limitar el "progreso social".

El doctor Montes ha defendido la vida como un derecho -no como "un don y mucho menos una obligación"-, frente a posiciones de "rancia tradición" que consideran al ser humano como un mero usufructuario de la vida y a ésta una propiedad divina cuya administración e interpretación corresponde a la jerarquía eclesial.

Según Montes, el empeño por mantener al ser humano temeroso de su muerte y esclavo de su vida "tiene la premeditada intención de impedir sociedades libres". Y ha criticado las ideologías "ultraconservadoras" que "rebajan al ser humano a la condición de siervo de la divinidad" y repudiado el liberalismo que "estrangula y desprestigia" los servicios públicos esenciales como paso previo para ponerlos en manos de empresas privadas.

A continuación, ha criticado a la Comunidad de Madrid, como parte de ese liberalismo, por dejar los cuidados paliativos en manos de organizaciones confesionales y pactar la presencia de capellanes católicos en los comités de ética y en equipos de atención paliativa.

El anestesista Luis Montes ha opinado hoy que existe un debate social "sumergido" sobre la muerte y "el morir" que, a su juicio, se debe abordar con "serenidad" y ha defendido una sociedad en la que nadie sea obligado a vivir "cuando la vida se ha convertido en una carga imposible de soportar".