El fantasma de Anglés resucita por un confuso documento judicial que le hace preso en Brasil

El pasado jueves, una información se propagó como la pólvora por las redacciones de los principales medios de comunicación: Antonio Anglés, el presunto autor de la muerte de las tres niñas de Alcácer en enero de 1993, estaba preso en una cárcel de Brasil. Horas después, la inesperada noticia era desmentida desde diversas fuentes oficiales de la Policía y de la Guardia Civil, así como desde el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 6 de la localidad valenciana de Alcira, donde aún permanece abierto el sumario 1/93 por el triple crimen.

Sin embargo, la sorprendente información no había salido de la nada. El Confidencial ha tenido acceso a una providencia judicial del pasado 25 de noviembre (ver documento) firmado por la magistrada encargada en estos momentos de instruir dicho sumario, Ángeles Fons Cualladó, en la que desvelaba la existencia de una “nota verbal número 92” que el Ministerio de Asuntos Exteriores de Brasil había hecho llegar recientemente a la Embajada de España en Brasilia en la que solicitaba “información en relación al interés (sic) de las Autoridades españolas sobre la continuación de petición de prisión preventiva con fines de extradición de Antonio Anglés Martíns”.

En el mismo documento, la juez reclamaba a las autoridades del país sudamericano “la continuación de petición de prisión preventiva con fines de extradición de Antonio Anglés Martins, a cuyo fin expídase oficio a la oficina remitente, la Dirección General de Cooperación Internacional del Ministerio de Justicia”.

La confusa redacción de ambos párrafos llevó, según han reconocido a este diario fuentes jurídicas, a que al menos uno de los letrados personados en la causa interpretase que se había producido la inesperada detención del otrora asesino más buscado de España y que así se lo hiciese llegar a sus clientes. Esa información fue, incluso, comunicada a la madre de una de las víctimas y, pronto, llegó a algunos medios de comunicación.

Rápido desmentido oficial

El Ministerio del Interior, a través de los equipos de prensa de Guardia Civil y Policía, desmintió rápidamente la información. Integrantes de los cuerpos que investigaron en su día el caso llegaron a reconocer a este diario su sorpresa tras tener conocimiento de la noticia, aunque negaban insistentemente cualquier veracidad a la misma. Mientras tanto, el juzgado de Alcira aclaraba que su única actividad en el caso en los últimos meses había sido actualizar recientemente la orden internacional de busca y captura a través de una euroorden, una gestión que apuntaban como algo casi burocrático.

A pesar de ello, la Asociación Clara Campoamor, que durante la instrucción del caso ha ejercido la acusación popular, tiene previsto solicitar al juzgado que pida al Ministerio de Asuntos Exteriores español copia de la “nota verbal” de sus colegas brasileños para aclarar dicha confusión. Incluso, no descartan, según han señalado a este diario fuentes de la misma, reclamar a la juez que vuelva a decretar el secreto de sumario sobre la parte que investiga el paradero de Anglés.

Por su parte, agentes de la Policía y la Guardia Civil que a lo largo de los últimos treces años han participado en las investigaciones para capturar al huido han insistido a El Confidencial que “la principal hipótesis que seguimos manejando es que Antonio Anglés murió ahogado cerca de las costas irlandesas después de haber subido en el puerto de Lisboa como polizón a un barco que iba destino a Dublín”. Una hipótesis que, como reconocen, no se convertirá en certeza hasta que no aparezca algún rastro del cadáver, algo “difícil” trece años después de los hechos. El fantasma del asesino más famoso de España pervivirá mientras tanto.