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¿Qué hay detrás de 'Visit Ruanda'? La camiseta más geopolítica de Messi
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"Todo está enlazado"

¿Qué hay detrás de 'Visit Ruanda'? La camiseta más geopolítica de Messi

¿Cómo ha conseguido una de las naciones más pobres del mundo colarse en la equipación del jugador más codiciado del planeta?

Foto: Messi en su presentación en el PSG. (EFE)
Messi en su presentación en el PSG. (EFE)

Con las lágrimas de despedida del Barça ya bien enjugadas, la llegada de Lionel Messi al Paris Saint-Germain ha sido todo sonrisas. “Estamos encantados de su llegada al club", aseguraba Nasser Al-Khelaifi, presidente del club parisino de propiedad catarí, resumiendo la euforia de directivos y aficionados. Una fiesta con un invitado inesperado. En uno de los vídeos publicado por el PSG, el astro argentino aparece pasando el reconocimiento médico ataviado con una camiseta de entrenamiento en la que se puede leer bien claro ‘Visit Rwanda’ ('Visita Ruanda') en la espalda. ¿Cómo ha conseguido una de las naciones más pobres del mundo colarse en la equipación del jugador más codiciado del planeta? Esta es la historia de cómo el fútbol selló la inesperada alianza geopolítica entre Ruanda y Qatar.

Diciembre de 2019. Kigali, capital de Ruanda. El presidente Paul Kagame (21 años en el poder) celebra la cuarta edición de los Premios Internacionales Anticorrupción. En el momento estelar de la ceremonia, Kagame descubre una estatua, una mano abierta que simboliza la lucha contra esta lacra. La obra es una donación personal del jeque Tamim bin Hamad Al Thani, emir de Qatar. Durante la fiesta —a la que también asistió el presidente de la FIFA, Gianni Infantino— el mandatario ruandés, de 63 años, se referirá a Al Thani, de 43, como su "hermano menor".

La estampa en Kigali sirve para entender la esencia de los crecientes lazos entre la pequeña nación centroafricana y el rico emirato del gas. Una relación geopolítica sostenida por inversiones estratégicas y campañas de 'soft power' bien estudiadas, como la que ha permitido un país que ocupa la posición 206 de 225 en PIB per cápita codearse con marcas multimillonarias 'patrocinando' al equipo de fútbol del momento. "Todo está enlazado", asegura Benjamin Augé, investigador del Instituto Francés de Relaciones Internacionales (IFRI), a El Confidencial. "Hay una relación muy amplia entre Ruanda y Qatar en términos de inversiones y proyectos. Qatar quiere ser el mayor inversor en Ruanda", detalla el experto.

¿País pobre, equipo rico?

El acuerdo publicitario entre el PSG y la Rwanda Development Board se concretó a finales de 2019 por unos 10 millones de dólares por dos temporadas, una cifra baja para que suele manejar este mercado. La única otra marca no directamente catarí que ha logrado colarse en la camiseta del PSG de Messi es Accor, sexto grupo hotelero del mundo, por un monto de, según se ha filtrado a los medios, unos 50 millones. Los detalles del contrato con Ruanda no son públicos, pero incluiría el mensaje de 'Visit Rwanda' en la camiseta de entrenamiento del equipo y la aparición esporádica en las vallas digitales del estadio Parque de los Príncipes durante los partidos. Desde entonces, varias estrellas del PSG han visitado los frondosos parques naturales ruandeses y promocionado entusiasmados sus gorilas y cebras bajo la etiqueta #VisitRwanda, por lo que se presupone que también estaría incluido en los términos. Según 'Le Parisien', también se habría pactado que en el estadio del PSG solo se serviría café y té ruandeses.

Esta no ha sido la primera incursión ruandesa en el fútbol europeo. En 2018 llegó a un cuerdo similar con el Arsenal inglés por unos 30 millones de dólares, que incluía estampar el nombre del país en la manga de la camiseta. En esa ocasión, el acuerdo estuvo rodeado de cierta polémica por las críticas de varios parlamentarios británicos, quienes se quejaron de que un país al que se envía ayuda para el desarrollo dedicara parte de esos fondos para patrocinar uno de los clubes de fútbol más ricos del mundo.

La directora ejecutiva del Rwanda Development Board, Clare Akamanzi, fue tajante en su respuesta: "Cualquiera que critique nuestro acuerdo con el Arsenal sobre la base de que Ruanda es pobre o receptora de ayuda para el desarrollo, o quiere que Ruanda siga siéndolo perpetuamente o no entiende que, en cualquier negocio, los gastos de 'marketing' son un componente clave de los gastos de empresa".

Akamanzi sostuvo entonces que este tipo de campañas ayudarían al país a duplicar sus ingresos turísticos, con el objetivo de superar los 800 millones de dólares anuales para 2024, un ingreso clave para esta nación de 12 millones de habitantes y 26.000 kilómetros cuadrados —del tamaño de la Comunidad Valenciana, pero con el doble de población—. La pandemia ha hecho saltar por el aire estas expectativas, por mucha promoción que haga Messi de las bondades del país de las mil colinas y sus gorilas en la niebla. Pero Ruanda y Qatar están pensando a largo plazo.

Es personal... y estratégico

Cinco días después de oficializarse el acuerdo entre el PSG y el Rwanda Development Board, el emir Al Thani aterrizaba en Kigali para anunciar la entrada de Qatar con un 60% en el proyecto de construcción y operación de un nuevo aeropuerto internacional cerca de la capital ruandesa. Con capacidad para siete millones de pasajeros y una inversión prevista de 1.300 millones de dólares, el nuevo aeródromo rubrica cinco años de creciente relación estratégica entre ambas naciones, alentada por la estrecha amistad personal entre el jeque Al Thani y el presidente Kagame.

"Ruanda no es importante en cuanto a tamaño de mercado, pero es una especie de 'hub' en África Oriental para Qatar. [El aeropuerto en Kigali] será la mayor inversión jamás hecha de Qatar en África", explica Augé, quien resalta la insólita prioridad que Qatar está dando a Ruanda en su política exterior, muy por encima de otros países africanos más pujantes. "La relación entre ambos líderes es muy importante. Al Thani respeta mucho al presidente de Ruanda, y el presidente Kagame no pide dinero o donaciones, sino inversiones. No hablan de política: es una relación impulsada por los negocios y la confianza que tienen el uno en el otro".

En 2017, Qatar buscaba romper el bloqueo internacional orquestado por sus vecinos Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos, que acusaban al emirato de apoyar el terrorismo islámico de grupos como Hamás o Hermanos Musulmanes. En su carrera para superar a Emiratos, Doha buscaba escenarios de influencia en varias regiones y Ruanda —en el corazón de África— fue donde cosechó frutos. Un país pobre pero seguro, estable y relativamente menos corrupto que los países de su entorno. En 2020 ocupó la posición 49 del índice de percepción de corrupción de Transparencia Internacional, en el que Kenia se situaba la 124 y España, la 32.

Al proyecto del aeropuerto con el que Ruanda quiere robarle parte del pastel a Etiopía y Kenia de 'hub' logístico regional, se unen las negociaciones para que Qatar adquiera el 49% de la aerolínea bandera RwandAir —la que se utilizaría para el 'Visit Rwanda'—. En paralelo, ambos países han firmado numerosos acuerdos bilaterales que van desde la cooperación fiscal para evitar la doble imposición a turísticos, de agricultura o intercambio tecnológico.

Esos lazos de Ruanda con el capital catarí sin duda facilitan colocar una propaganda así en una de las camisetas más caras del momento. "[El acuerdo entre el PSG y Ruanda] pasó necesariamente por Doha. Ruanda buscaba exposición [mediática] y ya había firmado una asociación similar con el Arsenal, así que el PSG encajaba bien [en la estrategia ruandesa]", afirmaba una fuente del club cercana al acuerdo a 'Le Parisien', en un reportaje de junio de 2020. "Qatar y Ruanda están hablando de muchos temas de inversión. Es bastante natural que el PSG estuviera dentro del paquete a discutir".

Milagro a la ruandesa

Resurgiendo de las cenizas del genocidio étnico, Ruanda lleva años rediseñando con éxito su desarrollo económico y social, al punto que algunos han llegado a hablar del 'milagro ruandés'. Ha disminuido la inseguridad y la corrupción, cuenta con una de las mayores tasas de paridad femeninas en política del mundo —por encima de países europeos— y ha mejorado aspectos de salubridad y medio ambiente en su capital, donde las bolsas de plástico están terminantemente prohibidas. Kagame, calificado por Bill Clinton como “uno de los grandes líderes de nuestro tiempo” y que logró que el presidente Emmanuel Macron pidiera perdón por la participación francesa en "el engranaje que condujo" al genocidio ruandés, es uno de los políticos más admirados en la región.

Pero también tiene sus sombras. Kagame lleva gobernando desde 2000, modificó la Constitución para presentarse a un nuevo mandato en 2017 y ganó las elecciones con un sospechoso 98,8% de los votos. Con un poder casi absoluto, el mandatario ha aumentado la represión contra rivales políticos o disidentes en los últimos años, llegando a perseguirlos fuera de las fronteras ruandesas, como en el caso del héroe de 'Hotel Ruanda', Paul Rusesabagina, arrestado en Dubái. Además, el Gobierno ruandés es uno de los clientes del 'software' de espionaje israelí Pegasus.

La imagen que busca proyectar hacia el exterior es muy distinta. Con el 'Visitad Ruanda' en la camiseta de Messi o en la de Pierre-Emerick Aubameyang promocionan una nación segura para un turismo de aventura de lujo. No cualquiera puede ser mochilero en Ruanda. Un 'tour' para ver los gorilas en su hábitat natural cuesta mínimo 1.500 dólares al día, más del doble que en países vecinos como Uganda. "Apuntan a un tipo de turista muy específico. No es masivo en términos de números totales, pero son turistas que gastan mucho", señala Augé.

Foto: Alice Macharia, del Instituto Jane Goodall, en Uganda. (Cedida)

En 2018, el turismo aportó el 15% del PIB ruandés y, hasta el parón de la pandemia, la tendencia continuaba al alza. ¿Tienen algo que ver las campañas con los clubes deportivos? Según la Rwanda Development Board, una encuesta entre los seguidores del Arsenal mostró cómo se pasó de un 71% que no veía a Ruanda como opción turística antes del acuerdo a un 51% que podría pensarse unas vacaciones en la nación centroafricana. Ruanda ya piensa cómo ampliar su estrategia de inversiones en economía deportiva como herramienta declarada de 'marketing' turístico.

"[Acoger y promover eventos deportivos internacionales] es una forma de diversificar nuestros activos turísticos y aumentar la atracción de Ruanda como lugar para celebrar eventos deportivos, con los ingresos que eso lleva asociado", afirmaba Zephanie Niyonkuru, director ejecutivo adjunto de la Rwanda Development Board, en un reciente reportaje de la CNBC Africa. De momento, los planes ya están dando algunos éxitos materiales, como la decisión de la FIFA de abrir en Ruanda su oficina regional para África del Este, trasladada desde su ubicación original en Etiopía. Y muchos creen que también simbólicos.

"[El acuerdo con el PSG] es realmente una forma de que Kagame envíe un mensaje a la comunidad internacional: un país africano puede invertir en este gran equipo deportivo", defiende Augé. "Somos africanos, pero podemos hacerlo como todos los demás", concluye.

Con las lágrimas de despedida del Barça ya bien enjugadas, la llegada de Lionel Messi al Paris Saint-Germain ha sido todo sonrisas. “Estamos encantados de su llegada al club", aseguraba Nasser Al-Khelaifi, presidente del club parisino de propiedad catarí, resumiendo la euforia de directivos y aficionados. Una fiesta con un invitado inesperado. En uno de los vídeos publicado por el PSG, el astro argentino aparece pasando el reconocimiento médico ataviado con una camiseta de entrenamiento en la que se puede leer bien claro ‘Visit Rwanda’ ('Visita Ruanda') en la espalda. ¿Cómo ha conseguido una de las naciones más pobres del mundo colarse en la equipación del jugador más codiciado del planeta? Esta es la historia de cómo el fútbol selló la inesperada alianza geopolítica entre Ruanda y Qatar.