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Venezuela vota en masa contra Maduro: el 98% rechaza su Asamblea Constituyente
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HAN PARTICIPADO 7.186.170 venezolanos

Venezuela vota en masa contra Maduro: el 98% rechaza su Asamblea Constituyente

Los líderes de la oposición califican lo ocurrido de "hecho histórico". Durante la votación una mujer ha muerto y tres personas han resultado heridas por disparos de paramilitares

Mostrar músculo, enseñar diente. De eso iba la jornada de este domingo en Venezuela, de demostrar quién gana el pulso en las colas –esta vez para votar–, y en las urnas. Para el Gobierno el plebiscito organizado por la oposición es “ilegal e írrito”. En un país acostumbrado a elecciones, tras un atípico tiempo de más de año y medio sin unas, el doble proceso se ha vivido con aires festivos, pero también con la intensidad que está marcando las últimas semanas del país que va más allá de la dicotomía constituyente-consulta popular: la de la lucha existencial, “o tú o yo”, quién sobrevive en este pulso político.

A punto de la medianoche, la oposición daba los resultados del plebiscito. El 98,4% de los participantes votaron a favor de rechazar la formación de la Asamblea Nacional Constituyente que promueve el presidente, Nicolás Maduro, para cambiar la Constitución.Tres preguntas –si se estaba de acuerdo o no con la ANC, sobre el papel de las fuerzas armadas y la renovación de los poderes del Estado–, que 7.186.170 venezolanos contestaron, según el 95% del escrutinio realizado. De esos, 693.789 eran en el exterior.

Foto: La gente hace cola para poder votar en el plebiscito contra Nicolas Maduro. (Reuters)

Desde temprano, la gente se agolpaba en los llamados “puntos soberanos” habilitados por la oposición y la sociedad civil. Todo transcurría tranquilo. Pero a las 2 de la tarde, un tiroteo a un centro de votación opositor por parte de un grupo de motorizados afines al chavismo dejaba un muerto y varios heridos. “Queremos hacer un homenaje a los caídos, a los presos políticos, a los quienes salieron hoy. Mañana diremos qué significa una participación de más de 7 millones de personas”, ha dicho el presidente de la Asamblea Nacional, Julio Borges, tras conocerse los resultados.

"No hay ni arroz. En Miraflores hay cocaína"

En la Universidad Central de Venezuela se instaló el más grande de todo el país, con más de 50 mesas para votar. “No hay arroz, no hay harina y en Miraflores lo que hay es cocaína”, coreaban los estudiantes. O el conocido “Viva la universidad. Fuera la bota militar”.

Gabriela Boyer (22), estudiante de Enfermería, cuenta que acude a votar porque “es importante poder ejercer este derecho, necesitamos la libertad de expresión” y ve la jornada como “un punto de partida para poder cambiar el país”. Habla y se ajusta un casco, el que suele llevar a las manifestaciones para distinguirse como para de las Brigadas Azules, que dan primeros auxilios a los heridos. Sobre el simulacro hecho por el Gobierno dice que “cada uno que elija lo que quiere, que decida qué quiere para su país”.

En La Vega, un sector popular del oeste de Caracas, la cola se extiende y se colorea con gorras tricolor, banderas de Venezuela, camisetas de la selección venezolana, carteles con el “Sí Sí Sí” en referencia a las respuestas que se estaban promoviendo en la consulta. Doménico Caló lleva a un carrito similar a uno de compra, pero en él arrastra una máquina. Es la bomba que necesita su padre, Michelle (79) para respirar. “Mi padre ha venido voluntariamente a expresar su voluntad, a pesar de su enfermedad, que se le agravó por la falta de medicamentos en el país”. A su lado, su padre camina a duras penas con una sonda en la nariz.

placeholder Recuento de votos en Caracas (Venezuela). (Efe)
Recuento de votos en Caracas (Venezuela). (Efe)

En otra parte de Caracas, en el 23 de enero, que fuera bastión del chavismo hasta las eleciones parlamentarias de 2015 –las últimas celebradas en el país–, una señora da unas palabras a través de un micrófono. “Quién dijo que no hay Constituyente. Sí va. Felicitaciones a la gente que está en la cola”. El animador, bajo un pequeño toldo rojo con una bandera del PSUV, toma de nuevo el micrófono. En los altavoces resuena: “Ellos quieren un día del niño lleno de sangre y muerte. Nosotros tenemos actividades para recrear a los niños. ¿Qué harán los opositores? Darles bombas molotov y prenderse candela”.

De repente, franqueado por varios escoltas, llega Valentín Santana, líder del colectivo La Piedrita. Tiene (a no ser que las hayan eliminado) tres órdenes de captura fechadas en enero de 2009, enero 2007 y 24 de marzo de 2008. El mismo Chávez ordenó investigarlo. Es candidato a la Asamblea Nacional Constituyente. Cuenta a El Confidencial que con la ANC “estamos defendiendo nuestra patria uy la revolución, cumpliendo con la orden del Comandante y de Nicolás Maduro”.

Para Santana, la ANC no quiebra el legado de Chávez, “no cambia nada, beneficia y fortalece la Constitución Bolivariana. Estamos en una actividad que es un proceso democrático, revolucionario. Hay que salir a votar el 30 con alegría”. Sobre la oposición y la consulta popular organizada por ellos, dice que “andan matando gente, trancando calle, pero el único que está en la calle de verdad es el chavismo. Ellos mismos se trancan (encierran)”.

"Les vamos a dar una paliza (en las urnas)”

Suena la canción “La Constituyente va”, el jingle en apoyo del proceso del 30 de julio. Las camisetas rojas, las efigies de Chávez, la propaganda de las Misiones. En la entrada del centro, el mismo donde votaba Chávez, un mural de Bolívar sentencia con una frase: “Se puede perder todas las batallas, menos la última”.

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Diego Espinosa (30) participa en la Misión Alimentación. Acude al simulacro para apoyar la Constituyente porque “es un modo de apoyar todas las misiones, el legado del Comandante, los derechos del pueblo”.

Unos metros atrás, un grupo de jubiladas espera su turno con el tarjetón electoral en la mano. “No sé de qué va, no sé que´se debatirá en la Constituyente, me invitaron a venir, pero aspiro a que sea mejor que ahora”, dice una de ellas. Otra, Luisa Rodríguez (65) dice que es importante “no dejarles nada a esos escuálidos (oposición), esos no van p'al baile. Les vamos a dar una paliza (en las urnas)”.

Colas, colas y más colas en ambos lados. Colas de personas que no se reconocen. Colas para mostrar músculo con resultados que se desconocerán mutuamente. Resultados, dados o no, que este lunes cada cual analizará de un modo. De un lado se dirá que fue fingido, del otro que inducido. En cualquier caso, este domingo 16 de julio, Venezuela salió a votar –o a simular que lo hacía– masivamente después de año y medio sin hacerlo.

Mostrar músculo, enseñar diente. De eso iba la jornada de este domingo en Venezuela, de demostrar quién gana el pulso en las colas –esta vez para votar–, y en las urnas. Para el Gobierno el plebiscito organizado por la oposición es “ilegal e írrito”. En un país acostumbrado a elecciones, tras un atípico tiempo de más de año y medio sin unas, el doble proceso se ha vivido con aires festivos, pero también con la intensidad que está marcando las últimas semanas del país que va más allá de la dicotomía constituyente-consulta popular: la de la lucha existencial, “o tú o yo”, quién sobrevive en este pulso político.

Nicolás Maduro