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La UE pone fin a dos décadas de “posición común” hacia Cuba, que impulsó Aznar
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El acuerdo se aplicará ya de manera provisional

La UE pone fin a dos décadas de “posición común” hacia Cuba, que impulsó Aznar

Bruselas justifica que con el Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación entre Cuba y la Unión Europea “la UE muestra su disposición a apoyar el proceso de modernización económica y social de Cuba”

Foto: Varios eurodiputados votan sobre el acuerdo de diálogo UE-Cuba en el Parlamento Europeo en Estrasburgo. (EFE)
Varios eurodiputados votan sobre el acuerdo de diálogo UE-Cuba en el Parlamento Europeo en Estrasburgo. (EFE)

Dos décadas de distanciamiento entre la Unión Europea y Cuba llegan a su fin. El Parlamento Europeo ha aprobado hoy el acuerdo de cooperación firmado entre ambas partes, que entierra los más de veinte años de la llamada “posición común” europea. Una medida impuesta unilateralmente por el bloque, a iniciativa del expresidente español José María Aznar, que convirtió Cuba en uno de sus caballos de batalla desde que accedió al poder. "No haremos nada para fortalecer a Castro", dijo entonces Aznar.

El acuerdo, que se aplicará ya de manera provisional pero debe ser aún ratificado por los todos los países europeos, marca un punto y aparte en las relaciones entre la UE y Cuba. Si desde finales de 1996 se condicionaba todo acuerdo con La Habana a que el régimen liderado por Fidel Castro se democratizara y respetara los derechos humanos, los tibios avances puestos en marcha por su hermano Raúl en los últimos años ha propiciado la adopción de una postura más flexible por parte de los europeos.

Ahora, la UE apuesta por priorizar la cooperación y el diálogo político con el único país latinoamericano con el que no tenía ningún tipo de pacto. Bruselas justifica que con el Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación entre Cuba y la Unión Europea “la UE muestra su disposición a apoyar el proceso de modernización económica y social de Cuba”, en palabras de la jefa de la diplomacia comunitaria, Federica Mogherini. Sin embargo, los críticos temen que el pacto sea una válvula de escape política y económica que permita al régimen cubano perpetuase sin llevar a cabo reformas democráticas sustanciales.

No olvidar los Derechos Humanos

Una de las cuestiones más espinosas en las relaciones entre la UE y Cuba son los derechos humanos. Y es que mientras los europeos creen en la adopción universal de derechos como la libertad de expresión, mientras que La Habana mantiene importantes restricciones políticas, mantiene a su población al margen de la revolución digital o incluso les prohibe navegar, mientras los cada vez más numerosos turistas llegan a sus costas a bordo de enormes cruceros.

La cuestión clave es cómo promover los cambios en un régimen que se ha mantenido décadas en el poder sin un acercamiento real hacia la democracia. Y la UE apuesta ahora por el diálogo, tras dos décadas dando la espalda a la isla. La eurodiputada socialista Elena Valenciano, ponente del texto en la Eurocámara, se ha mostrado convencida de que el acuerdo suma, en lugar de restar, ya que abre un diálogo “abierto y franco” sobre temas tan espinosos como la detención de opositores políticos.

​Trump: el frío, tras el deshielo

2016 ha sido un año clave para Cuba. No solo porque los cubanos han despedido a Fidel Castro, el hombre que ha regido su destino desde la revolución de 1959, incluso desde que cediera la primera línea de mando a su hermano Raúl hace una década. También será recordado como el año en el que un presidente norteamericano -Barack Obama- pisaba el “Caimán verde” por primera vez en 88 años. Pero 2017 ha mostrado que los cambios pueden llegar, pero quizás, dando dos pasos adelante y uno hacia atrás.

El deshielo impulsado por Obama llegó en un momento dado a crear una sensación de urgencia, nunca explicita, en Bruselas. Una suerte de carrera por ser los primeros en concretar un deshielo que pusiese a Cuba rumbo hacia la democratización. Sin embargo, la llegada de Donald Trump a a la Casa Blanca ha puesto fin al acercamiento norteamericano. Mientras La Habana hacía saber a la administración americana que estaban listos para cerrar un acuerdo, Trump anunciaba que ponía fin al acercamiento entre ambas partes. “Nuestra política buscará un acuerdo mucho mejor para el pueblo cubano y para Estados Unidos”, aseguró hace dos semanas el presidente estadounidense.

Este anuncio ha rebajado las expectativas sobre un entendimiento que pudiera poner fin a la hostilidad entre dos vecinos que se consideran enemigos y, también, al embargo estadounidense. Una medida de carácter extraterritorial, sellada en la ley Helms-Burton de 1996, se observa con preocupación desde el otro lado del Atlántico, debido a su impacto sobre la población cubana y, además, la actividad de las empresas europeas en suelo cubano. No obstante, en un momento en que las relaciones entre EEUU y Europa pasan por su momento más bajo en décadas, los eurodiputados han evitado exigir explícitamente a Washington que lo retire.

​¿Un cordón umbilical para Cuba?

Tras el cambio de rumbo de la Casa Blanca, cobra mayor relevancia el acercamiento entre la Unión Europea y Cuba. “La UE debe jugar un papel clave de apuntalamiento del nuevo escenario, para ayudar a consolidar y avanzar definitivamente en los cambios impulsados por Obama”, ha asegurado el eurodiputado de ICV, Ernest Urtasun.

Es difícil prever cómo reaccionará La Habana a la política de Trump. Pero el año próximo tiene previsto celebrar elecciones ante la anunciada retirada de Raúl Castro, una oportunidad para avanzar hacia una transición. Por eso, ahora “Europa tiene la gran oportunidad de demostrar a los Estados Unidos, que pretende retroceder, que es posible mantener el máximo nivel de exigencia con el máximo nivel de cumplimiento”, según Valenciano.

Queda por ver si hay la suficiente voluntad en ambas partes para seguir aprovechar el nuevo lazo tendido sobre el Atlántico para promover cambios de calado en Cuba. Algo que, como diría el humorista cubano “Pánfilo” (Luis Silva), “no es fácil… pero tampoco es difícil”, o al menos, ahora no es imposible.

Dos décadas de distanciamiento entre la Unión Europea y Cuba llegan a su fin. El Parlamento Europeo ha aprobado hoy el acuerdo de cooperación firmado entre ambas partes, que entierra los más de veinte años de la llamada “posición común” europea. Una medida impuesta unilateralmente por el bloque, a iniciativa del expresidente español José María Aznar, que convirtió Cuba en uno de sus caballos de batalla desde que accedió al poder. "No haremos nada para fortalecer a Castro", dijo entonces Aznar.

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