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El veto migratorio, ¿una victoria de Trump?
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el supremo levanta parcialmente el bloqueo

El veto migratorio, ¿una victoria de Trump?

La victoria parcial de Trump obliga a la Administración a completar su revisión de los procedimientos y razones para implantar el veto. Y este extremo podría conducir al fin definitivo de la medida

Foto: El presidente Trump junto a la Primera Dama durante una visita oficial del primer ministro de India, Narendra Modi, a Washington. (Reuters)
El presidente Trump junto a la Primera Dama durante una visita oficial del primer ministro de India, Narendra Modi, a Washington. (Reuters)

"La decisión unánime del Tribunal Supremo es una victoria clara para nuestra seguridad nacional". Así celebraba el presidente Donald Trump el hecho de que el máximo tribunal permita la entrada en vigor de ciertas partes de su veto migratorio contra seis países de mayoría musulmana. Una victoria parcial en su mayor batalla legal desde que llegó a la Casa Blanca. Pero el impacto es mucho menos severo que la versión inicial de la medida que proclamó Trump el 6 de marzo para anular durante 120 días el programa de acogida de refugiados y prohibir durante 90 días el ingreso a EEUU de los ciudadanos de Irán, Somalia, Sudán, Siria, el Yemen y Libia.

En primer lugar, porque el Supremo permite a Trump vetar la entrada en Estados Unidos solo a ciudadanos de esos seis países "que no tenga ninguna relación genuina con una persona o entidad en los Estados Unidos". También obliga a la Administración Trump a completar su revisión de los procedimientos y argumentos para implantar el veto. Y este extremo, según analistas citados por 'The Washington Post', podría conducir al fin definitivo del veto migratorio, porque el Gobierno ha planteado el veto como una medida temporal diseñada para aliviar "la carga de la investigación" de las fuerzas de seguridad mientras evalúan qué tipo de información necesitan sobre viajeros que pretenden entrar en EEUU.

Tras la revisión de su orden ejecutiva, el veto afecta ahora a la emisión de nuevos visados para ciudadanos de seis países. Esto significa que nadie debería ser 'bloqueado' en un aeropuerto estadounidense, simplemente se le denegará el visado. Por ahora, quien no sea ciudadano estadounidense pero tenga un familiar en EEUU, haya trabajado para una empresa estadounidense o haya sido admitido en una universidad norteamericana tiene muchas posibilidades de obtener un visado. Pero si intenta entrar como visitante o a través de las diversas modalidades del programa de visados, probablemente no pueda acceder a territorio norteamericano.

Por tanto, la decisión de los jueces afecta sobre todo a los refugiados, que por definición están huyendo de sus países de origen y, en teoría, no tienen por qué tener ninguna relación con EEUU. "Como presidente, no puedo permitir que entre en nuestro país gente que quiere hacernos daño. Quiero a gente que pueda amar a Estados Unidos y a todos sus ciudadanos, y que vayan a trabajar duro y ser productivos", subrayó ayer Trump, que emitió su veto supuestamente para frenar el terrorismo yihadista.

Foto: Jóvenes británicas musulmanas caminan por un parque cercano a su colegio en Hackney, al este de Londres. (Reuters)

El Supremo estudiará la legalidad del veto durante su próximo período judicial, que comienza el primer lunes de octubre de 2017 y terminará en junio de 2018. Cuando llegue el momento de la sentencia final, la Administración deberá presentar razones creíbles para imponer un veto migratorio. "Si (la Administración) no ofrece una respuesta el primer día de presentación oral de argumentos sobre los motivos que justifican mantener este veto, la corte suprema será mucho más escéptica sobre las razones del Gobierno para diseñar este veto", señalan fuentes del Partido Demócrata al 'Washington Post'.

Trump trató de imponer su veto por primera vez el 27 de enero, cuando firmó una orden ejecutiva que entró en vigor de manera inmediata y sembró el caos en aeropuertos de todo el mundo. Ese veto fue bloqueado por la Justicia y, entonces, el 6 de marzo, Trump firmó una nueva orden que, a diferencia de la anterior, dejaba fuera a los ciudadanos de Irak y modificaba la provisión sobre refugiados sirios al prohibir su entrada al país durante 120 días y no de manera indefinida, como establecía el veto original.

Esa segunda orden nunca llegó a entrar en vigor porque fue bloqueada primero por jueces en Hawái y Maryland y, luego, por el Tribunal de Apelaciones del Distrito Cuarto, en Richmond (Virginia), y el Tribunal del Distrito Noveno, con sede en San Francisco (California). Estos tribunales de apelaciones, instancia inferior al Supremo, bloquearon la implementación de la orden porque consideraron que podría suponer un abuso de poder del presidente y porque supuestamente discrimina a los musulmanes como minoría religiosa, lo que viola la Constitución de EEUU.

¿Por qué es una victoria parcial?

El presidente no vería la decisión del Supremo como una "victoria" si los jueces de Hawái y Maryland no hubiesen paralizado el veto en sus primeros días de aplicación. La narrativa sería ahora que la máxima instancia judicial ha 'congelado' partes del veto migratorio inicial. Por otra parte, la polémica en EEUU se centra en si Trump sobrepasó su funciones constitucionales con la orden ejecutiva para imponer el veto migratorio, pero no en si la medida ha sido aplicada con éxito o es popular. De hecho, una reciente encuesta muestra que el 52% de los estadounidenses se oponen al veto.

El Supremo ha levantado el bloqueo judicial sobre una versión revisada y menos severa que el veto original. Y, hace solo unas semanas, Trump mostró en las redes sociales su descontento con la versión 2.0. "El Departamento de Justicia debería haberse quedado con el Veto Migratorio original, no con esta versión diluida, políticamente correcta que presentó al TS", escribió en Twitter. Si el propio presidente sugiere que esta es una versión 'aguada', ¿supone una victoria para su Administración?

"La decisión unánime del Tribunal Supremo es una victoria clara para nuestra seguridad nacional". Así celebraba el presidente Donald Trump el hecho de que el máximo tribunal permita la entrada en vigor de ciertas partes de su veto migratorio contra seis países de mayoría musulmana. Una victoria parcial en su mayor batalla legal desde que llegó a la Casa Blanca. Pero el impacto es mucho menos severo que la versión inicial de la medida que proclamó Trump el 6 de marzo para anular durante 120 días el programa de acogida de refugiados y prohibir durante 90 días el ingreso a EEUU de los ciudadanos de Irán, Somalia, Sudán, Siria, el Yemen y Libia.

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