Cinco meses para ver si Barcelona o Madrid se quedan con las agencias de Londres

Cuatro minutos han bastado a los líderes europeos para tomar una decisión sobre los cuatro pasos que se darán, en los próximos cinco meses, para decidir si Barcelona se hace o no con la Agencia Europea de Medicamentos (AEMA). Y, en su caso, si Madrid logrará albergar la Agencia Europea Bancaria (EBA)... lo que no será posible si la ciudad condal se lleva el gato al agua.

Así lo han decidido los Veintisiete líderes europeos el jueves, cuando han marcado las pautas para decidir -sin llegar a las manos- quién se queda con las codiciadas agencias.

Además de la ciudad condal, varias ciudades han hecho públicas sus aspiraciones sobre la AEMA, como Amsterdam, Milán, Copenhague, Boon, Bratislava, Estocolmo y Viena. Y, en el caso de la EBA, se han movilizado pesos pesados como Fráncfort -sede del BCE- o París. Pero no será hasta el 31 de Julio, la fecha límite establecida hoy para presentar las candidaturas oficiales, cuando se conozcan las verdaderas competidoras. Como detalle curioso, los líderes animan a las ciudades a que presenten un video “corto” defendiendo su oferta.

Tras la pausa estival, en septiembre, la Comisión Europea presentará un análisis de cada una de las candidaturas. En ella, explicará si cumplen o no con los seis criterios con los que se medirá la fortaleza de las ofertas puestas sobre la mesa, pero ninguna será eliminada.

Los criterios: servicios, eficacia y reparto justo

Se trata de que se pueda hacer la mudanza tan rápido como sea posible, que se facilite el trabajo de las agencias -por ejemplo, con sectores relacionados ya basados en la ciudad-, que tenga buena accesibilidad -con transportes, alojamientos, etc-, que cuente con infraestructuras educativas adecuadas para los hijos de los empleados en las agencias, que los familiares puedan acceder al mercado laboral, la sanidad y otros servicios.

El criterio más delicado es el del reparto por países: desde 2003 se estableció que, una vez se creasen nuevas agencias, sería conveniente que éstas se localizasen en los países que han accedido más recientemente a la Unión o que tienen menos organismos europeos. Lo que, por ejemplo, va en contra de las aspiraciones de Barcelona sobre la AEMA o de Fráncfort sobre la EBA. No obstante, estas dos agencias no son estrictamente nuevas y ya estaban localizadas en un gran país, por lo que podría argumentarse que este criterio tiene menos peso.

Una decisión también política

Bruselas no hará una “lista corta”, tal y como pedía Italia, ni eliminará a priori a ninguna de las aspirantes, aunque algunas quedarán claramente rezagadas tras la evaluación. Ésta servirá de base para la tercera fase del proceso: una discusión política entre los ministros o embajadores europeos en el Consejo de Asuntos Generales, siempre a Veintisiete.

España se apunta un tanto, ya que estaba interesada en que se mantuviera este debate político, que no estaba previsto en un inicio. De manera excepcional, este debate será presidido por Juri Ratas, el primer ministro de Estonia, el país que presidirá el Consejo de la UE durante el segundo semestre de este año. Ratas será el encargado de explicar a sus homólogos europeos cómo se desarrolló la discusión durante la cumbre de líderes europeos que se celebrará en octubre. No obstante, por el momento no se espera que estos entren a discutir las candidaturas.

Si Barcelona gana, Madrid pierde

No será hasta noviembre cuando se conozca la ganadora, tanto en el caso de la EBA, como la AEMA. Volverá a corresponder a los ministros del Consejo de Asuntos Generales culminar la decisión, con un voto. Primero se elegirá la sede de la Agencia de los Medicamentos, de manera que si Barcelona lograra imponerse, sería buenas noticias para España en su conjunto… pero malas para Madrid, que quedaría automáticamente eliminada. Y es que ningún país podrá quedarse con las dos agencias.