La bomba que detonó el terrorista de Bruselas llevaba "clavos y botellas de gas"

Algo salió mal en el atentado que trató de causar una nueva matanza en Bruselas. El terrorista trató de hacer explotar “una gran bomba” en los pasillos de una de las estaciones más concurridas de la ciudad, tal y como ha explicado el ministro de Interior belga, Jan Jambon, a varios medios. Sin embargo, el atacante -que aún no se sabe si actuó solo o bajo el amparo de un grupo- no logró causar ningún herido, ni apenas daños materiales. Un fracaso que ha permitido a los belgas, de adopción y nacimiento, digerir con naturalidad el segundo ataque que sufren en poco más de un año.

La Fiscalía federal belga confirmó este miércoles que el presunto terrorista es un marroquí de 36 años vecino del barrio bruselense de Molenbeek, a lo que se suma la información de varios medios locales que apuntan a que estaba fichado por la policía por delitos sexuales. El portavoz del Ministerio público Eric Van der Sypt informó además de que la maleta que detonó el atacante llevaba "clavos y pequeñas botellas de gas", pero que no portaba ni armas de fuego ni cuchillos, ni tampoco un cinturón con explosivos, como apuntaron medios locales en un primer momento.

"Hemos tenido la suerte de que era un amateur"

"Nos estamos acostumbrando". Lo dice Javier Bernal, español afincado en Bruselas desde hace casi una década. Una sensación que comparten buena parte de los bruselenses, que retomaron su vida normal poco después del ataque. El calor pudo más que el terror, y cerca de la medianoche las terrazas de las calles adyacentes a la Grand Place estaban animadas. Tampoco se prevé cancelar el concierto de Cold Play que tendrá lugar esta noche en Bruselas, donde los asistentes podrán corear el “Viva la vida” rodeados de una mayor seguridad.

Bruselas no es ya la ciudad que era en noviembre de 2015, cuando se decretó un bloqueo en el centro de la ciudad tras los atentados que dejaron 130 fallecidos en París. A ello contribuye el buen desenlace de un ataque que no ha dejado imágenes de pánico, ni de heridos, aunque los presentes en la estación están “bien físicamente, menos bien psicológicamente”, según han declarado tres presentes al diario Dernière Heure.

“Hemos tenido suerte de que era un amateur”, afirma a la RTL un viajero que se encontraba esta mañana desde la propia Gare Central. Otra mujer mostraba a la cadena su resignación, tras la serie de atentados que ha sufrido Europa. “Sabemos que tarde o temprano van a atacar”, dice.

Felicitaciones a las fuerzas de seguridad

La intervención de las fuerzas de seguridad ha sido clave para evitar una tragedia. Y, tras meses en los que han soportado duras críticas y un fuerte cuestionamiento interno y externo, hoy se celebra su presencia en las calles, una medida no exenta de polémica. El alcalde designado de Bruselas, Philippe Close, les ha felicitado por su ¨profesionalidad” y ha aprovechado para pedir que se refuercen la seguridad de la ciudad con 200 policías más en su área central.

A la espera de conocer las decisiones del Consejo de Seguridad de Bélgica, convocado esta mañana, se espera que se refuercen las medidas de seguridad. En primer lugar, de cara a la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno que se celebra este jueves y viernes en la capital europea. Pero también para tratar de transmitir seguridad a los más de 10 millones de turistas que cada año visitan la ciudad, un número que descendió notablemente tras los ataques de marzo de 2016 que costaron la vida a 32 personas, y que podría verse de nuevo afectado por un ataque perpetrado en el arranque de la temporada estival.