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Comienzan las negociaciones del Brexit: estas son las tres prioridades para la UE
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21 meses para un difícil acuerdo

Comienzan las negociaciones del Brexit: estas son las tres prioridades para la UE

El cara a cara entre Barnier y Davis marca el pistoletazo oficial de salida de unas negociaciones a contrarreloj, para las que apenas se cuenta con 21 meses

Foto: El negociador jefe de la UE, Michael Barnier, junto a su homólogo británico, David Davis, en Bruselas. (Reuters)
El negociador jefe de la UE, Michael Barnier, junto a su homólogo británico, David Davis, en Bruselas. (Reuters)

Después de perder tres meses, y varios escaños, el Gobierno británico se siente al fin preparado para sentarse a negociar. En la mesa esperaba el negociador jefe de la UE, Michel Barnier, que este lunes ha recibido a su homólogo británico, David Davis, en Bruselas. Un primer cara a cara que no se espera que vaya más allá de marcar el pistoletazo oficial de salida y sentar las bases sobre las que se desarrollarán las conversaciones a contrarreloj, para las que apenas se cuenta con 21 meses.

“Espero que hoy podamos identificar las prioridades y un calendario”, ha señalado Barnier tras el apretón de manos con el que ha saludado a Davis. El objetivo de las negociaciones es lograr un entendimiento tanto en los detalles de su divorcio —lo que incluye la peliaguda cuestión de cuánto dinero tiene que dejar Reino Unido a sus socios para honrar los compromisos que asumió como socio de la UE— como en los términos de un nuevo acuerdo que regule en un futuro las relaciones entre el continente y el archipiélago.

“Empezamos una nueva fase en nuestro trabajo para construir una asociación especial, nueva y profunda con la UE”, ha asegurado Davis. Aunque ambos negociadores se han intercambiado palabras amables y gestos de cordialidad, a nadie se le escapa que las conversaciones serán difíciles. “Nos esperan tiempos complicados, pero haremos todo lo posible por lograr un acuerdo que vaya en el interés de nuestros ciudadanos”, ha dicho Davis.

La UE, firme en sus prioridades

Precisamente, los ciudadanos son una de las tres prioridades para la Unión Europea, que exige a Londres que aclare en una primera fase cómo se van a garantizar los derechos de los europeos que viven en suelo británico, y viceversa, antes de proseguir hacia otras cuestiones. Pero también exige encontrar una fórmula que permita, respetando los acuerdos del Viernes Santo, establecer controles en la frontera entre Irlanda e Irlanda del Norte, que quedará fuera de la UE y del mercado único, con el resto de Reino Unido.

La tercera cuestión que la UE quiere resolver de entrada es la presupuestaria, que promete ser muy tensa. Se estima que Bruselas exigirá a Londres el pago de al menos 60.000 millones de euros para cubrir las contribuciones que Reino Unido ya se había comprometido a pagar a programas que se articulan a varios años vista, como los de investigación, la cofinanciación de infraestructuras o las becas Erasmus. Un pago multimillonario que, no obstante, no cubrirá el roto que dejará en las arcas comunitarias el país, una vez que abandone el club comunitario y este pierda a uno de sus mayores contribuyentes netos.

“Nuestro objetivo está claro: primero hay que abordar las incertidumbres causadas por el Brexit, en primer lugar a los ciudadanos, pero también a los beneficiarios de las políticas europeas, así como a [los que sufrirán] el impacto en las fronteras, en particular Irlanda”, ha recalcado Barnier en presencia de Davis.

Reino Unido insiste: el Brexit será positivo

Unos 200 kilómetros al sur de Bruselas, una de las caras más visibles del Gobierno británico a favor del Brexit, Boris Johnson, ha mostrado hoy su convencimiento de que la salida del país de la UE será “buena para ambas partes”. El ministro de Asuntos Exteriores británico, que se encuentra este lunes en Luxemburgo para reunirse con sus homólogos europeos, ha pedido “mirar al horizonte, pensar en el futuro y en la nueva relación, profunda y especial que queremos construir con nuestros amigos” europeos.

En el otro extremo se encuentra Philip Hammond, ministro británico de Economía, considerado uno de los principales apoyos a un Brexit 'suave' dentro del Ejecutivo de Theresa May. Las palabras de Hammond este domingo confirman, para decepción de algunos, que Londres perseguirá en las negociaciones una salida de la UE y del mercado único. Pero, advierte, esto debe hacerse “bajando una colina, no tirándose por un precipicio”. “Salir de la UE sin un acuerdo sería un resultado muy malo para Reino Unido”, ha dicho Hammond, en unas declaraciones recogidas por el 'Financial Times', que coinciden con la visión de Bruselas.

Un calendario a contrarreloj

No queda mucho margen para lograr un acuerdo antes de marzo de 2019, cuando —a falta de una certeza absoluta sobre cómo interpretar la legislación europea que marca el proceso del Brexit— se interpreta que Reino Unido quedará automáticamente fuera de la Unión Europea haya o no acuerdo. Bruselas, en nombre de los Veintisiete, ha dicho que si en otoño hay “suficiente progreso” en la primera fase dedicada a los ciudadanos, las fronteras y el presupuesto, estaría dispuesta a empezar en paralelo las negociaciones sobre un futuro acuerdo con el país.

Las negociaciones de la UE con EEUU o Canadá para tratar de cerrar acuerdos que solo cubren aspectos comerciales —el TTIP y el CETA, respectivamente— han durado años y están lejos de ser sencillas de concluir y poner en marcha. El acuerdo “nuevo, especial y profundo” que aspira obtener Londres podría incluir muchos más aspectos, incluso cuestiones tan delicadas como la seguridad y la lucha contra el terrorismo o la protección nuclear.

Para evitar el 'precipicio' que mencionaba Hammond, Bruselas ha propuesto en varias ocasiones sellar un “acuerdo temporal” con Reino Unido, que les dé más margen para cerrar el complejo acuerdo global. Aunque ni siquiera parece haber consenso sobre este punto, ya que por ejemplo se discute si Reino Unido seguiría bajo la jurisdicción del Tribunal de Justicia de la UE, como defiende Bruselas y rechaza Londres.

Después de perder tres meses, y varios escaños, el Gobierno británico se siente al fin preparado para sentarse a negociar. En la mesa esperaba el negociador jefe de la UE, Michel Barnier, que este lunes ha recibido a su homólogo británico, David Davis, en Bruselas. Un primer cara a cara que no se espera que vaya más allá de marcar el pistoletazo oficial de salida y sentar las bases sobre las que se desarrollarán las conversaciones a contrarreloj, para las que apenas se cuenta con 21 meses.

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