"Desde las plantas de arriba pedían ayuda... Al rato, desaparecían entre las llamas"

"La gente en las plantas de arriba encendía y apagaba las luces intermitentemente para hacer saber a los bomberos que estaban ahí. Que estaban vivos. Al rato, veías que no lo hacían más y que en los apartamentos ya solo quedaban las llamas". Así resume Julia lo vivido la noche de este miércoles en el barrio londinense de North Kensington, donde se ha incendiado un edificio residencial de 27 plantas. Las autoridades ya han confirmado que hay al menos diecisiete muertos y medio centenar de personas permanecen hospitalizadas "por distintos tipos de heridas", aunque se espera que las cifras aumenten en las próximas horas. Según informan desde el Ministerio de Exteriores, por el momento no tienen constancia de que haya españoles entre las víctimas.

"A la una de la noche empecé a escuchar un montón de helicópteros. Media hora, tres cuartos de hora... Y el helicóptero seguía en un punto fijo. Cuando llevaba una hora, decidimos ir a ver qué pasaba", explica Julia, una española que vive a diez minutos andando del edificio que ha sufrido el incendio. Al igual que ella, otros vecinos salieron a la calle para saber más sobre lo que estaba ocurriendo: "Todo era confusión y aquí no ha dormido nadie. Muchos coches de policía, de bomberos...".

Conforme se acercaba a la zona, los curiosos se entremezclaban con aquellos que habían logrado escapar del edifico. "Estaban tirados en el suelo, con mantas, llorando... Dentro de una ambulancia vi cómo intentaban reanimar una persona", afirma. De todos modos, no todos pudieron salir al exterior a tiempo. "Había gente que se quería tirar desde las plantas bajas. Los bomberos les gritaban que no lo hicieran, que les dijeran cuál era su número de apartamento para poder entrar. Si es que podían entrar...", lamenta Julia, y es que el acceso al edificio era casi imposible para los equipos de rescate.

Según explica, "los suelos eran de moqueta y se construye mucho con madera, por lo que el edificio ardió rapidísimamente". A esto se suma las declaraciones de otros testigos que han hablado con la BBC y aseguran que la alarma de incendios no sonó. La torre, construida en 1974, contaba con 120 viviendas y se calcula que en torno a 500 personas vivían en ella, muchas de ellas familias jóvenes.