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Macron, a un paso de la mayoría absoluta para reformar Francia
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se espera que alcance 400 de los 577 escaños de la asamblea

Macron, a un paso de la mayoría absoluta para reformar Francia

Las encuestas de opinión señalan que el partido creado por el presidente Emmanuel Macron, La Repúbica En Marcha (LREM), arrasará en los comicios de este fin de semana

Foto: El presidente francés Emmanuel Macron, en las ruinas de la localidad Oradour-sur-Glane. (Reuters)
El presidente francés Emmanuel Macron, en las ruinas de la localidad Oradour-sur-Glane. (Reuters)

Razzia, tsunami, marcha triunfal. La prensa francesa interpreta así la victoria apabullante que los sondeos proyectan para Emmanuel Macron y su nuevo partido, La République en Marche, en las elecciones legislativas que se celebran este fin de semana.

Francia está en camino de ser dirigida con la fórmula del partido único. Las encuestas de opinión señalan que el partido creado por el presidente Emmanuel Macron, La Repúbica En Marcha (LREM), incluidos sus aliados del MoDem, del centrista François Bayrou, arrasarán en las elecciones legislativas.

De cero a casi 400 diputados (un 30% de los votos). Es el resultado que los comicios podrían arrojar para la organización política ideada ex nihilo por Macron y que reúne bajo sus siglas a aspirantes a diputados salidos de la sociedad civil, junto a exdiputados socialistas, centristas o antiguos miembros del partido de la derecha, Los Republicanos (LR).

En una Asamblea de 577 escaños, los sondeos de opinión atribuyen a LREM entre 380 y 400, una victoria absoluta y aplastante, teniendo en cuenta que con 289 ya se obtiene la mayoría. Los franceses expatriados ya han votado y LREM obtuvo 10 de las 11 circunscripciones en juego; no realiazó el pleno solo a causa de una alta abstención.

Macron espera alcanzar los 400 escaños con un gobierno de socialdemócratas, centristas democristianos y conservadores moderados

Macron sigue disfrutando del estado de gracia que le confirió su éxito en las presidenciales del 7 de mayo, y camina sin dificultades gracias, también, a la crisis en la que su abrumador éxito ha dejado a sus rivales de todo signo político.

Tras su victoria de mayo, Macron compuso un gobierno con una mezcla de socialdemócratas, centristas democristianos y conservadores moderados. Si antes de las presidenciales ya había comido el terreno a un Partido Socialista que eligió a su candidato más a la izquierda, después, otorgando la dirección del gobierno a un miembro- hasta ahora- de Los Republicanos, Macron ha hecho estallar al partido de la derecha francesa.

Derecha resignada

En efecto, divididos entre quienes apoyan las reformas liberales de Macron y los "duros" que se niegan a colaborar con él, LR conceden que no podrán formar una fuerza suficiente para oponerse en la Asamblea a la avalancha que se avecina.

El máximo dirigente, provisional, de LR, François Baroin, confiesa en privado su amargura ante la catástrofe electoral que se les virne encima. Otros miembros de este partido, como Alain Marsaud, reconocen en público que "Macron está tan de moda que no se le puede frenar". "Estamos – asegura- «ante una fuerza irreversible". La derecha se pregunta cómo oponerse a un rival que les ha robado a varios dirigentes—incluido el Primer Ministro Edouard Philippe - y que se propone llevar adelante medidas que ellos defienden desde hace años, sin atreverse a implementarlas.

LR ha cambiado el programa que François Fillon propuso para las presidenciales; ha suavizado sus aspectos más duros y propone a la desesperada una rebaja de impuestos generalizada y súbita. Pero ni esa promesa logra atraer a un electorado que parece seguir embrujado por Macron, a pesar de las sospechas de corrupción de algunos de los nuevos candidatos macronistas a legislador. LR, que pretendía con las legislativas obtener la revancha a su derrota en las presidenciales, cifra sus esperanzas en limitar los daños.

La desmoralización de LR es tal que aceptan la derrota, pero piden a Macron ser generoso con los perdedores. Y, así, le advierten que entre los posibles 400 diputados de LREM que se sentarán en la Asamblea Nacional, un centenar proveniente del PS podría frenar las reformas más sensibles en el aspecto social. Un argumento a la desesperada y que parece lejos de la realidad. Los socialistas que se han apuntado al caballo ganador montado por Macron pertenecen a la corriente socialdemócrata del PSF, y son tan partidarios de las reformas como el mismo Macron y su Primer Ministro.

Socialistas en la ruina política y económica

Las elecciones del 11 y del 18 de junio pueden certificar la debacle espectacular del Partido Socialista, que se quedaría con un máximo de 35 diputados, segun las previsiones más optimistas. Las pesimistas le dan 25. Recordemos que al inicio del mandato de François Hollande, los socialistas, con sus aliados verdes y otras minorías, contaban con la mayoría en la cámara.

El crepúsculo anunciado para el PSF se traducirá también en una crisis económica. Con esos pobres resultados no podrá ni siquiera pagar a sus trabajadores y deberá despedir a decenas y vender su lujosa sede palaciega, situada en el centro del París más chic. Su líder, Benoît Hamon, inaudible durante la campaña y a penas visible, puede llevar a su partido a los peores resultados de su historia.

Mélenchon y Le Pen, la oposición

Jean-Luc Mélenchon y Marine Le Pen, que disfrutaron durante la precampaña presidencial con la esperanza de rozar el poder, se ven también desfondados y sin grandes aspiraciones. Ambos se venden como la verdadera oposición y como los defensores de los derechos sociales que, aseguran, la nueva politica de Macron va a cercenar.

Mélenchon, que no cuenta ya con el apoyo del Partido Comunista, ha radicalizado su mensaje – aún más- con respecto a las presidenciales. Soñó hace un mes con ser presidente de la República. Hoy, se contentaría con superar al PS. Los sondeos colocan a su formación por debajo de los socialistas, con alrededor de una veintena de escaños.

Mélenchon soñó hace un mes con ser presidente de la República. Hoy, sin el apoyo del Partido Comunista, se contentaría con superar al PS

El Frente Nacional ha vuelto a estallar en disputas internas, tras su decepción en las presidenciales, donde aspiraba a llegar al 40 por ciento del votos. Penalizado por la "alianza republicana" entre derecha e izquierda para cerrar el paso a los candidatos nacionalpopulistas en la mayoría de las circunscripciones, el FN de Marine Le Pen será víctima también del sistema mayoritario y, a pesar de los más de 10 millones de votos obtenidos hace un mes, puede que ni siquiera consiga ahora formar grupo parlamentario, es decir, llegar a los 15 diputados.

El presidente Macron precisa de una mayoría aplastante para poder llevar adelante las reformas más profundas en materia de leyes laborales y sociales, que para los reformistas que le apoyan ayudarán a liberar el mercado de trabajo y reducir el desempleo, y que para el FN y La Francia Insumisa de Melenchon supondrán el recorte en los derechos adquiridos por los trabajadores durante los últimos lustros.

Los sindicatos tendrán muy difícil oponerse, como en el pasado, a los intentos de liberalizar la economía francesa si Macron cuenta con la mayoría en la Asamblea. La nueva ley de trabajo que prepara el ejecutivo será sin duda menos tímida y descafeinada que la hollandista 'Ley El Khomry', que provocó movilizaciones importantes.

El nuevo presidente había pedido a sus conciudadanos que le otorgarán los poderes necesarios para aplicar las reformas que está preparando. Por el momento, parece que los franceses le van a dar esa carta blanca que le permita gobernar sin apenas oposición parlamentaria. Un rodillo democráticamente aceptado, con la bendición, además, de una mayoría de medios de prensa embelesados y acríticos con la Macromanía.

Razzia, tsunami, marcha triunfal. La prensa francesa interpreta así la victoria apabullante que los sondeos proyectan para Emmanuel Macron y su nuevo partido, La République en Marche, en las elecciones legislativas que se celebran este fin de semana.

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