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La frustración del votante tory: "Es la segunda apuesta que hacen y pierden"
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preocupación por una posible batalla interna

La frustración del votante tory: "Es la segunda apuesta que hacen y pierden"

En las calles londinenses la sensación general es de sorpresa. Visto el descalabro, muchos conservadores se muestran críticos con la gestión que su partido ha hecho de los comicios

Foto: El edificio central de la BBC, iluminado con los resultados de las elecciones generales, el 9 de junio de 2017. (Reuters)
El edificio central de la BBC, iluminado con los resultados de las elecciones generales, el 9 de junio de 2017. (Reuters)

Reino Unido vive hoy una agitada jornada tras la larga noche electoral en que se han cumplido los peores pronósticos para los conservadores de Theresa May. Aún siendo el partido más votado, el resultado tiene poco sabor a victoria, ya que no solo se despiden de la mayoría absoluta lograda hace dos años –conservan el Gobierno con ayuda de los unionistas norirlandeses-, sino que ven como su principal rival, el Partido Laborista, sale fortalecido de las urnas.

“Me siento frustrado porque es la segunda apuesta que [los tories] hacen y que pierden. Primero fue el Brexit y ahora la mayoría”, señala Albert McDonald, votante conservador, que aunque decepcionado con May, asegura que no ve “una mejor líder” para capitanear al partido y encabezar las previsibles difíciles negociaciones sobre el Brexit, cuyo inicio está previsto para el próximo día 19. “Si dimite se abrirá una pugna por el liderazgo y los mercados se van a volver locos ante tanta incertidumbre, así que creo que se debe quedar”, apunta convencido este ingeniero informático.

Precisamente las negociaciones sobre el Brexit es la cuestión que más preocupa a Ed Bernhardt, también votante tory que se inclinó por la permanencia en el referéndum del año pasado. Dice estar “asombrado” por unos resultados que no se esperaba, pero que califica como “continuación del año de sorpresas que llevamos”.

“Ahora la cuestión es saber si May sobrevivirá o no”, apunta. En su opinión debe hacerlo, porque con las conversaciones con Bruselas a la vuelta de la esquina “es preocupante que se desate una batalla interna”. Según él, con la “débil mayoría absoluta” que May ha logrado tras el apoyo del Partido Democrático Unionista del Ulster (DUP) –que le aseguran 328 escaños, solo dos por encima de la mayoría absoluta- va tener que alcanzar un “complicado equilibrio” entre una parte de su partido que quiere un Brexit duro y la oposición de laboristas, liberales demócratas y nacionalistas escoceses que optan por una salida mucho más “suave”.

Nuevos votantes... por Corbyn

Así opina también Matthew Carlin, quien, desde el otro extremo ideológico, vaticina que la premier electa tendrá que hacer “muchas más concesiones” pues “no tiene un mandato para negociar en los términos que pretendía y probablemente tendrá que ceder en algunas cuestiones como la permanencia en el mercado único”.

Pese a la oposición de muchos compañeros de partido que le creían incapaz de encabezar una candidatura ganadora y una campaña mediática feroz en contra, Jeremy Corbyn ha logrado mejorar los resultados del Partido Laborista, que ha ganado 31 escaños respecto a 2015. Este joven profesor londinense considera que la clave de los buenos resultados laboristas ha sido la creación de “una nueva generación de votantes” que ha apoyado “demandas populares, honestas y relevantes para la vida de la gente”.

“Dos millones de personas que nunca se habían registrado antes, han votado en estas elecciones", explica Carlin. "Tengo amigos que nunca habían votado antes y ayer lo hicieron por Corbyn, porque consideran que es auténtico”.

Desde detrás de la barra del pub, Alice Davis no esconde la sonrisa cuando se le pregunta por su impresión tras los resultados. Desde primeras horas, el lugar se ha llenado de parroquianos, la mayoría de ellos con periódicos entre la manos y muchas ganas de comentar lo acontecido. “Corbyn se ha impuesto al discurso mediático”, afirma contundente. “Ha conseguido que los votantes apoyen sus políticas que no son idealistas, como algunos las definen, sino que van en la línea de los estándares europeos que siguen los países con economías potentes como los escandinavos o Alemania”.

"La gente cree en Corbyn"

El ejemplar de “The Guardian” que despliega en su mesa delata el voto de Stuart Johnson, un jubilado del barrio de Putney (sudoeste de Londres) quien, pese a haber continuado con su tradicional apoyo al laborismo, dista mucho de confiar en su máximo representante. “Corbyn no es suficientemente inteligente para ser líder”, afirma.

Johnson califica de “insensatas” propuestas como la de eliminar las tasas universitarias –recogidas en el programa electoral de los izquierdistas- y cree que su partido se ha beneficiado de la “nefasta campaña” de los tories” que “se ha centrado demasiado en la figura de May” así como de el hecho de que muchos comentarios aparecidos en “la prensa de derechas” “hayan enfadado a votantes tradicionales”. De sus palabras se desprende que el líder izquierdista despierta pasiones a partes iguales entre defensores y detractores.

“Creo que es una persona genuina, la gente cree en él, no es el tipo de político que dice cosas que no piensa. La gente simplemente cree en él”. Así describe a Corbyn Jean Fitzpatrick, una maestra jubilada que pasó su 70 cumpleaños haciendo campaña por los laboristas en Ealing y Acton, dos distritos del oeste londinense.

En su voz no cabe más emoción, pues si bien su formación no ha conseguido ser la ganadora, los resultados difícilmente podrían haber sido mejores, no solo por el aumento de representación, sino también por la delicada situación que ha atravesado el partido en los últimos meses con un líder cuestionado que ha tenido en contra a la mayoría de su grupo parlamentario.

“Corbyn sale reforzado, sin duda. Va a ser magnánimo e inteligente y va a utilizar esto para unir al partido”, sostiene Fitzpatrick. Según dice, May debe dimitir. “Es una cuestión difícil porque el país necesita liderazgo, pero ella tomó la decisión incorrecta. Estaba muy segura de sí misma, decidió convocar elecciones y ahora está acabada. En inglés, decimos ‘pride comes before a fall’ [el orgullo precede a la caída] y eso es lo que le ha pasado”

Reino Unido vive hoy una agitada jornada tras la larga noche electoral en que se han cumplido los peores pronósticos para los conservadores de Theresa May. Aún siendo el partido más votado, el resultado tiene poco sabor a victoria, ya que no solo se despiden de la mayoría absoluta lograda hace dos años –conservan el Gobierno con ayuda de los unionistas norirlandeses-, sino que ven como su principal rival, el Partido Laborista, sale fortalecido de las urnas.

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