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Botellas, sillas y vasos: así se defendieron los londinenses durante el ataque terrorista
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Botellas, sillas y vasos: así se defendieron los londinenses durante el ataque terrorista

Los testigos del atentado lucharon por impedir que los terroristas siguieran matando personas a su paso por el Borough Market

Foto: Un policía se cubre con un chaleco salvavidas en Londres (Reuters)
Un policía se cubre con un chaleco salvavidas en Londres (Reuters)

Con uñas y dientes. Así se defendieron los londinenses del ataque terrorista que sufrieron durante la noche del pasado sábado. Solo pasaron ocho minutos desde que se activó la alarma hasta que la Policía abatió a los yihadistas, pero fueron bastantes para que siete personas perdieran la vida. Gracias a la actuación de un buen número de héroes anónimos, esta trágica cifra no fue mayor: los transeúntes se enfrentaron a los atacantes tirándoles botellas, sillas y vasos.

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Mientras los terroristas recorrían las calles con los cuchillos en la mano, los viandantes y clientes de los restaurantes y bares de la zona luchaban por obstaculizarles el paso lanzándoles los objetos que tenían más cerca. Detener a los atacantes era una prioridad, y por eso varios taxistas que se dieron cuenta de lo que estaba ocurriendo pararon sus vehículos e intentaron someter a uno de ellos.

Durante el último ataque terrorista ocurrido en Londres –sucedido un día antes de que se celebrara en Mánchester un concierto de homenaje a las víctimas de la tragedia fechada dos semanas antes, que terminó con la vida de 22 personas–, los dueños de varios locales del mercado gastronómico de Borough abrieron sus establecimientos para cobijar a los paseantes que andaban por la zona.

Es el caso de Sergio Fariña, un pontevedrés que, además de permitir el acceso de los transeúntes en su local, forcejeó con uno de los terroristas para impedirle entrar en su restaurante. El atacante llevaba el cuchillo en la mano, pero el español se mantuvo firme y no dejó que el yihadista superase la puerta. Tras este tenso momento, Fariña bajó los cierres metálicos del restaurante hasta que la Policía hubo controlado la situación.

Una situación parecida vivió Alex Nypels –dueño del restaurante Feng Sushi del Borugh Market–, quien se encontró cara a cara con uno de los asesinos. Blandiendo un cuchillo cubierto de sangre, uno de los terroristas intentó romper el cristal de su local mientras gritaba “¡Esto es en nombre de Alá!”. Nypels había hecho bajar a los clientes hasta la sala inferior del establecimiento, donde les aprovisionó de cuchillos de cocina para que pudieran defenderse en caso de necesitarlo.

Con uñas y dientes. Así se defendieron los londinenses del ataque terrorista que sufrieron durante la noche del pasado sábado. Solo pasaron ocho minutos desde que se activó la alarma hasta que la Policía abatió a los yihadistas, pero fueron bastantes para que siete personas perdieran la vida. Gracias a la actuación de un buen número de héroes anónimos, esta trágica cifra no fue mayor: los transeúntes se enfrentaron a los atacantes tirándoles botellas, sillas y vasos.

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