Todo listo en la UE para empezar una negociación del Brexit difícil

La suerte está echada. La Unión Europea ha dado este lunes los últimos pasos necesarios para abrir las negociaciones del Brexit. Con la aprobación formal del mandato y las directrices que sellan la postura europea, los Veintisiete están ya legalmente armados para unas discusiones que se aventuran tensas. Con lo que la pelota está ahora en manos de los británicos, que se encuentran en plena campaña electoral. Así que las negociaciones no arrancarán hasta que pasen las elecciones adelantadas por Theresa May para reforzar su posición ante el Brexit.

“Estamos listos y estamos bien preparados”, ha asegurado el negociador jefe de la UE, Michel Barnier. El veterano político francés ha dado incluso una fecha: la semana del 19 de junio. Pese al parón electoral británico, los Veintisiete ya calientan motores: mañana mismo se reunirá el grupo especial creado en el Consejo —la institución que representa a los países en Bruselas— para preparar todo lo necesario para las discusiones.

El grupo va a empezar exactamente por donde la UE dijo que pensaba iniciar las negociaciones del Brexit: explorando maneras de asegurar que los ciudadanos mantienen sus derechos a uno y otro lado del Canal de la Mancha, y haciendo números. Es decir, calcular cuánto dinero exigirán los socios europeos a Reino Unido para cubrir todos los gastos que se había comprometido a asumir en la Unión Europea. Lo que afecta tanto a programas de investigación como a becas erasmus o proyectos de infraestructuras.

La conocida como 'factura del Brexit' —que las primeras estimaciones que circulan por Bruselas apuntan a 60.000 millones— promete ser una de las cuestiones que tensen más la cuerda entre ambas partes. Londres incluso ha lanzado amenazas: si la suma se eleva hasta los 100.000 millones —como estimó 'Financial Times'—, abandonarán las negociaciones. Barnier, por su parte, ha recordado que se trata de “saldar las cuentas” y ha apelado a los británicos a asumir la responsabilidad que se deriva de su decisión de abandonar el club comunitario.

“Habrá momentos difíciles, habrá momentos de tensión, pero tenemos que poner las cosas en orden: saldar cuentas, luego una retirada organizada, es su elección, es su responsabilidad, y tendrá que ser asumida (…) no hay que olvidar que luego hay que organizar un acuerdo futuro, lo que es un trabajo considerable”, advierte Barnier, quien ha recordado la necesidad de asegurar “la estabilidad del continente”.

La UE se mantiene, además, en sus trece: no piensa entrar a negociar con Reino Unido nada que tenga que ver con el futuro acuerdo —o acuerdos, en áreas tan diversas como la seguridad, el comercio, las finanzas, la investigación, la educación…— que articulará las relaciones entre ambas partes hasta que no haya “suficiente progreso” en el apartado de los derechos de los ciudadanos y del presupuesto. Primero el divorcio, luego la nueva relación, insiste Bruselas para disgusto de Londres.

Gibraltar, en una segunda fase

También quedará para una “segunda fase” todo lo relacionado con la compleja situación en la que se quedará Gibraltar una vez que Reino Unido abandone la Unión Europea, según el ministro español de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis. “Del futuro de Gibraltar no se va a hablar ahora”, ha afirmado. España consiguió poder de veto sobre la aplicación en el Peñón de cualquier nuevo acuerdo que cierren Reino Unido y la UE tras el Brexit, algo que creó gran malestar en Reino Unido, desde donde incluso se llegaron a lanzar amenazas bélicas.