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Agramunt se atrinchera después de que el Consejo de Europa le retire su confianza
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DICE QUE HA SIDO UN ESPECTÁCULO LAMENTABLE

Agramunt se atrinchera después de que el Consejo de Europa le retire su confianza

El senador popular Pedro Agramunt, el embajador del caviar, se niega a dimitir. La Asamblea del Consejo de Europa le impide actuar en su nombre tras ir a Siria invitado por Rusia

Foto: Felipe VI este jueves con Pedro Agramunt en Estrasburgo. (Reuters)
Felipe VI este jueves con Pedro Agramunt en Estrasburgo. (Reuters)

Pedro Agramunt vive sus días más grandes. El senador del PP, presidente de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, uno de los españoles con más rango internacional, recibió el jueves Rey Felipe VI en la institución que defiende los derechos humanos en Europa. El día anterior había colgado un cartel de Rita Barberá como una de las mujeres inspiradoras que le habían marcado. Y el lunes había sufrido una rebelión de diputados sin precedentes por viajar por su cuenta y riesgo a Siria a ver a Al Assad invitado por Rusia. Esa revuelta amenazaba con derribar al que ya conocen como "embajador del caviar", por los informes que le relacionan con el régimen de Azerbaiyán. Pero él se ha negado a dimitir. Incluso después de que la Asamblea le prohibiera actuar en su nombre o ir a reuniones como presidente. Definitivamente, este tipo tiene una historia.

Este valenciano de 66 años, un histórico del Partido Popular en la Comunidad Valenciana, ha sobrevivido a mil zancadillas. Llegó a ser presidente regional de la formación conservadora entre 1989 y 1993. Fue entonces, tras perder las elecciones autonómicas de 1991 frente al socialista Joan Lerma, cuando José María Aznar decidió apartarlo y apostar por un joven Eduardo Zaplana. Desde entonces ha figurado en la papeleta naranja del Senado por Valencia en todas las convocatorias electorales y ha mantenido una enemistad íntima con el exministro de Trabajo. Esto le llevó a respaldar sin condiciones a Francisco Camps en el pulso que ambos mantuvieron por el control del partido en tierras valencianas.

Desde su atalaya en el Senado, Agramunt fue de las últimas personas con las que habló por teléfono la exalcaldesa de Valencia Rita Barberá antes de su muerte en el hotel Villa Real de Madrid. El mismo día en que se certificó el fallecimiento tenían previsto cenar juntos en compañía también del exministro de Exteriores José Manuel García Margallo. Esa amistad con Barberá viene de muchos años atrás, de cuando entró en política tras un fugaz paso por la patronal valenciana.

Casado con una Sáez-Merino, la familia que fundó la ya malograda enseña de ropa vaquera de las marcas Lois o Caroche, Agramunt aún juega una papel entre bastidores en el PP de Valencia junto con otros dirigentes como el eurodiputado y portavoz de la delegación española popular en el Europarlamento, Esteban González Pons, con quien tiene una relación estrecha y de respaldo mutuo. Todos ellos están tratando ahora de influir en el proceso de relevo del PP de la provincia de Valencia en favor de Vicente Betoret, una batallita orgánica que está costando no pocos quebraderos de cabeza a la dirección nacional de Génova, también favorable a Betoret.

Como senador, Agramunt se ha trabajado mucho su representación en la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (APCE), en la que participa desde 2000. Desde este órgano del Consejo de Europa ha construido una agenda internacional y ha realizado viajes por todo el mundo, pero sin desengancharse nunca de la política nacional y regional, que le ha garantizado su permanencia en las candidaturas.

En el Consejo de Europa ejerció de relator para Azerbaiyán. Ha sido uno de los europeos que más conoce el país, una férrea dictadura a la que Europa hace ojitos por sus recursos naturales, sus inversiones en infraestructuras y su posición geoestratégica. Lleva 15 años vinculado de una forma u otra a este país. Los observadores internacionales como Gerarld Knaus, el director del prestigiosa European Stability Initiative (ESI), denunciaron que los informes que mandaba Agramunt poco tenían que ver con la realidad. Denunciaban que cuanto más presos políticos había en Azebaiyán, más favorables eran los informes con los que él volvía bajo el brazo de Bakú.

Azerbaiyán accedió como miembro de pleno derecho al Consejo de Europa, considerada la institución intergubernamental más importante del mundo en materia de derechos humanos, en 2001. La relación del valenciano con el país se inició dos años después, cuando viajó a Bakú como parte de un comité de 35 miembros de la APCE para monitorizar las elecciones que legitimarían la presidencia de Ilham Aliyev como sucesor de su padre fallecido, Heydar Aliyev, al frente del país. Ninguna de las instituciones internacionales presentes consideró limpios los comicios.

Fue relator para Azerbaiyán y según sus críticos cuantos más presos políticos había más favorables eran sus informes sobre los derechos humanos

Agramunt volvió en 2005 -en otras elecciones ampliamente consideradas como fraudulentas-, en 2009 -en un referéndum para eliminar los límites constitucionales a la reelección, que Aliyev ganó con el 92% de aprobación- y en 2013. En 2010, el político maniobró insistentemente hasta lograr ser nombrado relator para el país, y desde entonces, sus comentarios hacia el sistema político del país han sido siempre positivos.

El punto clave de su benevolencia hacia el régimen de Aliyev llegó a finales de 2012, cuando presentó un informe conjunto con el maltés Joseph Debono Grech en el que alababa "los progresos del país" y aseguraba que muchos de las presuntas debilidades democráticas del país eran "una cuestión de percepción". Poco después, en enero de 2013, la APCE votó una resolución sobre los presos políticos en Azerbaiyán, en la que Agramunt llegó al punto de negar su existencia, ampliamente documentada por las organizaciones internacionales de derechos humanos: "Aparentemente solo hay uno y el Gobierno me ha prometido liberarlo rápidamente. En el resto de los casos hay otros delitos, asesinato, terrorismo... No considero a estos prisioneros políticos”, afirmó durante el debate.

Gracias a Su Majestad el Rey por su primera visita al Consejo de Europa como jefe del Estado de España. pic.twitter.com/kSSWf3syYc

La resolución, con ayuda de Agramunt y el italiano Luca Volonte -que, investigado por la justicia de su país, ha confesado haber recibido 2,3 millones del régimen azerí-, fue rechazada. También se acusa al español de haber ejercido de lobbista a favor de la construcción del oleoducto transanatolio (TANAP), diseñado para llevar el crudo azerí a Europa a través de Turquía.

Las críticas por su actuación en Azerbaiyán no frenaron su escalada internacional. En septiembre de 2015 fue elegido presidente de la Asamblea Parlametaria del Consejo de Europa. La polémica siguió acompañándole. Durante meses ha sido acusado de frenar una investigación independiente sobre los sobornos de Azerbaiyán para lavar su imagen en Europa.

#RitaBarbera recordada como mujer de grandes principios en la Asamblea Parlamentaria del @coe pic.twitter.com/TbI0ndRKla

Pero nada de eso habría importado si no fuese porque hace unas semanas cometió un desliz excesivo. Agramunt, junto al diputado Jordi Xuclá (Partido Demócrata Catalán, la extinta CiU) y el belga Alain Destexhe, aceptó una invitación siria para viajar a Damasco a verse con Al Assad. Y lo hizo en un avión militar ruso. En plena guerra siria, un representante europeo de los derechos humanos viajaba a ver a Al Assad acompañado por representantes de la Duma rusa.

Aunque la visita fue hace semanas, el caso estalló el lunes pasado, en el plenario trimestral del Consejo de Europa. Agramunt abrió la sesión pidiendo perdón pero aun así recibió críticas feroces. Incluso diputados del Partido Popular Europeo cargaron contra él. La socialista Soraya Rodríguez se muestra crítica con la visita a Siria: "A lo único que puede ir el Consejo de Europa a Siria es a exigir ver las cárceles, a pedir corredores humanitarios..., pero no a blanquear la imagen de Assad. Además, de tener un interlocutor para Siria será la ONU, no un grupo de diputados rusos. El problema no es ir a Siria, sino a qué y con quién".

A los grupos no les han convencido las explicaciones de Agramunt, que ha dicho a la vez que fue a Siria en viaje privado y luego que como representante del Senado español y conocimiento del Gobierno, que pretendía ir a Aleppo pero que fue imposible, que pedía perdón pero que quería hacer oír a Assad la necesidad del diálogo. Exteriores niega tajantemente que supiera de la visita. Fuentes de la Comisión de Exteriores del Senado insisten en que ese viaje no tiene nada que ver con la Cámara española. Ni fue autorizado ni pagada en España ni representaba a nadie en Madrid.

Su portavoz le defiende: "La culpa es de George Soros. Los que le acusan están financiados por ese tiburón financiero”

La polémica no podía llegar en peor momento. El jueves el rey Felipe VI visitaba la institución en Estrasburgo en el 40 aniversario de la adhesión española al Consejo de Europa. El martes, Agramunt sofocó la rebelión anunciando que el viernes haría pública una decisión sobre su futuro. La situación fue tan tensa que Agramunt se vio con el rey pero no pudo entrar a la Asamblea. Los diputados habían amenazado con abuchearle aunque estuviese Felipe VI a su lado. NAdie quería esa imagen y él no entró.

El resto de grupos daban por hecho que la dimisión era la única salida posible y que estaba ganando tiempo para no tener el escándalo durante la visita de Felipe VI. La Asamblea del Consejo de Europa no tiene prevista una forma de destitución de su presidente y todo se ha ido improvisando sobre la marcha. Sin embargo, llegado el viernes Agramunt se ha mantenido en su puesto. La Asamblea ha votado una resolución en la que declara que "ha perdido la confianza en Agramunt". La mesa resovlió que "Agramunt no está autorizado a realizar ninguna visita oficial, acudir a reuniones o hacer declaraciones públicas en nombre de la Asamblea". El británico Roger Gale, vicepresidente de la Asmablea ha asumido la portavocía ante la ausencia de Agramunt: "Los estándares y principios de la Asmables Parlamentaria son más importantes que cualquier miembro de esta y la integridad de nuestra Asamblea debe ser mantenidos".

"Agramunt no está autorizado a realizar ninguna visita oficial, acudir a reuniones o hacer declaraciones públicas en nombre de la Asamblea"

Agramunt no ha querido hablar con El Confidencial. Ante la asamblea ha reconocido que el viaje fue un error y ha acusado a la prensa rusa de manipular su visita a favor de Rusia y Siria. Pero inmediatamente su portavoz se defiende atacando: "Los rusos no pusieron más que el avión. Le hicieron una encerrona y manipularon el viaje con fines propagandísticos". Uno de los diputados rusos que viajó con él recibió recientemente de forma efusiva a Marine Le Pen en Moscú.

"La culpa es de Soros. Los que le acusan están financiados por ese tiburón financiero”, señala este portavoz de Agramunt, que acusa a los grupos que le critican, como el ESI, de estar a sueldo del magnate George Soros: "El ESI y el resto de organizaciones de Soros quieren destruir la Asamblea porque no cede a las presiones de Soros o de Armenia". Según este portavoz, lo ocurrido con Agramunt es gravísimo: "A nivel internacional el presidente de la Asamblea del Consejo de Europa tiene categoría de jefe de Gobierno. Pues el día anterior le entraron en la habitación de su hotel en Estrasburgo y le revolvieron papeles. Eso no había pasado y ya está denunciado". Además, denuncia que Agramunt sufre una "campaña orquestada" por no apoyar a Amernia en Nagorno Karabaj.

Agramunt contestó con un comunicado en el que se mantenía en su puesto. Señalaba que lo ocurrido esta semana ha sido "un espectáculo lamentable que no dignifica a la Asmablea ni a sus miembros". Y define su viaje a Siria como "la potestad personal de un senador español". "Dí todas las explicaciones que me pidieron, pero han sido usadas con mala intención por un grupo de parlamentarios. Los principios fundacionales de la Asamblea Parlamentaria incluyen el respeto por los derechos humanos, la democcracia y el imperio de la ley a través de la democracia parlamentaria. Por ello, les animo a recobrar el camino del consenso para alcanzar los objetivos fundacionales y que aseguremos que esta situación no se repite".

La agencia de noticias rusa Sputnik no ha dudado este viernes en difundir una información favorable a la posición de Pedro Agramunt que rápidamente ha comenzado a ser difundida a través de 'bots', o cuentas automatizadas de Twitter. La información del canal moscovita lleva como titular 'Experto: Agramunt es atacado por querer convertir la PACE en espacio de diálogo". El 'experto' al que cita como fuente es Konstantin Kosachov, presidente del Comité Internacional del Consejo de la Federación de Rusia, un diplomático que defiende los intereses internacionales rusos.

Pedro Agramunt vive sus días más grandes. El senador del PP, presidente de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, uno de los españoles con más rango internacional, recibió el jueves Rey Felipe VI en la institución que defiende los derechos humanos en Europa. El día anterior había colgado un cartel de Rita Barberá como una de las mujeres inspiradoras que le habían marcado. Y el lunes había sufrido una rebelión de diputados sin precedentes por viajar por su cuenta y riesgo a Siria a ver a Al Assad invitado por Rusia. Esa revuelta amenazaba con derribar al que ya conocen como "embajador del caviar", por los informes que le relacionan con el régimen de Azerbaiyán. Pero él se ha negado a dimitir. Incluso después de que la Asamblea le prohibiera actuar en su nombre o ir a reuniones como presidente. Definitivamente, este tipo tiene una historia.

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