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"Probad que sois los líderes de la UE"
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CUMBRE DE ROMA

"Probad que sois los líderes de la UE"

Llamadas a la unidad y el realismo para relanzar la UE en su sesenta cumpleaños

Foto: El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk. (EFE)
El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk. (EFE)

Son sesenta años, una década de crisis y un divorcio a la británica. Pero la Unión Europea (UE) se ha vestido de gala esta sábado para reivindicar el periodo de mayor prosperidad y paz que nunca ha vivido el continente. Y, sobre todo, para mirar hacia el futuro. “Hace falta valor para pasar página”. Lo ha advertido el primer ministro italiano, Paolo Gentiloni, a sus colegas y huéspedes al inicio de la Cumbre de Roma. Los retos no son pocos, pero el mensaje es claro: pese a las divergencias, Europa debe volver a encontrar la complicidad necesaria para mantenerse unida, respetando su diversidad.

Pero hacen falta más que palabras, que buenos propósitos, para ello. “Probad hoy que vosotros sois los líderes de Europa, que os preocupáis por este gran legado que hemos heredado de los héroes de la integración europea”, ha exigido el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, a los Veintisiete.

Retos y sueños comunes

Si Rómulo echó mano de un arado para abrir en la tierra el surco que dibujó los límites de lo que sería Roma, los Veintisiete líderes europeos han recurrido este sábado a una pluma azul, del mismo color que la bandera europea, para firmar la Declaración de Roma. Un texto que debe guiar a Europa hacia un nuevo renacimiento, sin referencias a Reino Unido, ni un calendario concreto o medidas tangibles, pero con un compromiso: “Europa es nuestro futuro común”.

placeholder El presidente del Parlamento europeo, Antonio Tajani. (Reuters)
El presidente del Parlamento europeo, Antonio Tajani. (Reuters)

Las tres páginas recogen la esencia de lo que Estados miembros ven en su horizonte común: una mayor colaboración en Defensa y Seguridad, la necesidad de impulsar el crecimiento y los empleos, una moneda única por terminar de cincelar, la nunca concretada “Europa social” y un nuevo lugar de la UE a nivel mundial, en un escenario marcado por las tensiones tanto al este como al oeste de las fronteras europeas. El texto va poco más allá del mínimo común denominador, pero marca un punto de partida.

“Todos hemos renunciado a algo para firmarlo hoy, y ese es el espíritu necesario para volver arrancar. Para dar fe a nuestros ciudadanos. Sin divisiones absurdas entre el norte y el sur, entre los grandes y los pequeños”, ha recalcado Gentiloni.

El riesgo de que se quede en nada

El riesgo, como de costumbre en la Unión Europea, es que la declaración quede condenada al abstracto y tenga como único destino el archivo histórico de la UE que alberga la Universidad de Florencia. “Los pasos no se dan de la noche a la mañana”, ha reconocido Gentiloni. El primero de ellos es asegurar la frágil unidad entre los Estados miembros, que en estos momentos no pasa por su mejor momento. Así ha quedado patente en la pausa dramática que ha hecho el primer ministro húngaro, Viktor Orban, antes de firmar. Y en el gesto de concesión ofrecido por la polaca Beata Szydlo a sus expectantes colegas. Y en las bromas y las palabras al oído intercambiadas con Alexis Tsipras.

placeholder Alexis Tsipras.
Alexis Tsipras.

Las amenazas de veto de los últimos días y semanas han dejado paso a las buenas formas, aunque no han faltado las advertencias. Como la de Tusk a sus conciudadanos y vecinos del Este: “Hoy no basta con hacer llamadas a la unidad y con protestar contra las múltiples velocidades. Es mucho más importante que todos respetemos nuestras reglas comunes, como los derechos humanos y las libertades civiles, la libertad de expresión y de asamblea, los pesos y contrapesos, y el Estado de Derecho. Esta es es el verdadero fundamento de nuestra unidad”.

Próximas citas

Tras Roma, llega Londres. En apenas cuatro días de que Reino Unido pondrá en marcha el proceso para salir de la Unión Europea, unas negociaciones con una duración inicial de dos años, que los Veintisiete abordarán en una cumbre extraordinaria el 29 de abril en Bruselas. También en la capital europea, se volverán a reunir el 22 y 23 de junio, una cita en la que fuentes europeas explicaron a El Confidencial que se volverá a hablar de la senda marcada en Roma. Otra cita fundamental serán las elecciones francesas, en las que la euroescéptica Marine Le Pen amenaza con hacerse con el Elíseo, lo que cambiaría por completo las perspectivas de la UE.

placeholder Antonio Tajani.
Antonio Tajani.

El debate está alimentado por el Libro Blanco de la Comisión Europea, que incluye distintos escenarios, entre el federalismo y retroceder a poco más que el mercado interior. Alemania y Francia -al menos hasta sus respectivas elecciones- apoyan abrir la puerta a que los países que quieran ir más rápido lo hagan, mientras que Visegrado y otros pequeños Estados temen que se les deje atrás. Se trata de encontrar un difícil equilibrio entre la flexibilidad sin segregar, entre la unidad sin la uniformidad. De aquí a las elecciones europeas de 2019, cuando se habrán vencido también los primeros dos años de negociaciones del Brexit, se espera tener una respuesta.

Quedan muchos interrogantes aún por despejar. Pero, en esencia, el dilema sigue siendo el mismo, en palabras de el presidente francés, François Hollande: si “somos más fuertes juntos, o estamos mejor divididos”. Para ello, quizás sea necesario escuchar unas palabras recordadas este sábado por el presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani. Se trata del consejo que le dio un padre a su joven hijo cuando éste se cuestionaba si tenía sentido que él, un hispano, se hiciera con las riendas del imperio romano: “Trajano, Roma no es una ciudad, Roma no es un imperio, Roma es una identidad, Roma son nuestras leyes, nuestras infraestructuras, nuestra historia, nuestros pueblos diferentes, las diversas religiones que cohabitan en el interior de los confines de nuestro gran Estado”. De igual modo, Bruselas no es solo Bruselas y la Unión Europea es algo más que política y economía.

Son sesenta años, una década de crisis y un divorcio a la británica. Pero la Unión Europea (UE) se ha vestido de gala esta sábado para reivindicar el periodo de mayor prosperidad y paz que nunca ha vivido el continente. Y, sobre todo, para mirar hacia el futuro. “Hace falta valor para pasar página”. Lo ha advertido el primer ministro italiano, Paolo Gentiloni, a sus colegas y huéspedes al inicio de la Cumbre de Roma. Los retos no son pocos, pero el mensaje es claro: pese a las divergencias, Europa debe volver a encontrar la complicidad necesaria para mantenerse unida, respetando su diversidad.

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