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El director del FBI niega ante el Congreso las supuestas escuchas de Obama a Trump
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confirma investigación sobre injerencia rusa

El director del FBI niega ante el Congreso las supuestas escuchas de Obama a Trump

James Comey comparece junto al director de la NSA Michael Rogers ante un Comité de Inteligencia para declarar sobre el papel de Rusia en las elecciones del pasado noviembre

Foto: El director del FBI James Comey y el director de la NSA Mike Rogers testifican en el Capitolio, hoy, 20 de marzo de 2017 (Reuters)
El director del FBI James Comey y el director de la NSA Mike Rogers testifican en el Capitolio, hoy, 20 de marzo de 2017 (Reuters)

El director del FBI, James Comey, ha confirmado por primera vez que la institución a la que representa está investigando la posible injerencia electoral rusa y los presuntos contactos entre el Kremlin y el equipo de campaña de Donald Trump. Tal y como ya había dicho anteriormente, Comey ha afirmado tener pruebas sobre los intentos rusos de influir en los resultados de las elecciones estadounidenses del pasado noviembre, que dieron la victoria a Trump. Sin embargo, ha asegurado no poder dar información específica sobre los contactos entre personas concretas del equipo de Trump y los hackers que irrumpieron en los servidores del Partido Demócrata, entre otras ciberagresiones.

El FBI dice no tener información que apoye acusaciones de Trump contra Obama

Tanto Comey como el director de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) Michael Rogers han comparecido hoy ante un comité de Inteligencia del Congreso sobre los posibles lazos de Trump con Rusia. Los dos han asegurado que, según lo investigado hasta ahora, los intentos rusos de interferir en las elecciones estadounidenses no habrían, sin embargo, alterado de forma significativa el voto en ninguno de los estados clave de EEUU, por lo que no cabría atribuir la victoria de Trump a dicha injerencia rusa.

Comey también ha afirmado que el FBI no tiene ninguna evidencia que respalde las afirmaciones de Trump de que su antecesor en la Casa Blanca Barack Obama ordenase espiarle durante la campaña. "No tengo información que apoye aquellos tuits, y hemos revisado cuidadosamente dentro del FBI", ha dicho Comey, añadiendo que lo mismo sucede con el Departamento de Justicia. “¿Puede Obama ordenar unas escuchas”, se le ha preguntado al director del FBI. “Ningún presidente podría”, ha respondido.


Rogers también ha negado categóricamente otra de las extrañas acusaciones de Trump: que fue el GCHQ (el equivalente británico de la NSA) el encargado de llevar a cabo dichas escuchas, algo que el Reino Unido calificó de "sinsentido" y "abiertamente ridículo". Rogers ha confirmado que la acusación no tiene ningún sentido y que ha dañado la cooperación entre británicos y estadounidenses en este ámbito, aunque no la ha destruido.

"Sin comentarios"

No obstante, en muchos sentidos, la comparecencia de Comey ha sido decepcionante para los rivales de Trump. Cada vez que los senadores demócratas han tratado de arrastrarle a cuestiones marcadamente políticas (como el descubrimiento de los contactos entre el ex asesor de Seguridad Nacional del nuevo presidente, Michael Flynn, y el embajador ruso), el director del FBI ha rehusado contestar. "Sin comentarios" y "No puedo comentar eso" han sido dos frases constantes en su boca durante su intervención. Lo mismo ha sostenido ante las intervenciones y preguntas de destacados republicanos, que han tratado de llamar la atención sobre la cuestión de las filtraciones contrarias a Trump desde los diversos organismos de inteligencia.

De hecho, el propio Trump ha tratado de convertir los silencios reservados de Comey en una afirmación implícita sobre las supuestas acciones de Obama. Desde su cuenta presidencial, ha tuiteado: "El director del FBI Comey rechaza negar que informó al presidente Obama sobre las llamadas que hizo Michael Flynn a Rusia". De este modo, da a entender una presunta connivencia entre su antecesor y el responsable del organismo, lo que pondría en cuestión su imparcialidad.

Esta mañana, el propio Trump había asegurado que toda la investigación obedece a una conspiración del Partido Demócrata. "Los Demócratas se inventaron y promovieron la historia rusa como excusa por haber hecho una campaña terrible. ¡Tenían una gran ventaja en el Colegio Electoral y perdieron!", tuiteó.

También ha reiterado su acusación de que "el verdadero escándalo" es la filtración de información clasificada de inteligencia a los medios estadounidenses, y ha vuelto a tratar de acusar a su vez a los Demócratas de tener contactos con Rusia, a pesar de que todos los encuentros de los miembros de dicho partido con funcionarios rusos, a diferencia de los del personal del equipo de campaña de Trump (como el mencionado Michael Flynn o el fiscal general Jeff Sessions), fueron públicos y en el ejercicio de sus cargos.

El Secretario de Prensa de la Casa Blanca, Sean Spicer, ha mantenido esta tarde una rueda de prensa para comentar la comparecencia de Comey y Rogers. "Investigar y tener pruebas son dos cosas diferentes", ha dicho respecto a la confirmación de la existencia de la investigación. También se ha reafirmado en las acusaciones de Trump sobre las escuchas de Obama. Cuando un periodista ha mencionado la afirmación de Comey de que no existen evidencias al respecto, ha añadido: "Por ahora". "Esta es solo una de las audiencias que van a tener lugar", ha asegurado. "Hay todavía mucha información que debe ser descubierta y discutida", añadió.

El director del FBI, James Comey, ha confirmado por primera vez que la institución a la que representa está investigando la posible injerencia electoral rusa y los presuntos contactos entre el Kremlin y el equipo de campaña de Donald Trump. Tal y como ya había dicho anteriormente, Comey ha afirmado tener pruebas sobre los intentos rusos de influir en los resultados de las elecciones estadounidenses del pasado noviembre, que dieron la victoria a Trump. Sin embargo, ha asegurado no poder dar información específica sobre los contactos entre personas concretas del equipo de Trump y los hackers que irrumpieron en los servidores del Partido Demócrata, entre otras ciberagresiones.

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