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Los yihadistas del Sahel se unen bajo el símbolo de una victoria en Al Andalus
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LA BATALLA DE SAGRAJAS, UNA DE LAS MÁS SANGRIENTAS

Los yihadistas del Sahel se unen bajo el símbolo de una victoria en Al Andalus

El grupo recién creado se sitúa claramente en la órbita de Al Qaeda. Su líder, Iyad Ag Ghali, se ha declarado vasallo del jefe regional de esta organización terrorista, Abdelmalek Droukdel

Foto: Iyadh Ag Ghali, el jefe del nuevo movimiento que se llama "Grupo de apoyo al islam y a los musulmanes", junto a otros compañeros. (Youtube)
Iyadh Ag Ghali, el jefe del nuevo movimiento que se llama "Grupo de apoyo al islam y a los musulmanes", junto a otros compañeros. (Youtube)

Los movimientos terroristas que operan en el Sahel se reagrupan bajo la batuta de Al Qaeda y con un logotipo común que menciona la batalla de Sagrajas, una de las más sangrientas que se libraron en Al Andalus en la que los musulmanes derrotaron a los cristianos.

La elección de ese emblema confirma la obsesión, por ahora retórica, de los yihadistas con la España musulmana. Sagrajas, que los árabes llaman Zallaqa, es hoy en día una pedanía de Badajoz donde en 1086 el Ejército de Yusuf ben Tasufin, que había cruzado el Estrecho procedente de Marruecos, venció al del rey Alfonso VI en cuyas filas hubo miles de bajas. Los almorávides, mitad monjes mitad soldados, aplastaron a sus enemigos, pero no supieron sacar ningún rédito político de su triunfo.

Logotipo común de estos movimientos terroristas.“Hay que leer sobre los almorávides, con los que los terroristas se identifican, para entender la reorganización en marcha del yihadismo en el Sahel”, afirma Fernando Reinares, investigador principal en terrorismo del Real Instituto Elcano. “Los almorávides eran fundamentalistas y feroces”, recalca.

Iyad Ag Ghali, un tuareg maliense de 62 años, anunció en árabe, en un vídeo que empezó a circular el 2 de marzo, la creación del Grupo de apoyo al islam y a los musulmanes que él mismo dirigirá. De la lucha nacionalista tuareg pasó al islamismo radical al fundar en 2012 Ansar Eddine (Defensores de la fe).

En el vídeo aparecen a su lado unos cuantos jefes yihadistas que el Ejército francés desplegado en el Sahel lleva años intentado cazar con el apoyo de los drones norteamericanos que operan desde Níger. Allí están, por ejemplo,Yahya Abu al-Hammam, jefe regional para el Sáhara de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) y Hassan el Ansari, “número dos” de los Al Morabitun.

Su máximo jefe es Mokhtar Belmokhtar, apodado “el tuerto”, protagonista del secuestro de tres rehenes españoles en 2009 en Mauritania y de la toma, en 2013, de la enorme planta gasística argelina de In Amenas. Varias veces, la última en noviembre de 2016, su muerte ha sido anunciada por fuentes militares occidentales, pero nunca fue confirmaba. Su ausencia en el acto fundacional inmortalizado en el vídeo refuerza las sospechas sobre su defunción.

El mero hecho de que un puñado de jefes terroristas, entre los más buscados, hayan logrado reunirse para grabar un vídeo es ya de por sí un éxito

No está aún claro, a ojos de los analistas, si la fusión impulsará la violencia en esos países africanos entre los más míseros del mundo. El mero hecho de que un puñado de jefes terroristas, entre los más buscados, hayan logrado reunirse a escondidas para grabar un vídeo es ya de por sí un éxito.

Las imágenes rodadas muestran, sin embargo, “lo lejos que están del Estado Islámico en cuanto al dominio de la propaganda audiovisual”, señala Manuel Torres Soriano, autor del libro Al Andalus 2.0: La Ciber-Yihad contra España. “Es inevitable que el espectador dirija su mirada en el vídeo al punto central de la imagen y allí, delante del líder, está colocado un ordenador cuya marca (HP) no ha sido ni siquiera tapada”, añade este profesor de la Universidad Pablo de Olavide en Sevilla.

Tres son las razones, según Reinares, que han impulsado esta fusión. Primero poner fin “a la dispersión que provocó la intervención militar francesa en el norte de Malí”, en enero de 2013, que expulsó a los terroristas de sus principales feudos. En segundo lugar buscan “formalizar y ahondar la coordinación operativa que practican entre ellos desde hace tres años”. Por último quieren “asegurarse de que en el Magreb y el Sahel sus fuerzas predominarán ante los intentos del Estado Islámico de penetrar en la zona”.

El grupo recién creado se sitúa claramente en la órbita de Al Qaeda. Su líder, Iyad Ag Ghali, se ha declarado vasallo del jefe regional de esta organización terrorista, Abdelmalek Droukdel, que opera desde 2006 desde las montañas de la Cabilia argelina, y de Ayman el Zawahiri, el sustituto de Osama Bin Laden al frente de Al Qaeda central, del que se sospecha que se esconde en Pakistán. Fundada en 2009, la productora audiovisual de la rama magrebí de Al Qaeda fue bautizada con el nombre de Al Andalus, otro indicio más de la fascinación por la España musulmana.

Iyad Ag Ghali, se ha declarado vasallo del jefe regional de Al Qaeda, Abdelmalek Droukdel, que opera desde las montañas de la Cabilia argelina

Con la excepción de Libia, “el Estado Islámico está teniendo dificultades para implantarse en las regiones del Magreb y del Sahel”, señala Manuel Torres Soriano. “Solo ha conseguido atraer a grupúsculos yihadistas” como los Soldados del Califato en Argelia que prácticamente desaparecieron meses después de escindirse de Al Qaeda.

Aun así existe un riesgo de que, tras ser derrotado en Siria e Irak, el Estado Islámico intente rebrotar en el Sahel aprovechando la debilidad de esos países semidesérticos apuntalados por Europa, especialmente por Francia, advertía la semana pasada, en una conferencia en la Universidad de Navarra, Francisco Martínez, hasta noviembre secretario de Estado de Seguridad.

Para tratar de afianzar esos Estados tan endebles los Grupos de Acción Rápida de la Guardia Civil empezarán, dentro de unas semanas, a entrenar a las fuerzas de seguridad de seis países africanos (Mali, Mauritania, Chad, Níger, Senegal y Burkina-Faso) en el marco de un programa europeo dotado de un presupuesto de 40 millones de euros. El adiestramiento estará, sin embargo, centrado en aquello que más interesa a España: la lucha contra la emigración irregular.

Los movimientos terroristas que operan en el Sahel se reagrupan bajo la batuta de Al Qaeda y con un logotipo común que menciona la batalla de Sagrajas, una de las más sangrientas que se libraron en Al Andalus en la que los musulmanes derrotaron a los cristianos.

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