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Los Troadec, la familia francesa que ha desaparecido sin dejar rastro
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hallados restos de sangre en la casa

Los Troadec, la familia francesa que ha desaparecido sin dejar rastro

El 16 de febrero fueron vistos por última vez. Tenían ropa sin tender en la lavadora, la nevera llena de comida para el fin de semana y los platos sucios en el fregadero. ¿Dónde están?

Foto: Pascal y Brigitte Troadec, junto a su hijo Sébastien hace varios años. ('Le Parisien')
Pascal y Brigitte Troadec, junto a su hijo Sébastien hace varios años. ('Le Parisien')

Era una familia bien avenida a ojos de todos. Pascal y Brigitte Troadec, de 50 años, vivían con sus hijos Sébastien y Charlotte, de 21 y 18 años, en un pequeño pueblo a las afueras de Nantes, al oeste de Francia. Sin embargo, el jueves 16 de febrero desaparecieron. Dejaron los platos sucios en el fregadero, la ropa mojada dentro de la lavadora y la nevera llena de comida. Nada hacía pensar que se hubieran marchado de manera premeditada, pero un pequeño detalle hizo saltar las alarmas: no había sábanas en ninguna de las camas de la casa.

Fue un familiar el que alertó a la policía de la falta de noticias sobre los Troadec. En la puerta estaban aparcados los coches de Pascal y Brigitte, los teléfonos móviles no daban señal y los padres no acudieron a sus trabajos. Por ello, la policía acudió al domicilio familiar, registró la vivienda y vio que ninguna de las cuatro camas tenía sábanas. Tampoco estaba el coche, un Peugeot 307, que Sébastien utilizaba cada día para ir a la academia en la que estudiaba informática.

Fue durante el registro cuando los investigadores encontraron restos de sangre en distintos puntos de la casa que habían sido limpiados días antes. Una vez analizados, y como publican varios medios franceses, el ADN se corresponde con los de Pascal, Brigitte y Sébastien. Ni rastro de la joven Charlotte, que estudia en un colegio católico de la zona. Desaparición, secuestro o asesinato son las tres hipótesis que baraja la policía.

Amenazas de muerte y acoso

Las últimas informaciones apuntan a que los teléfonos móviles de los cuatro miembros de la familia fueron desconectados en la madrugada del viernes 17 de febrero, día en el que su padre tenía que reincorporarse al trabajo en una empresa especializada en la fabricación de rótulos luminosos. La investigación se centra en Sébastien, un joven con una personalidad complicada. Según una fuente cercana al caso consultada por 'Le Parisien', el padre había padecido problemas depresivos en el pasado mientras que su hijo tenía "ciertos problemas psicológicos".

De hecho, el joven fue imputado en 2013 por amenazas de muerte y acoso a varias personas, entre ellas compañeros de colegio, pero no fue encarcelado debido a su edad. En su lugar, fue condenado a realizar trabajos comunitarios durante varios meses. Sus perfiles en las redes sociales revelan, además, una mala relación con sus progenitores debido a un posible problema de alcoholismo del padre, hablando sin parar, incluso, de la muerte. El pasado verano se tatuó en la cara tres lágrimas bajo el ojo, lo que en países de Latinoamérica se relaciona con un pasado en la cárcel o con el luto por la pérdida de un familiar. Además, escribió varios mensajes en un foro de videojuegos que le costaron que su usuario fuera bloqueado y eliminado.

Por el momento, la investigación está bajo secreto del sumario y no se descarta la implicación de una o varias personas en la desaparición de la familia Troadec.

Era una familia bien avenida a ojos de todos. Pascal y Brigitte Troadec, de 50 años, vivían con sus hijos Sébastien y Charlotte, de 21 y 18 años, en un pequeño pueblo a las afueras de Nantes, al oeste de Francia. Sin embargo, el jueves 16 de febrero desaparecieron. Dejaron los platos sucios en el fregadero, la ropa mojada dentro de la lavadora y la nevera llena de comida. Nada hacía pensar que se hubieran marchado de manera premeditada, pero un pequeño detalle hizo saltar las alarmas: no había sábanas en ninguna de las camas de la casa.

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