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¿Salvará Reino Unido a la OTAN? El agujero en Defensa torpedea su plan pos-Brexit
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¿Salvará Reino Unido a la OTAN? El agujero en Defensa torpedea su plan pos-Brexit

Los agujeros en materia de Defensa dificultan los planes del Gobierno británico para asumir un papel global tras el Brexit. El IISS asegura que destina menos del 2% del PIB

Foto: Soldados británicos durante una operación en Malgir, provincia de Helmand, Afganistán (Reuters).
Soldados británicos durante una operación en Malgir, provincia de Helmand, Afganistán (Reuters).

Ante las constantes críticas de Donald Trump hacia los países europeos que “llevan años abusando de la paciencia, el dinero y los esfuerzos militares norteamericanos”, la primera ministra británica Theresa May se postuló como salvadora de la OTAN. En su viaje a la Casa Blanca el mes pasado, la líder 'tory' se comprometió a alentar a los estados miembros a cumplir con el objetivo de la alianza para conseguir así el apoyo del presidente estadounidense. Sin embargo, ahora sería el Reino Unido quien no destina el 2% de su PIB a Defensa.

Coincidiendo con la primera cumbre de la OTAN tras la victoria de Trump, que comienza hoy en Bruselas, el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS) asegura que la cifra es de 1,98%. El Ejecutivo británico lo niega y defiende que gasta un 2,21% de su PIB. “Nuestro presupuesto de defensa es el mayor de Europa, el segundo más importante de la OTAN, y está creciendo cada año, ya que hemos invertido para la próxima década 178.000 millones de libras en equipos en todo el mundo con nuevos buques, submarinos y aviones”, asegura un portavoz del Gobierno.

Mientras, el reputado think tank defiende que sus cálculos son correctos, ya que ha tenido en cuenta el crecimiento económico real del último trimestre, ligeramente superior a lo que se tenía previsto.

“El Gobierno deberá demostrar una capacidad militar de poder ayudar a los nuevos aliados”, explica John Chipman, director del IISS

El desasosiego en Downing Street es entendible. Con el Brexit, no es momento de defraudar al “amigo especial, ni mucho menos en una cuestión referida a la seguridad. El problema es que la batalla de números está enmascarando el verdadero dilema: ¿cuál es el papel que debe jugar Reino Unido en materia de Defensa ahora que ha prometido convertirse en un país global? Y sobre todo: ¿tiene recursos para afrontar el reto?

John Chipman, director de IISS, no se muestra especialmente preocupado por la salida del bloque comunitario. “Está claro que nuestra participación en algunas operaciones europeas no será ya automático. Pero siempre habrá cooperación. Francia, por ejemplo, se retiró en los años 60 del mando militar de la OTAN (volvió en 2009) y eso no significó que se dejara de trabajar con el país en ningún momento. Reino Unido puede contribuir mucho a la UE y supongo que se llegará a un acuerdo de colaboración similar con Bruselas”, explica a El Confidencial.

Foto: Británicos pasan ante el Parlamento, en Londres, el 8 de febrero de 2017. (Reuters)

Ahora bien, según el experto, “si el Ejecutivo defiende que tras el Brexit va a ocupar una posición global, el aspecto militar debe estar ligado a esa ambición económica por estar presente en los mercados de Oriente Medio y Asia”. “El Gobierno deberá demostrar una capacidad militar de poder ayudar a los nuevos aliados”, matiza.

En este sentido, Chipman recalca que Reino Unido está entre los cinco países del mundo –por detrás de EE UU, China, Rusia y Arabia Saudí- que más presupuesto destina a Defensa. Con todo, en los próximos cinco años debe mejorar, entre otros, “la infraestructura naval” e “incrementar el personal de tropas de rápido despliegue, ya que está por debajo de la capacidades históricas”.

Actualmente, las islas británicas cuentan con 87.000 soldados y 100.000 reservistas comparados con los 770.000 militares y 2.000.000 reservistas de Rusia, según el Centro de Análisis Histórico e Investigación sobre Conflictos (CHACR), que en su último informe ha advertido que Reino Unido sería “incapaz” de lanzar una ofensiva efectiva contra un enemigo beligerante.

Según el Centro de Análisis Histórico e Investigación sobre Conflictos (CHACR), Reino Unido sería “incapaz” de lanzar una ofensiva efectiva contra un enemigo beligerante

El documento, publicado después de una reunión de dos días entre militares jubilados y en activo, concluye que la capacidad militar del país se ha “vaciado” a tal grado desde 2010, que toda la fuerza británica podría ser aniquilada “en una tarde”.

Aunque el think tank admite que el Reino Unido no se enfrenta a “riesgo inmediato” de un ataque directo de un estado extranjero, recalca que hay “escenarios plausibles” en los que podría verse envuelto en el conflicto de otro país con Rusia, debido a su pertenencia a la OTAN.

Por su parte, una investigación de 'The Sunday Times' también desvelaba recientemente determinados fallos de equipamiento que “dificultarían defender al país contra un ataque militar serio”. Entre otros, el rotativo denunciaba buques de guerra “tan ruidosas que los submarinos rusos pueden oírlos a 100 millas de distancia”, drones de 1.000 millones de libras “que no han entrado en servicio de primera línea, 12 años después de ser adquiridos” y tanques ligeros “demasiado grandes para poder entrar en portaaviones”.

En este sentido, Nick Childs, especializado en seguridad naval y marítima del IISS, recalca que hay muchos retos por delante, donde también hay que tener en cuenta “que la caída de la libra con respecto al dólar tras el Brexit va a encarecer la adquisición de nuevos equipos a empresas norteamericanas”. Con todo, asegura que Reino Unido sigue siendo un país de referencia con mucho que aportar. “Su portaaviones, por ejemplo, aportan un valor añadido con respecto a cualquier otro país europeo”, matiza.

Aunque Childs defiende que en los últimos años se han hecho grandes adquisiciones, John Louth, director del Instituto Real de Servicios Unidos (RUSI), otro think tank experto en la materia, señala que el presupuesto es escaso y está en una posición similar a la que se encontraba antes de las elecciones generales de 2010. En aquellos comicios, David Cameron se convirtió en premier imponiendo un periodo de austeridad para reducir el déficit presupuestario que habría dejado al Ejército bajo mínimos.

Habrá que esperar hasta el próximo 8 de marzo, cuando el Gobierno de May presente sus primeros presupuestos generales, para comprobar la importancia que otorga la nueva líder 'tory' al ministerio de Defensa. Cierto es que en su primera intervención en el Parlamento como primera ministra recalcó la necesidad de que Reine Unido mantenga su puesto en el grupo de potencias nucleares en un intenso debate donde la Cámara de los Comunes, aprobó gracias a la mayoría conservadora, renovar su envejecido arsenal nuclear, a un precio inicial estimado de unos 46.000 millones de euros.

Sin embargo, a diferencia del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, desde RUSI advierten que sería “irrealista esperar que el Ministerio de Defensa esté exento de los recortes que probablemente serán necesarios para afrontar la salida del bloque, ya que con los limitados recursos disponibles, el Gobierno debe dejar claro que sus prioridades estratégicas se concentrarán en áreas de interés común con los aliados europeos, en lugar de roles más globales”.

Ante las constantes críticas de Donald Trump hacia los países europeos que “llevan años abusando de la paciencia, el dinero y los esfuerzos militares norteamericanos”, la primera ministra británica Theresa May se postuló como salvadora de la OTAN. En su viaje a la Casa Blanca el mes pasado, la líder 'tory' se comprometió a alentar a los estados miembros a cumplir con el objetivo de la alianza para conseguir así el apoyo del presidente estadounidense. Sin embargo, ahora sería el Reino Unido quien no destina el 2% de su PIB a Defensa.

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