Es noticia
Dimite Michael Flynn, el asesor de seguridad de Trump, por sus contactos con Rusia
  1. Mundo
Considerado "un riesgo" para la seguridad de EEUU

Dimite Michael Flynn, el asesor de seguridad de Trump, por sus contactos con Rusia

Por la revelación de que, poco antes antes de la toma de posesión del nuevo Gobierno, habló con el embajador ruso en Washington sobre la posibilidad de levantar las sanciones contra Rusia

Foto: Michael Flynn, asesor de seguridad nacional del presidente de EEUU. (Efe)
Michael Flynn, asesor de seguridad nacional del presidente de EEUU. (Efe)

La nueva Administración Trump ya tiene su primera baja política, y el motivo ha sido nada menos que Moscú. El exgeneral Michael Flynn, asesor de Seguridad Nacional, ha anunciado su dimisión esta madrugada tras el escándalo desatado por la revelación de que, poco antes antes de la toma de posesión del nuevo Gobierno estadounidense, habló con el embajador ruso en Washington sobre la posibilidad de levantar las sanciones contra Rusia. La última de dichas conversaciones, al parecer, se produjo el mismo día que el presidente saliente Barack Obama ordenó la expulsión de 35 operativos de inteligencia rusos que actuaban bajo cobertura diplomática, y podría ser la clave de por qué Vladimir Putin decidió no tomar ninguna represalia.

Sus conversaciones telefónicas con el embajador ruso Sergei Kilsyak fueron registradas por la Agencia Nacional de Seguridad (NSA), y un total de 9 funcionarios estadounidenses que las escucharon han podido testificar en su contra. Cómo este especialista en inteligencia pudo cometer un error tan burdo –la NSA hace una supervisión rutinaria de las comunicaciones extranjeras en Washington, especialmente las de países considerados no amistosos- es un misterio. Al final, Flynn ha sido considerado un riesgo para la misma seguridad nacional sobre la que debía asesorar. Además, es ilegal que ciudadanos privados estadounidenses –como lo era todavía el ex general en el momento de las conversaciones- lleven a cabo acciones diplomáticas.

Pero lo que verdaderamente ha sellado su destino es el hecho de que, al ser cuestionado al respecto, primero trató de negar la mayor, y posteriormente de dar una versión edulcorada de los hechos. Confrontado con las evidencias, y sin apoyos sólidos en la Administración, no ha tenido más remedio que dimitir. “De forma inadvertida, informé al vicepresidente electo y a otros con información incompleta sobre mis llamadas telefónicas con el embajador ruso”, ha indicado Flynn en su carta de resignación.

Otro militar le sustituye: Joseph Keith Kellogg

El vicepresidente Mike Pence, de hecho, fue el único que en un primer momento salió a defender a Flynn, hasta que quedó claro que el escándalo no tenía solución. En todo este tiempo, el silencio de Donald Trump ha sido clamoroso. Y, aparentemente, otros miembros de la Administración, como el jefe de estrategia Steve Bannon, están más que satisfechos con la defenestración de Flynn, a quien se dice que Bannon odia.

La Casa Blanca ha anunciado en un comunicado que el general Joseph Keith Kellogg ha sido nombrado sustituto interino para el cargo que deja Flynn, a la espera de que se anuncie un nombre definitivo. Kellogg, de 72 años, es un militar con 36 años de carrera a sus espaldas, veterano de Vietnam, Camboya, la Guerra del Golfo y la invasión de Irak. Se retiró poco después de esta, y desde entonces ha trabajado en varias compañías de defensa privadas. Es uno de los generales de la camarilla de Trump, quien recientemente le nombró secretario ejecutivo del Consejo Nacional de Seguridad.

La nueva Administración Trump ya tiene su primera baja política, y el motivo ha sido nada menos que Moscú. El exgeneral Michael Flynn, asesor de Seguridad Nacional, ha anunciado su dimisión esta madrugada tras el escándalo desatado por la revelación de que, poco antes antes de la toma de posesión del nuevo Gobierno estadounidense, habló con el embajador ruso en Washington sobre la posibilidad de levantar las sanciones contra Rusia. La última de dichas conversaciones, al parecer, se produjo el mismo día que el presidente saliente Barack Obama ordenó la expulsión de 35 operativos de inteligencia rusos que actuaban bajo cobertura diplomática, y podría ser la clave de por qué Vladimir Putin decidió no tomar ninguna represalia.

Vladimir Putin NSA (Agencia Nacional de Seguridad) Barack Obama
El redactor recomienda