¿Qué es la 'abaya'? La prenda de la discordia en la visita española a Arabia Saudí

Este domingo, la visita de la comitiva española a Arabia Saudí acabó en polemica. ¿El motivo? Durante la entrega del Gran Collar de Badr, la secretaria de Estado de Comercio, Maria Luisa Poncela, apareció con falda y sin cubrir su cabeza con un velo. Muchas personas criticaron que la delegada española no utilizara la tradicional abaya, recomendada por las autoridades locales en este tipo de actos. Pero, ¿en qué consiste esta prenda?

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Se trata de una túnica larga hasta los pies, que se coloca sobre la vestimenta de la mujer. Es tradicional usarla en los países árabes y en el norte de África, siendo obligatorio su uso en algunos lugares, como es el caso de Qatar. Normalmente, esta prenda no suele ser la única que se utiliza, y suele ser combinada con el hiyab -el pañuelo que cubre la cabeza- y, en ocasiones, incluso con unos guantes.

Los países que utilizan de manera habitual la abaya basan la razón de esta decisión en el Corán 33:59. En este pasaje, se dice lo siguiente: "Oh Profeta, dile a tus esposas e hijas, y a las mujeres de los creyentes, que se cubran con una prenda suelta. Así serán reconocidas y nada podrá dañarlas". Se trata, por tanto, de una cuestión religiosa, por lo que muchas extranjeras suelen llevarlo como símbolo de respeto a las costumbres.

Sin embargo, muchas mujeres occidentales evitan utilizarlo al entender que es un paso adelante en beneficio de los derechos humanos de las mujeres en estos países. En el caso de Poncela, fuentes oficiales confirmaron que se consultó con las autoridades previamente la posibilidad de no usar la citada prenda, ante lo que recibieron el visto bueno. Así, al igual que la secretaria de Estado de Comercio, ninguna otra mujer de la delegación española vistió la abaya.

Tradicional en el mundo árabe, la prenda va desde las telas más sencillas a los diseños más sofisticados. Se pueden encontrar prendas con una simple abertura en la cabeza; otras muy simples, pero de materiales realmente duros; y otras mucho más elaboradas, de las mejores telas innimagibles. Y, como en todos los lugares del mundo, quién las viste depende del poder adquisitivo con el que cuenta.