Quién es Paolo Gentiloni, el católico aristocrático y progresista que liderará Italia

La persona que sustituirá a Matteo Renzi al frente del Gobierno italiano será su hasta ahora ministro de Exteriores, Paolo Gentiloni, también miembro destacado del Partido Democrático (PD) y un leal al hasta ahora primer ministro. A nadie se le escapa que este nombramiento supone un gesto de continuidad, una idea reforzada por el propio Gentiloni, que en su discurso de aceptación ha dejado abierta la posibilidad de que varios de los ministros de Renzi vuelvan a ocupar sus antiguos cargos.

“En las consultas del presidente se ha evidenciado la indisponibilidad de la mayoría de las fuerzas de oposición a compartir la responsabilidad de un nuevo gobierno. Por tanto, no por elección, sino por sentido de responsabilidad nos moveremos dentro del marco del gobierno y de la mayoría saliente”, declaró Gentiloni, que asegura que formará Gobierno “lo antes posible”.

Católico y de orígenes aristocráticos –muchos de sus parientes cercanos son condes- pero ideas de izquierda, se le considera una figura mediadora que puede conciliar a facciones políticas opuestas. Licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad de La Sapienza de Roma, militó durante un tiempo en el Partido Comunista antes de dedicarse al periodismo. De allí dio el salto a la política, ejerciendo de portavoz del alcalde de Roma, Francesco Rutelli.

Políglota y cosmopolita

Fue ministro de Comunicaciones con Romano Prodi, y en 2013 trató en vano de hacerse con la alcaldía de la capital italiana, pero quedó solamente tercero, con apenas un 11% de los votos. Al año siguiente, la entonces ministra de Exteriores Federica Mogherini fue nombrada jefa de la diplomacia de la Unión Europea, por lo que Gentiloni fue escogido para sustituirla en el cargo que ha ocupado hasta hoy.

Políglota –habla cinco idiomas- y casado con una arquitecta, Gentiloni está considerado un político moderado y discreto, capaz de calmar a Europa y a los siempre exigentes mercados. Entre los principales retos que afrontará está el rescate del banco Monte Dei Paschi di Siena (MPS), la entidad bancaria más antigua del mundo, así como la ayuda a los damnificados de los terremotos que han sacudido Italia durante el último año.

Sin embargo, su principal problema será resistirse a la presión inmediata de una oposición que exige la convocatoria de elecciones anticipadas, dado que, técnicamente, el nuevo primer ministro no ha sido elegido por los votantes. En cualquier caso, estas no podrán celebrarse hasta que el Parlamento elabore una nueva ley electoral, lo que no ocurrirá al menos hasta la próxima primavera. El mandato actual llega hasta 2018. La pregunta que se abre ahora es qué podrá hacer Gentiloni con estos meses de plazo que tiene por delante.