Trump ofrece al presidente de ExxonMobil ser secretario de Estado

El nombre de Rex Tillerson, consejero delegado de ExxonMobil, emerge como candidato favorito de Donald Trump para ocupar el cargo de secretario de Estado. El presidente electo de Estados Unidos se reunió el pasado martes con el CEO de la multinacional energética para, según avanza la agencia Reuters, transmitirle su voluntad de heredar el puesto que todavía ostenta el demócrata John Kerry. Por el momento, ni el entorno de Trump ni el del presidente de ExxonMobil se han pronunciado sobre esta posibilidad.

El gabinete del futuro mandatario sigue tomando forma. La decisión de Trump llega apenas un par de días después de que escogiese a Scott Pruitt, fiscal general de Oklahoma y escéptico sobre el cambio climático, como jefe de la Agencia de Protección Medioambiental. El viernes era el presidente de Goldman Sachs, Gary Cohn, quien era propuesto para el cargo de director del Consejo Económico Nacional, organismo encargado de coordinar la política económica global de la Casa Blanca.

Tillerson, de 64 años, se adelanta a otro de los hombres que partían con opciones de acceder a la secretaría de Estado, el candidato republicano en 2012 Mitt Romney. Otros nombres en la terna son John Bolton, antiguo embajador estadounidense en las Naciones Unidas, el senador por Tennessee Bob Corker y el militar James Stavridis, almirante ya retirado. Quien ya no figura entre los candidatos es Rudolph Giuliani, exalcalde de Nueva York, que rechazó figurar en el gabinete tras reunirse con Donald Trump.

El nombramiento de Tillerson como secretario de Estado centraría el foco en la compañía que preside. ExxonMobil trabaja en más de 50 países de los seis continentes. En 2011, la empresa firmó un acuerdo con Rosneft, la petrolera estatal más grande de Rusia, para realizar prospecciones en el país presidido por Vladímir Putin. El mandatario ruso llegó a galardonar a Tillerson con la distinción de la Orden de la Amistad. Sin embargo, las sanciones de Estados Unidos contra Rusia por la invasión de Crimea supuso la interrupción de varios proyectos de ExxonMobil en el país, ocasionando unas pérdidas valoradas en 1.000 millones de dólares.

El cambio climático también se vería cuestionado, ya que la Fiscalía de Nueva York investiga a la multinacional energética por haber ocultado información a inversores, reguladores y al público en general sobre los documentos que manejaba sobre calentamiento global.