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Las Italias (enfrentadas) del referéndum de Renzi
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LA SOCIEDAD ESTÁ POLARIZADA Y CONFUNDIDA

Las Italias (enfrentadas) del referéndum de Renzi

Hay distinciones regionales entre los electores ante el referéndum. En toda Italia ganaría por un estrecho margen el no, pero es en el sur donde hay mayor oposición a la reforma de Renzi

Foto: El primer ministro italiano Matteo Renzi en Roma. (Reuters)
El primer ministro italiano Matteo Renzi en Roma. (Reuters)

De un lado están los italianos polarizados, con una virulencia y agresividad que no se veía desde hace años. Del otro, los indiferentes y los indecisos, un ejército de poder limitado pero creciente, que es también uno de los más codiciados por la clase política. Esta es la radiografía que numerosos estudios, análisis y sondeos dibujan sobre las intenciones de voto en las distintas regiones italianas, en ocasión del plebiscito que se celebrará en Italia el próximo domingo. Fecha en la que 47 millones de italianos están llamados a decidir si apoyan o no la reforma constitucional del primer ministro, Matteo Renzi.

De norte a sur, pasando por las islas, en toda Italia no se habla de otra cosa. En los bares, en las redes sociales e incluso en los transportes públicos. No obstante, no son pocos los que expresan su indecisión ante la elección que les aguarda. “Se habla mucho, sí, pero también hay mucha confusión. La gente no entiende bien de qué va la reforma”, cuenta a este diario el abogado Francesco Bitritto, de 35 años y habitante de Vasto, en el centro-este del país. “Los que expresan públicamente que votan sí, personas ya involucradas en la política de alguna manera, a menudo son insultados por el otro bando”, añade Bitritto.

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“¿Qué votaré? Quizá por el mal menor…”, confiesa Valentina, una treintañera de Roma con trabajos ocasionales y que aún no ha decidido si participará en la consulta. “Yo votaré, pero en Siracusa [Sicilia] hay mucha rabia entre los ciudadanos por la difícil situación que experimenta el país”, explica, por otra parte, Giordano Bozzanca, un estudiante siciliano de 25 años.

Hartos de la política por distintas razones, los italianos que acudirán a las urnas no solo están polarizados y confundidos por la reforma en sí, sino también por el primer ministro, en un voto que también es interpretado como un juicio sobre su persona y lo que ha hecho desde que gobierna Italia (2014). Ello, pese a los esfuerzos de Renzi por intentar desmarcarse, en las últimas semanas, de este binomio. “Hay un clima de guerra civil”, ha bromeado el cómico Maurizio Crozza, uno de los más populares en el país.

Según los sondeos, en toda Italia ganaría por un estrecho margen el no a la reforma, pero es en el sur donde hay mayor oposición a la propuesta de Renzi

“El 5 de diciembre [el día después del referéndum] no llegará la plaga de langostas. Debemos ir a la votación con tranquilidad”, dijo hace días el propio Renzi. La semana pasada, coincidiendo con los esfuerzos finales de la campaña, medios italianos e internacionales predecían escenarios tan apocalípticos como que Italia abandonará la eurozona si pierde el primer ministro.

El voto por regiones

Con este nerviosismo como punto de partida, los observadores subrayan ciertas distinciones regionales entre los electores ante la cita. De hecho, según el último sondeo de Demos & PI, en toda Italia ganaría por un estrecho margen el no a la reforma, pero es en el sur donde hay mayor oposición a la propuesta de Renzi. Algo que coincide en parte con otro estudio, del centro de encuestas Ipsos, según el cual los porcentajes más bajos de favorables al sí se encuentran en el sur y en las islas, aunque también en partes del norte de Italia.

Una circunstancia, esta última, que se asocia al hecho de que en el noroeste de Italia se encuentran algunas de las regiones más ricas del país y de Europa (Lombardía, Trento…), pero también allí tiene todavía cierto arraigo la xenófoba Liga Norte, un partido que cuestiona todo lo que proviene de las filas de Renzi. Incluso esta última reforma. Tanto que la Liga, junto con el Movimiento Cinco Estrellas (M5S) que lidera Beppe Grillo, es hoy su principal y más enérgico enemigo.

No los pobres, los empobrecidos

Así, podría pensarse que el apoyo al sí se encuentra exclusivamente en las regiones más pobres del país. Sin embargo, no todos coinciden plenamente con este análisis. “Como ha ocurrido con Trump en Estados Unidos, no serán las regiones más pobres las que ejerciten el voto de protesta, sino las que más se han empobrecido”, explicaba recientemente el digital 'Linkiesta'. Lacio (cuya capital es Roma) y Piamonte (Turín) están en esta lista, según el análisis de la renta per cápita 2007-2010. Precisamente en Roma y Turín es donde el M5S ha cosechado triunfos electorales en los últimos tiempos, logrando hacerse con los ayuntamientos de esas ciudades.

Dicho esto, tampoco puede negarse el clima desfavorable al sí en el sur, lo que coincide con el descontento que provoca vivir en las regiones más pobres de Italia. Pero esto se explica con el hecho de que allí no solo el PIB es casi la mitad que el de las regiones del norte, también, en coincidencia con la crisis económica, la desigualdad entre ricos y pobres ha crecido de manera significativa.

“En los últimos años, la crisis ha implicado una mayor concentración de la riqueza, en especial en el Mezzogiorno”, publica el diario económico 'Il Sole 24 Ore'. Según ese rotativo (que para su estudio elaboró datos del Ministerio de Economía), en concreto, en el sur de Italia viven 4,7 millones de personas gravemente marginadas, el equivalente al 52,6% del total, y un dato que ha ido en ascenso.

En la actualidad, Calabria, Apulia, Campania Basilicata, Cerdeña, Molise y Los Abruzos son (en ese orden) las regiones más pobres de Italia, y todas están ubicadas en el sur, de acuerdo con datos de Eurostat. Por el contrario, en la parte alta de la lista están la provincia autónoma de Bolzano, Lombardía, Valle d'Aosta, la provincia autónoma de Trento, Emilia Romaña, Lacio, Liguria, Véneto, Friuli Venecia Julia, Toscana, Piamonte, Las Marcas y Umbría.

Además, señalan los observadores que, si al dato de la renta se añade el de la inflación, es evidente que desde 2008 la crisis ha devorado las economías de las familias de gran parte del país. “No se puede obviar que a la gente lo que más le preocupa es el trabajo, no la constitución”, ha repetido numerosas veces uno de los archienemigos de la reforma, Marco Travaglio.

Más aún, según el Instituto Ipsos, los detractores de la reforma abundan entre los desempleados, trabajadores autónomos, obreros y funcionarios públicos. Mientras, el sí conquista votos entre los ancianos, las amas de casa, los jubilados y las personas sin titulación universitaria. Aunque, por supuesto, no faltan las excepciones. “Votaré por el no. Los gobiernos pasan, la constitución se queda”, afirma Palmiro Portone, un jubilado de 72 años. “Y lo hago sobre todo para las jóvenes generaciones”, argumenta este habitante de Roma.

En lo que concierne a la pertenencia religiosa, una parte de los católicos más conservadores se han pronunciado en contra de la reforma. Y esto no en particular por el contenido de las modificaciones, sino por el hecho de que Renzi recientemente ha aprobado una ley que permite las uniones homosexuales. “Renzi no nos ha escuchado, voten no”, ha dicho Massimo Gandolfini, líder del Family Day, cuya manifestación de protesta aunó a dos millones de personas en Roma.

Pero igualmente, incluso en este colectivo, hay otra parte que se ha mantenido indiferente, o ha dicho que apoyará la nueva ley. Por su parte, la jerarquía católica italiana no se ha pronunciado al respecto. Un contexto que, en extrema síntesis, se resume con que las Italias del referéndum no están divididas por una línea, sino por muchas, lo que dilata la incógnita sobre el resultado final.

De un lado están los italianos polarizados, con una virulencia y agresividad que no se veía desde hace años. Del otro, los indiferentes y los indecisos, un ejército de poder limitado pero creciente, que es también uno de los más codiciados por la clase política. Esta es la radiografía que numerosos estudios, análisis y sondeos dibujan sobre las intenciones de voto en las distintas regiones italianas, en ocasión del plebiscito que se celebrará en Italia el próximo domingo. Fecha en la que 47 millones de italianos están llamados a decidir si apoyan o no la reforma constitucional del primer ministro, Matteo Renzi.

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