El papa Francisco 'desoccidentaliza' la jerarquía de la Iglesia católica

En un nueva apuesta de Jorge Mario Bergoglio, los cardenales que elijan al próximo Papa podrían ser, a partir de este sábado, casi todos no europeos. Un hecho inédito en la historia de la Iglesia católica. Con el tercer consistorio (como se conoce el nombramiento de cardenales, en lenguaje religioso) desde que fue elegido en 2013 –hace menos de cuatro años–, el Pontífice argentino pone fin al eurocentrismo de la jerarquía católica, dando paso a las que él llama las periferias del mundo, en particular a África y Asia. Continentes que aumentan sensiblemente en el tablero geoestratégico que integran los llamados príncipes de la Iglesia.

John Ribat, obispo de Port Moresby, capital de la diminuta Papúa Nueva Guinea, en Oceanía; Maurice Piat, obispo de Port-Louis, cuya población no llega a las 150.000 personas en la isla Mauricio; Patrick D’Rozario, obispo de Dacca, una de las ciudades de Bangladesh que más ha sufrido la furia yihadista en los últimos meses y el centroafricano Dieudonné Nzapalainga, arzobispo de Bangui, quien a sus 49 años pasará a ser el más joven de todos los cardenales y quien negoció en primera persona el proceso de paz iniciado en República Centroafricana a finales del año pasado. Estos son los nombres de algunos de los 13 nuevos cardenales, cuyos nombramientos serán formalizados en un acto en la Basílica del Vaticano, de continentes hasta ahora subrepresentados y países que no tenían presencia alguna entre los llamados ‘electores’ (que tienen menos de 80 años y derecho a voto) elegidos por Bergoglio.

'Francisco ha optado por romper algunas tradiciones, como dar peso a las diócesis más grandes. Ha invertido en donde el catolicismo más crece y el resultado es que ahora se abre más el juego'

Otros nombramientos remiten a prelados que trabajan en países donde hay guerras y conflictos sociopolíticos en curso, en un claro mensaje a las autoridades civiles de esas naciones: el Vaticano apoya las maniobras de los suyos para la resolución de las hostilidades. Además de Nzapalainga, es el caso del italiano Mario Zenari, nuncio en Siria desde 2008 y quien constituye el principal canal oficial de comunicación con el régimen de Bashar al sad. “La púrpura para Zenari es la última dramática apelación para poner fin a las hostilidades”, ha escrito el experto Alberto Bobbio en las páginas de 'L’Eco di Bergamo'. Pero también está la nominación de Baltazar Enrique Porras Cardozo, obispo de Mérida, Venezuela, donde a mediados de septiembre El Vaticano confirmó que aceptaba la oferta de Unasur de sumarse a las conversaciones como mediador para zanjar la crisis.

Asimismo, entran en este grupo el mexicano Carlos Aguiar Retes, arzobispo de Tlalnepantla, proveniente de un México golpeado por el narcotráfico y ahora también amenazado por las políticas migratorias de Donald Trump. Así como Sérgio da Rocha, presidente de los obispos brasileños y proveniente de capital de Brasil, país en el que la inestabilidad política campa a sus anchas. Cierran la lista dos nuevos cardenales europeos –el español Carlos Osoro Sierra y el belga Jozef De Kesel– y tres estadounidenses, Blase J. Cupich, Joseph William Tobin y Kevin Joseph Farrell, el único que ya pertenecía a la jerarquía en sentido estricto al ser prefecto (ministro) del recién creado Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida.

A estos últimos en particular les tocará una tarea compleja: mediar con la Administración de Trump, por quien el Papa parece no tener simpatía alguna, como se vio durante su viaje a México, cuando llegó a cuestionar la fe cristiana del presidente electo. Tras la victoria del magnate, el Pontífice instó a luchar contra ciertas políticas antiinmigración: “Nuestro gran desafío es crear una cultura del encuentro, que anime a abatir muros y a construir puentes”. Francisco se dirigía a los obispos de EEUU, quienes acaban de nombrar al nuevo presidente y al segundo de la conferencia episcopal norteamericana, Daniel di Nardo y José Gómez (de origen mexicano).

“Debemos ser portadores de buenas noticias para una sociedad atenazada por desconcertantes cambios sociales, culturales y espirituales y por una creciente polarización”, continuó el Papa, haciendo particular hincapié en los migrantes hispanos. Acto seguido, envío un mensaje relacionado con el Acuerdo de París contra el cambio climático, ahora que Trump ha anunciado que desea anularlo: “Hay que actuar sin tardanza, de la manera más libre posible de presiones políticas y económicas”.

Europa, de 61 a 54

Para Andrés Beltramo, vaticanista y autor de 'La reforma en marcha', la evidencia del cambio está en los números. “En 2013, cuando Francisco fue elegido, 61 cardenales electores eran europeos y 56 de otros países. Después del sábado, habrá 54 europeos y 67 extraeuropeos, con un aumento visible de los africanos, que pasan de 11 a 15, y de los asiáticos que de 11 serán 14”, declara a El Confidencial. Por el contrario, América Latina se mantiene estable, pasando de 33 a 34, y Europa pierde siete cuotas, dejando a los no europeos a poco distancia de los dos tercios de votos (de 120) que se necesitan para elegir a un nuevo Papa. “La proveniencia de once naciones expresa la universalidad de la Iglesia (…) en cada rincón de la tierra”, afirmó el Papa, en el Ángelus del 9 de octubre cuando anunció el consistorio.

“No es que los nuevos cardenales sean la copia del Papa, pero sí ha optado por romper algunas tradiciones como dar peso a las diócesis más grandes. En concreto, ha invertido en donde el catolicismo más crece y el resultado es que ahora se abre más el juego, con la presencia de culturas que antes no la tenían”, argumenta, en este sentido, Beltramo. Privilegiando, eso sí, a quienes han hecho más trabajo de campo. Algo que también desdibuja novedades en las afinidades de cada corriente dentro de la Iglesia.

Otro elemento, en esta línea, es también el hecho de que, con los últimos nombramientos, el total de los nombrados directamente por Francisco y que votarían –si el cónclave se celebrara mañana– asciende a 44. En cambio, el número de los nominados por el hoy Papa emérito, el alemán Benedicto XVI, se mantiene en 56 y los del fallecido Pontífice polaco Juan Pablo II sigue en 21, menos de un quinto del total.

Dicho esto, Bergoglio también ha añadido al listado de nuevo purpurados otros cuatro cardenales mayores de 80 años (sin derecho a voto): Anthony Soter Fernandez, ya obispo emérito de Kuala Lumpur (Malasia), Sebastian Koto Khoarai, de Mohale’s Hoek (Lesoto), el italiano Renato Conti y el albanés Ernest Simoni, quien pasó 18 años encarcelado (12 de ellos en trabajos forzados en una mina) por el régimen comunista de Enver Hoxha. Ni Malasia ni Lesoto ni Albania contaban hasta ahora con cardenales, algo que fija el número total de países representados en 79. Los anteriores consistorios de Francisco fueron el 22 de febrero de 2014 y el 14 de febrero de 2015.

Nuevo equipo de comunicación, a prueba

Además de ello, los actos del sábado y domingo también serán una prueba para el nuevo equipo de la comunicación papal, el cual por primera vez se enfrentará a un acto multitudinario, tras los nombramientos de la estadounidense Greg Burke y de la española Paloma García Ovejero, como portavoz y vice de la sala de prensa del Vaticano. Algo que remite, en última instancia, a las maniobras del monseñor italiano Dario Edoardo Viganò, quien desde 2015 es prefecto de la secretaría de Comunicación.

En efecto, el organismo, creado por el propio Francisco, tiene previsto estrenar su nueva estructura multimedia unificada, que aúna la emisora Radio Vaticana, el diario 'L’Osservatore Romano', la librería Editorial Vaticana, el Centro Televisivo Vaticano, el servicio fotográfico y, entre otros, el servicio de internet. Todos ellos estarán volcados este fin de semana para brindar sus servicios, entre los cuales se ha previsto por primera vez la retransmisión en calidad ultra-HD y HDR vía satélite –Hotbird– de las ceremonias vaticanas.

El gran despliegue mediático, además del consistorio de cardenales, incluirá la misa al día siguiente con la cual el Papa cerrará el Jubileo que convocó el año pasado, en un trabajo de equipo en el que también colaborarán empresas de la talla de Eutelsat, Globecast y Sony. “Será una especie de bautismo”, ha resumido Viganò, para quien el evento constituye de facto una gran apuesta.