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Tras dos años y medio sin presidente, este es el hombre que gobernará el Líbano
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será el ex general cristiano michel aoun

Tras dos años y medio sin presidente, este es el hombre que gobernará el Líbano

Las grandes facciones políticas del país de los cedros logran un consenso para aupar al ex general cristiano maronita Michel Aoun al sillón presidencial. Para ello ha tenido que aliarse con sus viejos enemigos

Foto: Fotografía oficial de Michel Aoun como nuevo presidente del Líbano (EFE)
Fotografía oficial de Michel Aoun como nuevo presidente del Líbano (EFE)

El 30 de octubre de 1990, durante los últimos estertores de la guerra civil que azotó el Líbano durante quince años, fuerzas sirias bombardearon el palacio presidencial de Baabda, obligando al comandante de las fuerzas cristianas maronitas Michel Aoun a buscar refugio en la Embajada de Francia. Allí, este hizo una promesa: “El honor del Líbano está ahora en manos de este general”. Y juró que no regresaría “hasta que el último militar sirio abandonase el país”.

El líder cristiano de la oposición reconoce que perdona, pero no olvida. Más que cualquiera de los otros septuagenarios candidatos cristianos a ocupar el sillón presidencial, el ex general reclama ese cargo por derecho desde hace mucho tiempo. En su memoria permanece que en 1988, el presidente saliente Amín Gemayel le había nombrado comandante en jefe del Ejército libanés y primer ministro del gobierno provisional, pero que cuando iba a tomar posesión, 20 minutos antes de que Gemayel terminara su mandato, el dimitido primer ministro, Salim El Hoss, asumió de nuevo la jefatura del Gobierno, dejándole a un paso de su sueño de convertirse en presidente del Líbano.

Un sueño al que nunca renunció: tras quince años de exilio en Francia, Aoun regresó a Beirut en 2005 con el firme objetivo de lograr ese nombramiento. Un sueño que ayer vio finalmente cumplido: a las 13.55 hora local y tras cinco rondas de votaciones, Aoun consiguió el consenso del Parlamento para que se le permita sentarse en el sillón presidencial, vacante desde hace dos años y medio por la imposibilidad de llegar a un acuerdo entre las diferentes fuerzas políticas libanesas.

En este tiempo, las cosas han cambiado mucho. De hecho, el general Aoun, que pasó gran parte de su vida luchando con fiereza contra la dominación siria de Líbano, se ha unido ahora a Hezbollah, a pesar de los estrechos vínculos que este grupo mantiene con Siria e Irán, sus enemigos de antaño.

El ex general maronita defiende sus vínculos con el jeque Hasan Nasrala, el líder del partido-milicia chií, diciendo que esta alianza “contendrá a Siria en vez de permitirle volver a ocupar Líbano”, según declara Michel De Chadarevian, asesor de Aoun y nuevo portavoz. “Al principio no le interesaba tanto ser presidente, pero debido a que había tanta obcecación en su contra y las cosas se pusieron tan difíciles, esto hizo que se decidiera”, asegura a El Confidencial.

"Representa la dignidad"

A diferencia de muchos políticos del país de los cedros, el general Aoun es de origen humilde. Nació el 17 de febrero de 1935 en el seno de una familia maronita de Haret Hreik, uno de los suburbios del sur de la capital, que se convirtió en bastión de Hezbollah en la década de 1980. Ahora vive en una bonita casa en las colinas en Rabie, noreste de Beirut.

Sus partidarios resaltan precisamente sus orígenes difíciles, diciendo que eso le da experiencia para enfrentar problemas como la corrupción, superar divisiones arbitrarias y lograr la inclusión de todos los sectores. “Para nosotros representa la soberanía y la dignidad”, asegura a El Confiencial Mariam Bassil, miembro del Movimiento Patriótico Libre y sobrina del Gibran Bassil, ministro interino de Asuntos Exteriores . “El general no es parte del sistema corrupto local, que es la razón por la que los políticos se oponen tanto a él”, puntualiza Bassil.

Algunos libaneses lo culpan de haber dividido a los cristianos en campos rivales, mientras que muchos otros lo tachan de oportunista por aliarse con Hezbollah para así alcanzar la jefatura del Estado. Sus enemigos más viscerales, el líder cristiano Samir Geagea y el druso Walid Jumblat, de las llamadas Fuerzas del 14 de Marzo, lo tildan directamente de traidor.

La elección de Aoun no hubiera sido posible sin el beneplácito de última hora del líder suní Saad Hariri, ex primer ministro del Líbano. Gracias a este “pacto entre caballeros” lo más probable es que Hariri obtendrá el apoyo de Hezbollah para volver a ser primer ministro, en unas elecciones que se espera que se celebren en breve, tras estos dos años de bloqueo institucional.

Para Basam Lahoud, analista político de la Universidad Libanesa Americana, el general Aoun “va a ser el mejor presidente para el Líbano durante este período específico que está atravesando Oriente Medio”. “ Él es, al menos, el candidato que representa a la mayoría de los cristianos. Creo que vamos a tener un cambio en la política libanesa con la llegada del general Aoun, y va a demostrar que ya no es el general de 1988 a 1990, sino el presidente de todo el Líbano”.

placeholder Miembros del Movimiento Patriótico Libre enarbolan imágenes de Michel Aoun tras conocerse su nombramiento (Reuters)
Miembros del Movimiento Patriótico Libre enarbolan imágenes de Michel Aoun tras conocerse su nombramiento (Reuters)

Rivalidades entre líderes cristianos

Una marea de banderas naranjas inundaron la plaza de Sasine, en el bastión cristiano de Ashrafiyeh, en el centro de Beirut. El hecho de que ondearan más banderas naranjas, el color de la Corriente Patriótica Libre (de Aoun), que la rojiblanca con el cedro del Líbano, demuestran una vez más la crónica división política y confesional que padece el país.

“Hemos venido de Becharre [feudo maronita en las montañas del norte del Líbano] para apoyar a nuestro líder. Aoun es el presidente que necesita el Líbano”, proclamó entusiasmado Pierre Bassem, vestido con camiseta y gorra naranja. “Hoy es un día feliz para todo el Líbano”, asegura Mariam Bahuri que se identifica también como partidaria de Corriente Patriótica Libre.

Pero fuera de la abarrotada plaza de Sassine, tomada por hombres y mujeres que lucen gorras, camisetas o fulares naranjas, otros libanes opinan de manera diferente. “Hemos estado más de dos años sin presidente y no ha habido ningún problema. Ahora, tras la elección de Aoun, vendrán los problemas y las rivalidades entre los lideres cristianos”, opina Fahed, un taxista cristiano que se declara partidario de las Falanges Libanesas (Kataeb, en árabe), una de las fuerzas parlamentarias del 14 de Marzo, uno de los dos grandes bloques políticos del Líbano, enemigos acérrimos de Hezbollah y, por asociación, de Aoun. Aunque ahora, por una vez, se hayan puesto de acuerdo para nombrarle presidente.

El 30 de octubre de 1990, durante los últimos estertores de la guerra civil que azotó el Líbano durante quince años, fuerzas sirias bombardearon el palacio presidencial de Baabda, obligando al comandante de las fuerzas cristianas maronitas Michel Aoun a buscar refugio en la Embajada de Francia. Allí, este hizo una promesa: “El honor del Líbano está ahora en manos de este general”. Y juró que no regresaría “hasta que el último militar sirio abandonase el país”.

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