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Se casan dos monjas en Italia: "Dios quiere personas felices que vivan su amor"
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adelantaron la boda 24 h para evitar curiosos

Se casan dos monjas en Italia: "Dios quiere personas felices que vivan su amor"

Federica e Isabel se conocieron hace tras años. Desde entonces, ni las críticas ni las reprobaciones han conseguido frenar su relación, consolidada durante la mañana del miércoles

Foto: Imagen de archivo de una religiosa rezando frente al Vaticano (Reuters)
Imagen de archivo de una religiosa rezando frente al Vaticano (Reuters)

Dejaron de ser monjas para poder casarse. Isabel y Federica, dos mujeres italianas de 44 años, celebraron su boda en el ayuntamiento de Pinerolo el pasado miércoles por la mañana. A pesar de que la unión estaba prevista para la jornada de este jueves, la pareja decidió adelantar su enlace 24 horas para evitar la avalancha de curiosos que intuían podía presentarse ante las puertas del Consistorio.

Con la aprobación de Luca Salvai, alcalde de la citada ciudad italiana, Isabel y Federica ya son 'mujer y mujer'. Ambas se conocieron durante sus trabajos de ayuda a gente desfavorecida y recuperación de adictos, un entorno hostil que no fue óbice para que el amor surgiera entre ellas. Isabel, de origen sudamericano, no dudó en colgar su hábito de monja para contraer matrimonio con Federica: “Dios quiere personas felices, que vivan el amor a la luz del sol”, dijo antes de su matrimonio.

“Pedimos a nuestra iglesia que acoja a todas las personas que se aman”, afirmó Federica para el diario italiano 'La Stampa'. Pero no siempre la Iglesia está de acuerdo con las uniones entre personas homosexuales. Si en España conocimos el caso del sacerdote de Onda –reprendido por el obispo de Castellón tras “bendecir” a una pareja de mujeres casadas por lo civil–, en Italia el excura Franco Barbero fue excomulgado hace trece años por haber bendecido a una pareja de homosexuales.

A pesar de que el Vaticano ya no cuenta con Barbero en su sacerdocio, no ha dejado de operar en sus comunidades de Pinerolo. “Soy y sigo siendo sacerdote”, responde a todo el que le pregunta sobre su condición. De hecho, él ha sido el responsable de oficiar la función religiosa que Isabel y Federica quisieron celebrar, además de una ceremonia civil que efectuaron con anterioridad.

“No solo le tengo que decir a mi padre que ya no soy monja, sino que además soy feliz por haberme casado con Isabel”

Sobre la pareja, Franco Barbero no tiene más que buenas palabras: “Son dos bellas personas, con una fe intensísima. Se conocieron hace tres años, y han pasado un camino muy tormentoso hasta la boda”. Sin embargo, las críticas –dentro y fuera de la Iglesia– no consiguieron frenar su amor y solicitaron al Vaticano la disolución de sus votos. Además, Federica tuvo que enfrentarse a un doble problema familiar: “No solo le tengo que decir a mi padre que ya no soy monja, sino que además soy feliz por haberme casado con Isabel”, contó para 'La Stampa'.

Dejaron de ser monjas para poder casarse. Isabel y Federica, dos mujeres italianas de 44 años, celebraron su boda en el ayuntamiento de Pinerolo el pasado miércoles por la mañana. A pesar de que la unión estaba prevista para la jornada de este jueves, la pareja decidió adelantar su enlace 24 horas para evitar la avalancha de curiosos que intuían podía presentarse ante las puertas del Consistorio.

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