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Clinton frente a Trump: los candidatos se preparan para un debate épico
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EMPATADOS UN NUEVO SONDEO

Clinton frente a Trump: los candidatos se preparan para un debate épico

Clinton buscará provocar al magnate, explotar su falta de experiencia en la arena política. La estrategia del republicano, que ha desafiado las costumbres convencionales, es un misterio

Foto: El candidato presidencial republicano, Donald Trump, habla el 19 de septiembre de 2016, en Fort Myers (Efe).
El candidato presidencial republicano, Donald Trump, habla el 19 de septiembre de 2016, en Fort Myers (Efe).

Esta noche se espera un récord de audiencia. El primer debate televisado entre los candidatos a la presidencia de EEUU, Hillary Clinton y Donald Trump, apunta a convertirse en el más visto de la historia, con 100 millones de espectadores. No es para menos: las últimas encuestas muestran que la ventaja de la aspirante demócrata se ha reducido hasta rozar el empate técnico. Coincidiendo con el día del cara a cara, Bloomberg publicó este lunes una encuesta en la que da un 43% de intención de voto a Trump y un 41% para Clinton si se toma en cuenta a los minoritarios Partido Liberal (Gary Johnson) y Verde (Jill Stein), que obtienen un 8% y 4%, respectivamente. Si no se pregunta por los terceros partidos, Trump y Clinton están empatados con un 46% de apoyo, lo que muestra cómo la demócrata ha perdido progresivamente la amplia ventaja que tenía desde el fin de las convenciones de ambos partidos a finales de julio pasado.

Además, los momentos claves del cara a cara podrían tener un gran impacto en la carrera por la Casa Blanca porque marcarán la narrativa de las últimas semanas de campaña (la vieja idea de que no se ganan elecciones en los debates televisivos, pero sí se pueden perder). Por otra parte, el clima electoral en EEUU se ha polarizado hasta el extremo durante una agresiva campaña que no se ha caracterizado especialmente por su limpieza.

Sobre el escenario de la Universidad de Hofstra, desde las 3 de la madrugada hora española y durante 90 minutos sin interrupciones publicitarias, los dos contendientes apostarán por estrategias radicalmente opuestas, tan diferentes como sus planes para Estados Unidos. Incluso en la preparación del cara a cara, el contraste entre ambos es evidente: si Clinton lleva ya días concentrada en el debate, Trump ha dejado los preparativos para el último momento y este sábado se lanzó a un evento de campaña en Roanoke (Virginia).

'No tiene que ser mejor que Hillary, pero sí deberá mostrar un dominio de los temas a debatir que vaya más allá de las frases espectaculares para poder tranquilizar a algunos segmentos del electorado'

La exsecretaria de Estado buscará provocar a Trump, explotar su falta de experiencia en la arena política para exponer sus debilidades frente a su imagen de veterana capacitada para el puesto; la estrategia del republicano, un candidato que ha desafiado durante toda la campaña las costumbres convencionales, es un misterio. El magnate, que nunca ha sentido antes la presión de un cara a cara de este nivel, se ha vuelto más 'disciplinado' en las últimas semanas, pero podría sudar tinta para responder a cuestiones políticas con propuestas concretas.

"Trump tiene el listón muy bajo: subirse al escenario y no parecer un loco de remate", explica Ryan Williams, un estratega de campañas que trabajó con Jeb Bush, a la CNBC. "Si da cierta sensación de estadista con su bravata habitual habrá conseguido una buena actuación".

"No tiene que ser mejor que Hillary, pero sí deberá mostrar un dominio de los temas a debatir que vaya más allá de las frases espectaculares para poder tranquilizar a algunos segmentos del electorado", opina el asesor del Partido Republicano Ford O'Connell. Por otra parte, Clinton se enfrenta a unas expectativas muy altas. Acumula una enorme experiencia sobre el escenario (40 debates dede su campaña por el senado de Nueva York hace 16 años) y se ha sometido a unas maratonianas sesiones de preparación en un escenario ficticio ubicado en un hotel cercano a su casa en Chappaqua.

No son pocos los analistas estadounidenses que aseguran que a Trump le basta "no perder el debate para considerarse ganador". "El debate presidencial de esta noche atraerá a tantos espectadores que rivalizará con la llegada a la luna. Por decirlo de un modo sencillo: nadie encenderá la televisión para ver a Hillary Clinton, ni siquiera sus votantes. Todo el mundo quiere ver qué hace Trump. No recuerdo un debate presidencial con semejante bombo publicitario, con tanta importancia", escribe Matt Mackowiak en Observer Politics.

Examantes y multimillonarios

Este fin de semana, el magnate inmobiliario amagó con invitar al debate presidencial a Gennifer Flowers, una mujer que en 1992 dijo haber tenido un romance con el entonces candidato presidencial Bill Clinton. La directora de campaña de Trump, Kellyanne Conway, explicó en la CNN que se trata de una advertencia a Hillary Clinton: podemos traer a personas cuya presencia te afectará. Todo comenzó con un mensaje de Trump en Twitter como reacción al anuncio de que el multimillonario Mark Cuban, uno de sus críticos más feroces, estará sentado en primera fila en el debate. "Si el bobo Mark Cuban del fracasado 'Benefactor' (un programa de telerrealidad) quiere sentarse en primera fila, quizás yo ponga a Gennifer Flowers a su lado", escribió el candidato republicano. La supuesta examante de Bill Clinton no tardó en responder: "Hola Donald, sabes que siempre estaré de tu parte y estaré en el debate indudablemente".

Esta noche se espera un récord de audiencia. El primer debate televisado entre los candidatos a la presidencia de EEUU, Hillary Clinton y Donald Trump, apunta a convertirse en el más visto de la historia, con 100 millones de espectadores. No es para menos: las últimas encuestas muestran que la ventaja de la aspirante demócrata se ha reducido hasta rozar el empate técnico. Coincidiendo con el día del cara a cara, Bloomberg publicó este lunes una encuesta en la que da un 43% de intención de voto a Trump y un 41% para Clinton si se toma en cuenta a los minoritarios Partido Liberal (Gary Johnson) y Verde (Jill Stein), que obtienen un 8% y 4%, respectivamente. Si no se pregunta por los terceros partidos, Trump y Clinton están empatados con un 46% de apoyo, lo que muestra cómo la demócrata ha perdido progresivamente la amplia ventaja que tenía desde el fin de las convenciones de ambos partidos a finales de julio pasado.

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