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La deserción en masa de los responsables del Brexit deja huérfano el proceso
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¿Quién liderará la salida británica de la ue?

La deserción en masa de los responsables del Brexit deja huérfano el proceso

Primero fue David Cameron, que había convocado el referéndum. Después han sido Boris Johnson y Nigel Farage, los dos principales artífices de la campaña prosalida. ¿Quién liderará la transición?

Foto: Protesta contra el Brexit en Londres, el 2 de julio de 2016. (Reuters)
Protesta contra el Brexit en Londres, el 2 de julio de 2016. (Reuters)

Horas después de que se conociese el resultado del referéndum sobre la salida británica de la Unión Europea, el primer ministro David Cameron anunciaba su dimisión. Según dijo, no podía ser el patrón del Reino Unido en este nuevo rumbo que el país había tomado tras la victoria del Brexit. Boris Johnson, aparentemente el gran beneficiado político del abandono de la UE, sorprendió a propios y extraños al comunicar, ante una cascada de 'flashes', que no optaría a liderar a los conservadores. Boris, tirando de su particular histrionismo, renunciaba a sustituir al primer ministro saliente. De la noche a la mañana, el político más ambicioso del país daba un paso atrás en todas sus aspiraciones de poder. Y ahora, Nigel Farage, el gran abanderado del Brexit, dice que quiere recuperar su vida y que deja el liderazgo del UKIP.

Si a esta oleada de deserciones se suma el hecho de que Jeremy Corbyn, líder de los laboristas, se encuentra en la picota, no es exagerado afirmar que el tablero político en el Reino Unido se asienta sobre un banco de arenas movedizas: todos los liderazgos están puestos en cuestión y no se vislumbran alternativas sólidas de cambio.

Las palabras de Farage, que ha asegurado querer "recuperar su vida", han sido interpretadas como un "ahí os quedáis"

Ante la falta de respuesta institucional, la sociedad británica se encuentra en un momento de profundo desconcierto después del Brexit. La fractura que ha creado la decisión de abandonar la UE no tiene parangón en la historia reciente del país. Además, la economía renquea y muchas empresas con sus principales sedes en el Reino Unido están buscando asilo en otros países de la Unión. Y, por si fuera poco, se han disparado las denuncias por casos de xenofobia. Así está el patio en el Reino Unido después del Brexit.

El discurso de renuncia de Nigel Farage representa, en parte, la sensación de sálvese quien pueda que se vive en la política británica. Ante los periodistas, el líder saliente del UKIP aseguró que, después de completar su aspiración de sacar al Reino Unido de la UE, era hora de dar un paso atrás: “En la campaña dije que quería a mi país de vuelta, ahora digo que quiero mi vida de vuelta”. Estas fueron las palabras de Farage, que ya están siendo interpretadas por la prensa británica como un "ahí os quedáis".

Y es que a estas alturas las consecuencias del Brexit son impredecibles. David Cameron intentó unir la dualidad de los conservadores respecto a Europa ratificando la posición del Reino Unido en la UE con un referéndum. A día de hoy, decir que al primer ministro le ha salido el tiro por la culata es ser demasiado benevolente: el Reino Unido se enfrenta a una tormenta perfecta, a su mayor crisis política y social desde la II Guerra Mundial, tal y como viene asegurando el diario 'The Guardian' en esta última semana.

¿Quién sucederá a Cameron?

Cameron, absolutamente desautorizado por su fallida estrategia, tuvo que capitular. No era el hombre que podía dirigir el barco del Reino Unido a su nuevo destino. Esa fue la metáfora que utilizó. Una metáfora seguramente bien traída: la marejada política en el Reino Unido no había hecho más que comenzar.

Todos los focos se dirigieron a Boris Johnson, exalcalde de Londres y excorresponsal del 'Telegraph' en Bruselas. Sin embargo, cuando el balón le caía botando a Boris, apareció Michael Gove, el otro hombre fuerte de los conservadores en la campaña del 'leave'. El excolumnista de 'The Times', autoproclamado muy amigo tanto de Cameron como de Boris, retiró su apoyo a Johnson y presentó su propia candidatura para suceder a Cameron. Boris Johnson entendió que no era su momento y retrocedió, no sin antes citar a Shakespeare para subrayar la traición de su viejo amigo. Con esta finura se mueven las sillas políticas los columnistas de la prensa británica.

Son cinco los candidatos que se han presentado para suceder a David Cameron: Theresa May, Stephen Crabb, Liam Fox, Andrea Leadsom y el mencionado Michael Gove. Este último, uno de los mayores artífices del desencuentro en la sociedad británica, dice que es el momento de la “reconciliación”. Liam Fox, por su parte, tiene remotas posibilidades de éxito y está basando su campaña etiquetándose como "el primer ministro que antes sacaría al Reino Unido de la UE". La otra candidata proveniente de la campaña del 'leave' es Andrea Leadsom, quien actualmente ostenta la cartera de Energía en el caduco Gobierno de Cameron.

Según las encuestas, Theresa May cuenta con el apoyo del 59% de los votantes 'tories', frente al 15% de Michael Gove

Sin embargo, ironías de la vida, la gran favorita para ser la primera ministra británica es Theresa May, que apoyó la permanencia del Reino Unido en la UE. Es verdad que la actual secretaria de Estado lo hizo midiendo mucho sus palabras, como anticipando el escenario político que el Brexit podía crear. Según las primeras encuestas, May está apoyada por el 59% de los votantes 'tories'. Muy por detrás en las encuestas se encuentra Michael Gove, con un 15% de apoyos.

El más joven de todos los contendientes es Stephen Crabb. Con solo 43 años, Crabb ha sido un ferviente defensor del 'remain' y tiene el 13% de apoyos. Llama la atención que entre los votantes conservadores, los dos candidatos del 'remain' tenga muchísimo más tirón que los tres que provienen del 'leave'. En este sentido, 'The Spectator' se preguntaba si en un momento de profundo cambio, el líder idóneo para sacar al país de la UE es una de las figuras que hicieron campaña para que se quedara.

Para meter más leña al fuego, Boris Johnson ha criticado al Gobierno británico por generar una gran “histeria” en la sociedad y ejercer “una campaña basada en el miedo”. Parece como si Boris hubiera tomado prestados los argumentos de sus contrincantes en la campaña del referéndum. En este clima de enorme incertidumbre en el Reino Unido, a la espera de que desde Londres se diga algo sobre el artículo 50 para comenzar la desvinculación con la UE, lo único confirmado a estas alturas es que el 9 de septiembre se sabrá el recambio de Cameron. Eso, claro, si nadie más decide hacer las maletas e irse de vacaciones alegando que sus aspiraciones políticas están cumplidas.

Horas después de que se conociese el resultado del referéndum sobre la salida británica de la Unión Europea, el primer ministro David Cameron anunciaba su dimisión. Según dijo, no podía ser el patrón del Reino Unido en este nuevo rumbo que el país había tomado tras la victoria del Brexit. Boris Johnson, aparentemente el gran beneficiado político del abandono de la UE, sorprendió a propios y extraños al comunicar, ante una cascada de 'flashes', que no optaría a liderar a los conservadores. Boris, tirando de su particular histrionismo, renunciaba a sustituir al primer ministro saliente. De la noche a la mañana, el político más ambicioso del país daba un paso atrás en todas sus aspiraciones de poder. Y ahora, Nigel Farage, el gran abanderado del Brexit, dice que quiere recuperar su vida y que deja el liderazgo del UKIP.

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