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Bodas con menores y poligamia: efectos colaterales de los refugiados en Alemania
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¿DEBE EL ESTADO RECONOCER ESTOS ENLACES?

Bodas con menores y poligamia: efectos colaterales de los refugiados en Alemania

Alemania era consciente de que la llegada masiva de refugiados le iba a obligar a afrontar situaciones inéditas. Pero quizá no estaba pensando en el matrimonio con menores de edad o la poligamia

Foto: Una mujer siria llora en un centro de internamiento de refugiados en Neu-Isenburg, en las afueras de Fráncfort (Reuters).
Una mujer siria llora en un centro de internamiento de refugiados en Neu-Isenburg, en las afueras de Fráncfort (Reuters).

Hayyad, sirio de 22 años, y Amira, su prima de apenas 15, alcanzaron la frontera alemana el 27 de agosto de 2015. Entonces eran apenas dos gotas en el indescriptible torrente humano que llegaba al mayor país de Europa huyendo de la guerra, la miseria y la persecución a través de la ruta de los Balcanes. Miles de refugiados de Siria, pero también de Irak y Afganistán, de Pakistán y Eritrea, llamaban a las entonces aún abiertas puertas de Alemania en busca de asilo.

Apenas una semana más tarde, después de que en un único fin de semana cruzasen la frontera unos 19.00 peticionarios de asilo, Angela Merkel reconoció que aquella avalancha humana iba a marcar un antes y un después en Alemania. "Lo que estamos viviendo ahora es algo que va a seguir ocupando a nuestro país en los próximos años, que cambiará nuestro país. Y queremos que cambie para bien y creemos que podemos conseguirlo", aseguró la canciller. Pero seguramente Merkel no tenía entonces en mente que las instituciones de su país iban a tener que lidiar poco después con un número sin precedentes de casos de poligamia y tambien de matrimonios con chicas menores de edad. Como el de Hayyad y Amira (ambos seudónimos).

Hace una semana la Audiencia de Bamberg, en Baviera, decidió, en una polémica sentencia, reconocer este matrimonio, pese a que incumple la ley alemana, y rechazar el fallo en sentido contrario emitido semanas antes por un juzgado de primera instancia. La audiencia argumentó que la pareja se casó de forma legal en Siria, siguiendo el rito suní, y justificaba así que se respetase el enlace. La Oficina del Menor de Núremberg, por su parte, apeló de seguido ante el Tribunal Supremo, porque aspira a asumir la tutela de Amira y a que se siente un precedente legal. Porque el caso de Hayyad y Amira no es una excepción.

No es una excepción

Solo el estado federado de Baviera ha detectado a 550 menores de 18 años casadas al registrar a los refugiados recién llegados al país. De ellas, 161 son menores de 16 años, según cifras a las que ha podido acceder el tabloide 'Bild'. Además, en el estado de Baden-Württemberg se tiene constancia de 117 menores de 16 años casadas; y en el de Renania del Norte-Westfalia, de al menos 188. No han trascendido estadísticas de los otros trece Länder, pero si el reparto de este tipo de casos fuese proporcional, se podría estimar que en la actualidad hay en toda Alemania entre 3.000 y 3.500 casos de peticionarias de asilo que, a pesar de ser menores de edad, ya han contraído matrimonio.

Este repunte se debe de un lado a la masiva llegada de refugiados al país, que sumaron solo el año pasado más de un millón de personas. Pero también al aumento de la desesperación y la miseria en Siria, el mayor país emisor de peticionarios de asilo para Alemania. La ONG Save the Children, centrada en la atención de los niños, acaba de denunciar el "alarmante incremento" de matrimonios con menores entre los refugiados sirios. Los padres suelen argumentar que es para evitar que las chicas sean asaltadas sexualmente en los campos de refugiados y en los centros de acogida. O, simplemente, porque no pueden mantenerlas económicamente. Por su parte, la ONG Terre de Femmes, que vela por los derechos de las mujeres y la igualdad, ha alertado recientemente de que la tasa de matrimonios con menores en Siria se ha disparado del 13 por ciento del total de enlaces antes de la guerra civil a alrededor del 50 por ciento en la actualidad.

placeholder Refugiados sirios a su llegada a un centro para migrantes en Friedland, Alemania (Reuters).
Refugiados sirios a su llegada a un centro para migrantes en Friedland, Alemania (Reuters).

La declaración universal de los Derechos Humanos habla en su artículo 16 del derecho al pleno consentimiento en los matrimonios. La Convención para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer tacha de ilegal el matrimonio de menores. La ley alemana es también clara al respecto. Es necesario tener al menos 18 años para casarse. Aunque con 16 o 17 años y permiso familiar una persona puede casarse siempre que el otro cónyuge sea mayor de edad. ¿Pero qué hacer entonces con las parejas que ya se han casado en el extranjero y llegan después a Alemania? ¿Debe el estado alemán reconocer esos matrimonios?

Susanne Schröter, etnóloga y directora del Instituto de Investigación del Islam Mundial, con sede en Fráncfort, distinguía hace apenas unos días en una entrevista en la radio pública alemana Deutschlandfunk "dos ámbitos", el legal y el social, en este asunto. Sobre el primero, consideró que hay "buenas razones" y abundante jurisprudencia previa en Alemania "para reconocer matrimonios contraídos conforme a la ley de otros países", aunque no se atengan al derecho alemán. Los expertos hablan en este sentido de arraigo familiar, integración social y perspectivas económicas.

La cuestión controvertida, matizaba de seguido Schröter, pertenece al nivel social. "Ahora nos encontramos ante el problema de que no se trata solamente de casos excepcionales, sino que debido a los refugiados nos enfrentamos a un fenómenos que tiene un poco más de relevancia", explicaba. A su juicio, el reconocimiento masivo de estos matrimonios, al alcanzar cierto número crítico, daña el "orden público" del país, esto es, los valores y el derecho predominantes en el país. "Pese a que en los casos individuales hay quizá buenas razones para reconocer algo así, en general no podemos abrir las puertas al reconocimiento de normas que quizá en Siria o en otros países son válidas, pero que en nuestro país directamente atacan al sentido común", aseguró.

"Nadie por encima de la ley"

El Gobierno alemán ya se ha expresado de forma contunden a este respecto. El ministro de Justicia, el socialdemócrata Heiko Maas, aseguró al 'Bild' que "todos deben cumplir la ley, independientemente de que hayan crecido aquí o de que acaben de llegar" y que Alemania no reconocerá los matrimonios con menores. "No podemos tolerar los matrimonios forzados, especialmente si implican a chicas menores de edad", agregó.

El ministro se refirió también a los casos de poligamia, y avanzó un endurecimiento de las penas. Sobre la poligamia no hay datos oficiales en Alemania, pero si cierta preocupación entre los funcionarios de la Oficina Federal para la Migración y los Refugiados (BAMF), por el creciente número de casos sospechosos. Hasta ahora, según 'Bild', ante las dudas que generaban a algunos casos esporádicos entre extranjeros -provenientes principalmente de Oriente Medio- las autoridades miraban hacia otra parte. El problema de nuevo, como apuntaba Schröter, surge cuando el número de casos alcanza una cifra crítica que empieza a afectar el orden público.

"Nadie que viene a este país tiene el derecho de poner sus valores culturales o sus creencias religiosas por encima de nuestra ley", aseguró a este respecto el ministro de Justicia. Y sin embargo una reciente encuesta apunta que el 47% de los ciudadanos alemanes de origen turco, la primera nacionalidad dentro de los musulmanes residentes en Alemania, considera más importante seguir los preceptos islámicos que la legislación del país. El estudio, encargado por la Universidad de Münster al centro demoscópico Emnid, especifica que los turcos de primera generación -quienes emigraron- este porcentaje es del 57%, mientras que entre sus hijos y sus nietos, nacidos ya en Alemania, la tasa desciende hasta el 36%. Curiosamente, el 90% de los encuestados asegura que le gusta vivir en este país, aunque hasta un 54% cree que nunca será reconocido como parte de la sociedad.

Hayyad, sirio de 22 años, y Amira, su prima de apenas 15, alcanzaron la frontera alemana el 27 de agosto de 2015. Entonces eran apenas dos gotas en el indescriptible torrente humano que llegaba al mayor país de Europa huyendo de la guerra, la miseria y la persecución a través de la ruta de los Balcanes. Miles de refugiados de Siria, pero también de Irak y Afganistán, de Pakistán y Eritrea, llamaban a las entonces aún abiertas puertas de Alemania en busca de asilo.

Refugiados Angela Merkel
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