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Nueva estrategia contra Trump: nacionalizar a millones de inmigrantes para que voten
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"hay que frenar al pelón de los pelos hueros"

Nueva estrategia contra Trump: nacionalizar a millones de inmigrantes para que voten

Asociaciones y medios de comunicación latinos de EEUU se han aliado como nunca antes para fomentar la participación en las elecciones. Trump les ha puesto el trabajo más fácil

Foto: Juramento durante una ceremonia para naturalizarse como ciudadanos estadounidenses, en Washington, en diciembre de 2015. (Reuters)
Juramento durante una ceremonia para naturalizarse como ciudadanos estadounidenses, en Washington, en diciembre de 2015. (Reuters)

Son las nueve de la mañana de un sábado y la cola es pequeña en la entrada lateral del Consulado de México, en el parque McArthur. A la señora Eva Ceja y su marido les toca esperar un rato porque han venido antes de tiempo. Tienen cita a las 10:30 en el Taller de Ciudadanía que organiza el consulado con la Escuela de Derecho Loyola y numerosas ONG. La señora Ceja, de 63 años, necesita ayuda con sus papeles, porque este año quiere votar. Ella está "arreglada" desde 2009 (es decir, con residencia legal), pero para votar necesita ser ciudadana estadounidense, un paso más. Y no es un proceso fácil ni barato. Además de pagar casi 700 dólares (entre tasas y la toma de huellas dactilares, que es obligatoria), hay que estudiar 145 preguntas acerca de la historia y la organización política y social del país, y contestarlas en inglés. Una inversión de tiempo y dinero que deja a muchos con pocas ganas de intentarlo.

La señora Ceja lo ha intentado, pero se ha dado cuenta de que es incapaz de retener la información que le piden para hacer el examen. "No se me queda", dice resuelta. "Está ya muy vieja", ríe su marido. Hoy viene a que la ayuden a presentar un certificado médico demostrando que no tiene capacidad psíquica para realizar el test, con la esperanza de que pueda no tener que hacerlo y la dejen, aun así, naturalizarse. "Conozco gente que le ha hecho la carta el médico, y no han hecho el examen", asegura. Y está aquí, "perdiendo" una mañana de sábado, porque "hay que parar a Trump". Su marido, Ramón Abrica, curiosamente, nunca ha ido a votar a pesar de ser ciudadano. "Es que hay unas filas larguísimas. Pero este año a ver si me animo, aunque sea por votar en contra de Trump". Es la misma razón que dan la mayoría de los que hoy se han acercado a este taller.

Cada año la importancia del voto latino aumenta (un récord de 27 millones tienen posibilidad de votar en noviembre), pero, a pesar de ello, lo cierto es que las cifras de participación siguen siendo bajas

"Solo lo hago por votar. Desde los dos años vivo aquí, no veía la necesidad de hacerme ciudadana. Tenía mis papeles correctos, trabajaba, mis hijos todos son nacidos aquí... ". Lili Pérez, que ha venido con su madre, reconoce que Trump ha sido el fundamental motivo de estar hoy esperando en el consulado. "En el trabajo tengo amistades que están en la misma situación. Sería un problema para mucha gente si gana Trump. Hay gente que apenas está tratando de componer sus papeles". Lili ha sentido por primera vez que su voto es tanto un deber como un derecho.

Como ella, más de 750.000 residentes legales en el condado de Los Ángeles (y más de dos millones en todo el estado de California) nunca encontraron el tiempo, el dinero o la paciencia para pasar las pruebas y rellenar los papeles que permiten naturalizarse como ciudadano estadounidense. Además, están los que, aun siendo ciudadanos, no se han registrado para votar, el último de los trámites imprescindibles. Cada año la importancia del voto latino aumenta (una cifra récord de 27 millones que tienen la posibilidad de votar el próximo mes de noviembre), pero, a pesar de ello, lo cierto es que las cifras de participación siguen siendo bajas.

"La participación está en torno al 50%", admite Laura Valle, del Fondo Educativo de la Asociación Nacional de Representantes Políticos Latinos (NALEO, en sus siglas en inglés), una de las organizaciones más involucradas en movilización latina de todo EEUU. Por eso, en cada año electoral, y especialmente en cada año que se elige presidente, NALEO y otras organizaciones ponen en marcha centenares de actos y líneas telefónicas de ayuda en los procesos de naturalización y de registro como votante. "Este año, sin duda hemos notado un aumento considerable del interés y la respuesta en los talleres de ciudadanía", afirma. "Y la mayoría asegura que lo que quieren es poder votar".

Valle insiste en que todos los esfuerzos de NALEO y sus socios para movilizar a los latinos son completamente apartidistas. Pero reconoce que determinada "retórica" de determinados candidatos ha encendido esta vez una mecha más potente. En otras palabras: Donald Trump. Sus exabruptos y no muy correctos comentarios acerca de latinos, inmigrantes y mexicanos en particular, han ido alimentando una hoguera de descontento e indignación y ayudando a dar ese "último empujoncito" a los residentes con capacidad de hacerse oír. "Nuestras proyecciones indican que, por ejemplo en California, en estas elecciones podría haber 3,9 millones de latinos votando. Esto representa un aumento del 22% respecto de las últimas elecciones presidenciales en 2012".

Univision se vuelca en la ofensiva anti-Trump

Una de las organizaciones que más se han implicado este año en la movilización latina ha sido Univision, la cadena estadounidense en español que compite en audiencia ya con las cuatro grandes angloparlantes. En febrero, Jorge Ramos, uno de sus presentadores estrella, fue expulsado de una rueda de prensa de Trump. Justo en ese mes la corporación audiovisual, aliada con NALEO, Juntos Podemos y muchas otras organizaciones y medios de comunicación en español, lanzó una campaña de compromiso cívico sin precedentes. Desde entonces, sus 126 canales y estaciones de radio locales han organizado más de 145 eventos en todo el país (desde talleres de ciudadanía hasta grandes campañas de registro de votantes) a las que han acudido más de 100.000 potenciales votantes. Más de 130.000 personas se han suscrito a una nueva herramienta de mensajes de texto por móvil y han visitado una web especialmente diseñada con toda la información necesaria para votar, Youramerica.com. Los anuncios hacen hincapié en la idea de dar voz a los que no pueden votar: "Vota por mí" es el lema de los vídeos promocionales.

"La misión de nuestra corporación siempre ha sido la de fomentar la participación cívica, y siempre hemos estado comprometidos con los procesos de naturalización y registro de voto. Estas elecciones son especialmente importantes para la comunidad hispana, porque ya hay 27 latinos con posibilidad de votar (tres millones de los cuales alcanzaron la mayoría de edad desde 2012)", explica por correo electrónico Luis Patiño, vicepresidente de Univision Los Ángeles. Según el Centro Pew, casi la mitad de los latinos con capacidad de votar en 2016 son 'millennials', es decir, tienen entre 18 y 34 años.

En muchos casos ha sido esa segunda generación de latinos nacidos en EEUU quien ha empujado a sus padres y madres, tíos, abuelas incluso, a tramitar la naturalización. Lili Pérez explica que una de sus hijas trabaja con el alcalde de Los Ángeles, y le insistió para que se hiciera ciudadana. "Es cuando yo decido que yo quiero votar. Nos tenemos que escuchar. Porque si no hablamos, nunca nos vamos a escuchar... ", reflexiona. Según 'Los Angeles Times', que cita datos del Departamento de Seguridad Nacional, entre los meses de junio de 2015 y enero de 2016 ha habido un aumento de solicitudes para hacerse ciudadano comparado con el mismo periodo de tiempo en años anteriores: 1,2 millones de hispanos se habrán hecho ciudadanos desde las últimas elecciones presidenciales de 2012, según proyecciones del Centro de Investigaciones Pew.

En el taller de ciudadanía, todos reciben instrucciones y asesoramiento sobre cómo solicitar una subvención del Gobierno para no tener que pagar las tasas, uno de los principales obstáculos para la mayoría de los que han acudido. Gabriela Albarrán sale ya del taller, con la esperanza de recibir esa subvención. "Tengo tres hijos en la universidad y me estaban diciendo: 'Ya es hora, tienes que hacerte ciudadana y votar, para apoyar al país". Durante los 13 años de residente legal en Los Ángeles no se animó antes por el dinero que había que pagar. "A ver si puedo 'calificar'. Si no, tengo que esperar a que mi hija mayor empiece a trabajar, porque ahora mismo mantengo yo a los tres".

A la entrada del taller sigue llegando gente. Hay risas y buen ambiente. Un señor dice que en su familia "todos andan con Hillary". Otro, que acaba de salir de rellenar la solicitud, asegura que esta vez se nota mucho más interés. "Donde voy a la escuela nocturna, a diario viene gente que se han hecho ciudadanos, se ve más movimiento, por el candidato racista... porque nos vemos en peligro y por ayudar a las familias". Una señora muy mayor sale ya de haber preparado sus papeles, avanzando lentamente con un andador. "Mis nietos me dijeron: 'No ande votando por el pelón de los pelos hueros", dice sonriente. Un hombre la contesta, medio en serio medio en broma: "Pues mire, yo le voy a votar". Y la señora replica inmediatamente, sin perder el buen humor y convencida de que es una broma: "Ándele pues, y que nos echen a todos...".

En las aceras y muros de las zonas más latinas de Los Ángeles abundan las referencias jocosas a Trump (el "burrito Trump: mucha lengua y poco seso" de un puesto de tacos se hizo viral en Twitter), además de aquella piñata con la reconocible cabeza y el tupé rubio que apareció en las tiendas el año pasado. En cada mitin, Trump insiste en que construirá un muro en la frontera con México. Es uno de los puntos de su programa que más aplausos reciben y una de las muchas promesas imposibles de cumplir que le están ayudando, presumiblemente, a ganar las primarias republicanas. Pero quizá no ha calculado la contrapartida: el 'efecto Trump' que podría haber dado al heterogéneo grupo de los latinos en EEUU un enemigo común y un empujón definitivo a la hora de hacerse oír en las elecciones.

Son las nueve de la mañana de un sábado y la cola es pequeña en la entrada lateral del Consulado de México, en el parque McArthur. A la señora Eva Ceja y su marido les toca esperar un rato porque han venido antes de tiempo. Tienen cita a las 10:30 en el Taller de Ciudadanía que organiza el consulado con la Escuela de Derecho Loyola y numerosas ONG. La señora Ceja, de 63 años, necesita ayuda con sus papeles, porque este año quiere votar. Ella está "arreglada" desde 2009 (es decir, con residencia legal), pero para votar necesita ser ciudadana estadounidense, un paso más. Y no es un proceso fácil ni barato. Además de pagar casi 700 dólares (entre tasas y la toma de huellas dactilares, que es obligatoria), hay que estudiar 145 preguntas acerca de la historia y la organización política y social del país, y contestarlas en inglés. Una inversión de tiempo y dinero que deja a muchos con pocas ganas de intentarlo.

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