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Decenas de miles de franceses salen a la calle contra la reforma laboral
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SE MULTIPLICAN LOS BLOQUEOS DE INDUSTRIAS

Decenas de miles de franceses salen a la calle contra la reforma laboral

Entre 18.000 y 100.000 personas han participado en la marcha de París, mostrando que el movimiento de oposición a la "Ley El Khomri" gana fuerza. El último campo de batalla, la energía

Unas 18.000 personas han marchado hoy en París, entre la Bastilla y la Plaza de la Nación, según la policía. De acuerdo con el sindicato Fuerza Obrera, eran alrededor de 100.000. En cualquier caso, decenas de miles de personas han salido a las calles hoy en todo el territorio francés para protestar contra la reforma laboral del Gobierno de François Hollande. No ha sido una jornada demasiado violenta -aunque con excepciones: en Caen, un transeúnte ha filmado cómo la policía apaleaba a un manifestante en el suelo, según puede verse en un video publicado por el diario local "Normandie Actu"-, pero ha quedado claro que el movimiento de oposición a la iniciativa gubernamental gana fuerza.

¿Una Francia a oscuras? Es la nueva pesadilla que hace aumentar la psicosis entre los franceses. Es la nueva amenaza de la Confederación General del Trabajo (CGT) en el pulso que este sindicato mantiene con el ejecutivo. Miembros del sindicato en 19 centrales nucleares del país votaron el miércoles a favor de sumarse a la huelga. Mientras, el gestor de red de transporte francés RTE ha informado de que la capacidad nuclear del país se ha visto recortada en cuatro gigawatios a consecuencia del paro del CGT y ha indicado en su página web que al menos nueve reactores han informado sobre cortes no previstos después de la votación.

Además Francia ha comenzado a usar sus reservas estratégicas de petróleo por primera vez desde 2010 para contrarrestar los bloqueos que los sindicatos están llevando a cabo en refinerías de todo el país, según anunció el miércoles la federación de la industria petrolera gala. Unido a la compra por miedo a la escasez de algunos ciudadanos, esto ha provocado que haya falta de combustible en buena parte del país, incluida París, en la última semana.

Entretanto, las principales patronales del país -CGPME, FNSEA, MEDEF, UDES, Unapl y UPA- emitieron el miércoles un comunicado conjunto para dar una "señal de alarma" ante la situación en la que vive inmersa la nación. La respuesta oficial no ha tardado en llegar: el primer ministro francés, Manuel Valls, dijo hoy que no retirará la reforma laboral a pesar de las protestas y, aunque admitió la posibilidad de introducir algún cambio, reiteró que "no habrá modificación de la filosofía general del texto". Insistió en su argumento de que "esta ley es buena para las empresas (...) buena para los asalariados (...) buena incluso para los sindicatos" y subrayó que "está descartado cambiar de dirección" aunque "puede haber modificaciones". A continuación, puntualizó que en cualquier caso no cambiarían la esencia del artículo 2, el más polémico -y al que se opone tajantemente la CGT-, que establece la primacía de la negociación dentro de la empresa, en detrimento de los convenios colectivos.

Los bloqueos de centros industriales, en particular plantas petrolíferas y centrales nucleares, y en infraestructuras de transporte, como puentes, líneas férreas y autopistas, se multiplicaron hoy con motivo de las protestas. Los piquetes también actuaron cerrando o filtrando el paso en otros centros industriales, como la zona portuaria de Brest, la planta de fabricación de submarinos nucleares del grupo DCNS en Cherburgo.

Acciones similares se constataron igualmente en infraestructuras estratégicas, como los puentes de Normandía y de Tancarville sobre el río Sena en su desembocadora, en las proximidades del puerto de Le Havre (noroeste), en el aeropuerto de Nantes (oeste), en el periférico de Toulouse (sur), en la línea férrea entre París y Brest o en la autopista A63 entre Burdeos y Bayona (suroeste).

"No hay combustible"

Depósitos de carburante, refinerías, trenes, camioneros, estibadores, transporte interurbano, y ahora centrales nucleares... La ola de paros y boicots se extiende por el Hexágono sin visos de solución. Los ciudadanos franceses viven ya una situación preocupante. Las colas en las gasolineras se hacen kilométricas. En otras, los carteles de "no hay combustible", escritos a mano en la urgencia, dejan a muchos conductores en la angustia. Más de 4.000 de las 12.000 gasolineras que tiene Francia están secas.

El Gobierno asegura que no hay que caer en la desesperación, aunque mintió ayer al afirmar que todavía no había recurrido a las reservas estratégicas de carburante. Afirmación contradicha por el Presidente de la Unión Francesa de industrias petroleras. Este stock puede abastecer de combustibe al país durante unos tres meses, y se conserva en lugares que cubren todo el territorio.

Siguen las protestas contra la reforma laboral

División sindical

No sería la primera vez que un gobierno recurre a las reservas. Ya en 2010 el gabinete de François Fillon las utilizó cuando Nicolas Sarkozy aplicó su reforma de las pensiones de jubilación. Algunos recuerdan también que en esa tesitura el Ejecutivo conservador no dudó en requisar a algunos trabajadores, como la ley permite. La derecha, hoy en la oposición, ya ha pedido al 'Gobierno Valls' aplicar la medida.

Las fuerzas antidisturbios volvieron a 'liberar' en la mañana del miércoles otro depósito de carburante bloqueado por las protestas, en Brest. Pero las operaciones policiales van mucho más despacio que las adhesiones a los bloqueos. En Le Havre, por donde llega el 40% de los combustibles a Francia, la bandera de la CGT se alza triunfante.

'Las declaraciones de Berger ponen de manifiesto la división sindical, una de las razones de este movimiento de protesta. CGT y CFDT se juegan en las elecciones sindicales de 2107 la supremacía en Francia'

Frente a la radicalización de la CGT, otro sindicato, la CFDT (Confederacion francesa democrática del trabajo) ha advertido, por boca de su líder, Laurent Berger, que de ninguna manera la ley debe retirarse o vaciarse de contenido aún más. Para la CFDT, conocida por su carácter dialogante y reformista, "no se pueden perder los avances que para los trabajadores se incluyen en la Ley El Khomri".

Las declaraciones de Berger ponen de manifiesto la división sindical, una de las razones de este movimiento de protesta. CGT y CFDT se juegan en las elecciones sindicales de 2107 la supremacía en Francia. La CGT, en caída libre estos últimos años y herida por acusaciones de corrupción interna, ha decidido ocupar el extremo de la izquierda y devenir la oposición al Gobierno Valls. Con un apoyo de solo el 7 por ciento de los franceses sindicados, una minoría de trabajadores es capaz de bloquear un país.

Martínez contra Valls

Si la CGT cede -algo que su jefe, Philippe Martínez ni se plantea- cree que todavía puede perder más poder. Si lleva al país al caos, puede ganarse, a su vez, el odio ciudadano y convertirse en un espantajo de la izquierda radical.

La batalla de la propaganda la gana, de momento, la CGT, que no deja de subrayar que la mayoría de los franceses están en contra de la Ley y que, por lo tanto, hay que retirarla. Enfrenta la opinión a la representación parlamentaria, donde si la ley ha sido impuesta por decretazo ha sido simplemente porque el centro y la derecha han querido herir al gbierno. Y si la ley no ha sido apoyada po restos sectores es porque indicaban que había sido vaciada de su principal contenido.

Otras voces empiezan ya a hablar de 'terrorismo sindical'. Valls se juega su dignidad política y su futuro inmediato. Ya empiezan a correr rumores sobre una maniobra de Hollande que admitiría retirar la ley y forzar la dimisión del catalán

Pensar que en este país cualquier reforma pueda contar con el apoyo y la comprensión de los franceses es un sueño que para cualquier gobierno se convierte en una pesadilla. Múltiples razónes históricas y culturales, y una cobardía indisimulada de los representantes políticos, explican este fenómeno que muchos extranjeros confunden con un pretendido poder sindical y un especial coraje intransigente.

Otras voces empiezan ya a hablar de "terrorismo sindical" y de "sabotaje". Manuel Valls reitera que no cambiará una coma de lo que queda de ley. El primer ministro se juega su dignidad política y su futuro inmediato. Ya empiezan a correr rumores sobre una maniobra de Hollande que admitiría retirar la ley y forzar la dimisión del catalán, acusado de intransigencia.

El responsable del grupo parlamentario socialista, Jen Marie Le Guen, ya ha lanzado una pista para ceder ante la presion de la CGT. Le Guen ha hablado de "reescribir" el artículo 2 de la Ley El Khomri, el único punto que los especicialistas consideran que a Martínez y sus tropas todavía les molesta. Según la nueva ley, las empresas podrán negociar independientemente de su rama. Ello significaría el fin del poder omnímodo de la CGT.

Si el Gobierno cede, el jefe del Ejecutivo no tendrá más remedio que renunciar a su puesto. La capitulación no sería vista tampoco como un gesto de generosidad del presidente Hollande, sino más bien como una renuncia más frente a la presión radical de un sindicato desesperado, que no ha dudado en atizar la violencia en la calle para generar un clima de caos propicio a sus intereses minrotarios.

Unas 18.000 personas han marchado hoy en París, entre la Bastilla y la Plaza de la Nación, según la policía. De acuerdo con el sindicato Fuerza Obrera, eran alrededor de 100.000. En cualquier caso, decenas de miles de personas han salido a las calles hoy en todo el territorio francés para protestar contra la reforma laboral del Gobierno de François Hollande. No ha sido una jornada demasiado violenta -aunque con excepciones: en Caen, un transeúnte ha filmado cómo la policía apaleaba a un manifestante en el suelo, según puede verse en un video publicado por el diario local "Normandie Actu"-, pero ha quedado claro que el movimiento de oposición a la iniciativa gubernamental gana fuerza.

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