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¿Qué pasará con Abdeslam?
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bélgica busca información sobre la red de apoyo

¿Qué pasará con Abdeslam?

La extradición a Francia se retrasa. Bruselas quiere obtener del presunto terrorista toda la información sobre su red de apoyo. Bélgica tiene a 'su' Bin Laden, pero la búsqueda sigue

Foto: Imagen de la prisión de Brujas donde está encarcelado Salah Abdeslam, en Bélgica, el 20 de marzo de 2016 (Reuters).
Imagen de la prisión de Brujas donde está encarcelado Salah Abdeslam, en Bélgica, el 20 de marzo de 2016 (Reuters).

En la celda de Abdeslam, tras la doble puerta, todo el mobiliario está fijado al suelo y a los muros con pernos. La televisión, detrás de una pantalla de plexiglás -un material plástico de extrema resistencia- no emite la programación de las cadenas, solo contenidos de ficción. Cualquier contacto con informaciones del exterior está totalmente descartado. Tras cuatro meses de huida, el hombre más buscado de Europa está desde el sábado encarcelado en una prisión de máxima seguridad, en Brujas, a 90 kilómetros de Bruselas. Salah Abdeslam salió de ella el miércoles para declarar ante el juez de instrucción, en previsión de que se le extradite a Francia. De momento, aislado, el presunto autor de los atentados de París colabora con la justicia.

Comienza el proceso para juzgar al presunto octavo terrorista de la masacre del 13 de noviembre, al hombre que no habría detonado su cinturón explosivo la noche del 13 de noviembre mientras varios terroristas se inmolaban en las calles parisinas, tras perpetrar una matanza en diversos puntos de la ciudad. Abdeslam será juzgado casi con toda seguridad en Francia aunque desde su detención se aferra a la posibilidad de que Bélgica lleve el caso. Sobre él pesan dos órdenes de arresto, una belga, la otra europea. Saldrá de la cárcel este miércoles y en contadas ocasiones las próximas semanas para declarar ante la justicia. No podrá recibir visitas, solo hablar con su abogado, mientras se decide su futuro judicial. La espera puede durar varios meses.

La prisión de Brujas es la más grande de Bélgica. Construida en 1991, cuenta con una sección de seguridad particular para acusados de delitos de terrorismo en la que se encuentra Abdeslam, con revisiones de celdas diarias para evitar que los presos fabriquen instrumentos con el mobiliario para autolesionarse. Tres presuntos terroristas más, los cómplices de Abdeslam detenidos estos días, están también encerrados en esta sección del complejo penitenciario.

Abdeslam comparecerá de nuevo ante la justicia tras reconocer al juez que estuvo en París la noche de los atentados terroristas el 13 de noviembre, cuando “quería hacerse estallar en el Estadio de Francia pero dio marcha atrás”, según su declaración. Palabras que pronunció tras su traslado en ambulancia desde un hospital hasta la Fiscalía Federal por la herida del disparo que recibió durante su captura.

Largos interrogatorios al 'eslabón débil'

El hombre que obsesionaba a los servicios secretos belgas empezó a colaborar con la justicia a las pocas horas de su detención. Su objetivo es evitar su extradición a Francia. Abdeslam puede ser ahora el 'eslabón débil', como empiezan a considerarle las fuerzas de seguridad belgas, que intentarán sacarle información del barrio de Molenbeek para rastrear más células yihadistas.

En las próximas dos semanas la justicia belga analizará primero las pruebas y acusaciones de su propio expediente y solo entonces volverá sobre la orden europea. El letrado de Abdeslam ha sido claro expresando el deseo de su cliente de no ser extraditado a Francia. “Los investigadores belgas y el juez han hecho un buen trabajo y deben tener la oportunidad de profundizar" en sus pesquisas, insiste Sven Mary. Las propias autoridades belgas comparten la intención de la defensa del franco-marroquí de que Abdeslam permanecezca en Bélgica, al menos un tiempo prudencial de retención en el país para profundizar su investigación. “Abdeslam se benefició de una red de apoyo y de cómplices, ahora es lo que vamos a examinar”, declaró el Ministro de Exterior belga, Didier Reynders, uno de los pesos pesados del gobierno.

Bruselas quiere averiguar todo lo posible sobre la persona muerta el pasado martes en la redada al apartamento de Forest. El argelino Mohamed Belkaid no estaba registrado por los servicios de inteligencia y ahora se sabe pudo estar en París la noche de los atentados. Y también a otro ciudadano belga fugado, amigo de los Abdeslam desde la infancia.

La extradición a Francia se retrasa

Los dos interrogatorios del pasado sábado con el juez de instrucción establecen dos semanas de plazo, así que la entrega a Francia se suspende a la espera del desarrollo de la investigación en Bélgica. La estrategia de la defensa también pasa por recurrir a cualquier vericueto legal. Este semana, el abogado denunciará al Fiscal de París por violación de sumario al leer parte de las declaraciones de Abdeslam en las que confirmaba su presencia en el Estado de Francia el 13 de noviembre y la intención de inmolarse.

El fiscal de París reconoció que la entrega a su país se demorará. Sin embargo, en la extradición a Francia, el Gobierno de Francois Hollande tiene a un aliado en el ejecutivo belga. Koen Geens, el ministro de Justicia, cree que el traslado a París “es un mero trámite” por resolver. “Rechazamos su entrega a Francia porque hay una investigación en Bélgica que se ha tramitado primero y debe gestionarse”, argumenta el abogado, confirmando que el proceso puede ralentizarse hasta tres meses.

Bélgica tiene a 'su' Bin Laden; la búsqueda sigue

Las imágenes de Salah Abdeslam sacado casi a rastras de su refugio en Molenbeek, para ser introducido en un vehículo de la policía, han aliviado a todo un país. Incluso el polémico Secretario de Estado de Asilo y Migración, Theo Francken, quiso emular al presidente Obama. “We hebben hem” -en flamenco 'Lo tenemos'-, escribió en twitter, parafraseando la reacción de Washington tras la detención de Osama Bin Laden. Tuvo que borrar su tuit minutos después.

Abdeslam era para Bélgica su particular Bin Laden. Aunque los atentados se cometieron en París y no en suelo belga, su huida recordaba los esfuerzos inútiles de Washington durante años para capturar al líder de Al Qaeda. Por su capacidad para escapar, por las dudas sobre su paradero -se llegó a especular con su presencia en Siria- por humillar así a la clase política belga y especialmente a su Gobierno. Por eso las prisas para celebrar su captura, la salida precipitada del primer ministro Charles Michel de la cumbre europea donde discutía la crisis de los refugiados, la puesta en escena conjunta en rueda de prensa con el presidente galo para explicar la operación. Expiación de culpas, fin del bochorno ante Francia, justificación del despliegue policial de cuatro meses en Bruselas, con policía y soldados fuertemente armados en las calles.

Bélgica se quita de encima muchas críticas sobre su ineficacia aunque el regreso de Abdeslam a su círculo más cercano de Molenbeek cuestiona de nuevo la seguridad del país. De momento, su propio Bin Laden, el mito creado con la huida del presunto terrorista, se desvanece encarcelado en Brujas. Lo hará por unos meses. Dos presuntos yihadistas, Mohamed Abrini y Soufiane Kayal, siguen a la fuga. Es la nueva persecución de Bélgica. Abrini habría estado en París con el hermano de Salah la noche de los atentados y este pasado verano entre Turquía y Siria en contacto con el Estado Islámico. Kayal, cuya identidad real se desconoce, viajó con Salah en septiembre entre Hungría y Austria y también estuvo en París. Al menos uno de ellos es de Molenbeek.

En la celda de Abdeslam, tras la doble puerta, todo el mobiliario está fijado al suelo y a los muros con pernos. La televisión, detrás de una pantalla de plexiglás -un material plástico de extrema resistencia- no emite la programación de las cadenas, solo contenidos de ficción. Cualquier contacto con informaciones del exterior está totalmente descartado. Tras cuatro meses de huida, el hombre más buscado de Europa está desde el sábado encarcelado en una prisión de máxima seguridad, en Brujas, a 90 kilómetros de Bruselas. Salah Abdeslam salió de ella el miércoles para declarar ante el juez de instrucción, en previsión de que se le extradite a Francia. De momento, aislado, el presunto autor de los atentados de París colabora con la justicia.

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