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Castro y Obama acuerdan iniciar un diálogo sobre Derechos Humanos
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hubo CRÍTICAS a cuba por los preparativos

Castro y Obama acuerdan iniciar un diálogo sobre Derechos Humanos

Barack Obama ha afirmado que "el destino de Cuba no debe ser decidido por EEUU u otro país", aunque advirtió que mantendrá su reclamación del derecho del pueblo cubano a decidir su destino

Foto: El presidente de EEUU, Barack Obama, junto a Raúl Castro durante su primer encuentro en La Habana, el 21 de marzo de 2016. (Reuters)
El presidente de EEUU, Barack Obama, junto a Raúl Castro durante su primer encuentro en La Habana, el 21 de marzo de 2016. (Reuters)

Una fotografía para la historia. El presidente de Cuba, Raúl Castro, abrió las puertas del Palacio de la Revolución a su homólogo estadounidense Barack Obama. El encuentro, que es el primero que se celebra en la isla, supone un paso más para apuntalar las relaciones entre ambos países. Dentro de la sede del Gobierno cubano, ambos mandatarios se saludaron con un apretón de manos al tiempo que sonreían a las decenas de cámaras allí presentes. A continuación, se celebró la ceremonia oficial de recibimiento en la que ambos gobernantes escucharon en actitud solemne los himnos de Cuba y Estados Unidos, con las banderas ya izadas en la sala. Después, Castro y Obama pasaron revista a una guardia de honor integrada por la Unidad de Ceremonia de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) de Cuba.

El presidente de EEUU ha anunciado que ha acordado con su homólogo cubano iniciar este año en La Habana un diálogo sobre Derechos Humanos para "discutir de manera directa" las "diferencias" entre ambos países y poder "seguir avanzando" en la normalización de las relaciones bilaterales.

Histórico viaje de Barack Obama a Cuba

Tras el encuentro, el mandatario cubano ha destacado la disposición de su Gobierno a avanzar en la normalización de relaciones con Estados Unidos. "Ratifico que debemos poner en práctica el arte de la convivencia civilizada, que implica respetar y aceptar nuestras diferencias y no hacer de ellas el centro de nuestra relación", dijo Raúl Castro.

Por su parte, el presidente estadounidense, Barack Obama, ha afirmado que "el destino de Cuba no debe ser decidido por EEUU o ningún otro país", aunque advirtió que su país mantendrá su reclamación del derecho del pueblo cubano a decidir su destino. "El futuro de Cuba lo tienen que decidir los cubanos y nadie más", aseveró Obama en una declaración a la prensa tras una reunión de más de dos horas con su homólogo cubano, Raúl Castro.

Más tarde, en un encuentro con empresarios y emprendedores del incipiente sector privado del isla, Obama afirmo que la economía cubana "está empezando a cambiar" y elogió el espíritu emprendedor que se respiraba en la ciudad. Asimismo, destacó que Estados Unidos les ayudará a "tener éxito". "Creemos en el pueblo cubano", subrayó Obama.

EEUU: "Claramente" hay presos políticos

El Departamento de Estado de EEUU afirmó que "claramente aún hay personas detenidas por razones políticas" en Cuba, después de que el presidente cubano, Raúl Castro, desafiara este lunes a un periodista a presentarle una lista de presos políticos en la isla.

Pregunta incómoda para Raúl Castro sobre los presos políticos


La Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA) calificó como una "desfachatez" que el presidente cubano, Raúl Castro, haya negado la existencia de presos políticos en la isla y presentó una lista de 47, para los que pidió la libertad inmediata.

Un viaje histórico

Obama sigue con su histórica visita a Cuba. El presidente de EEUU cumplió este lunes con la ceremonia protocolaria de la ofrenda floral ante el monumento del héroe nacional cubano y prócer independentista José Martí, en la Plaza de la Revolución de La Habana. Antes de que una guardia de honor depositara la corona de flores a los pies de la escultura de mármol, ondeó la bandera y se escuchó el himno de Estados Unidos en la plaza, donde se pudo ver a Obama con la efigie del revolucionario Ernesto "Che" Guevara de fondo. Tras la ceremonia, Obama se saltó el protocolo para pedir a su equipo que le tomara una foto con esa efigie del Che a su espalda, algo poco habitual es ese acto solemne. Mientras, la visita va dejando polémicas.

¿Qué ocurrió en el seno del Gobierno cubano para que ayer, cuando se abrió la puerta del avión presidencial estadounidense Air Force One y Obama y familia descendieron por la escalerilla, ningún alto cargo cubano estuviese allí para recibirles? No lo hizo, como muchos esperaban, ni el Presidente Raúl Castro ni su Vicepresidente, Miguel Díaz-Canel. La afrenta escuece aún más porque, hace apenas dos días, Díaz-Canel sí se encontraba a pie de pista para dar la bienvenida al mandatario Nicolás Maduro en su última visita sorpresa a La Habana.

Y eso que el propio Obama no podría estar haciendo más para ganarse el cariño y la simpatía de los cubanos. Nada más aterrizar en Cuba, tuiteó: “¿Qué bolá Cuba?” (“¿Qué hay, Cuba?”, en argot cubano). El día anterior, el Presidente estadounidense participó en un 'sketch' televisivo con “Pánfilo” (interpretado por el actor Luis Silva), uno de los personajes de humor más conocidos del país, en el que Obama le pidió en castellano que fuese a recogerle en un “almendrón” (el nombre que se da popularmente a los automóviles de los años 50 que circulan por la isla).

¿A qué se debió este plantón, que algunos estadounidenses se han tomado ya como un desaire? Según algunos analistas, podría deberse a la existencia de divisiones en el seno del Partido Comunista de Cuba -una de las instituciones más refractarias al cambio en la isla-, muchos de cuyos altos cargos se sienten incómodos con el acercamiento hacia su gran enemigo histórico. Para subrayar dónde reposan sus lealtades, la prensa cubana publicó estos días fotografías de un encuentro mantenido entre Maduro y el “líder histórico de la Revolución” Fidel Castro. Algo que no está claro que vaya a poder emular el propio Obama.

Turistas vetados de la Habana Vieja

La ausencia de altos representantes ante el Presidente estadounidense no es el único elemento sobre la organización por parte cubana que ha generado críticas. Ayer, las Damas de Blanco, la conocida organización opositora, realizó una protesta pidiendo la liberación de presos políticos que se saldó con decenas de detenciones momentáneas, cuando la policía sacó a las manifestantes a la fuerza de una iglesia de La Habana donde pretendían encerrarse. Este promete ser uno de los principales puntos de fricción en la visita, puesto que el Presidente estadounidense tiene previsto reunirse con varios disidentes cubanos de alto perfil.

Lo cierto es que las autoridades cubanas se han esforzado por mejorar algunas infraestructuras y dejar presentables muchos de los lugares por donde pasará la delegación estadounidense, especialmente en la capital. “La Habana tiene dos nuevos ingredientes. Uno es el olor a pintura fresca. El otro es el asfalto negro y brillante en las carreteras, donde se han llenado los agujeros”, escribe el periodista Jon Sopel, de la BBC. Pero los propios cubanos ironizan, entre el humor y el enfado, con que ha sido necesario que venga Obama para que les asfalten una calle o les arreglen el centro médico del barrio.

"Cuando hablas con la gente, con tus amigos en la intimidad de su casa, sin testigos, todos dicen lo mismo: lo que queremos es libertad y no que nos arregles cuatro calles para cuatro días”, dice José N. C., un empresario español que visita Cuba con frecuencia, la última vez apenas un día antes de la llegada del Presidente estadounidense. “Lo único que han hecho es pintar y asfaltar las calles por las que va a pasar Obama, y si te vas dos manzanas más allá las casas se están cayendo a trozos y hay agujeros tan grandes en la calle que se caen los coches", explica a El Confidencial.

El Hotel Nacional y el Habana Libre han sido desalojados para acomodar a la delegación estadounidense

"Esto es un paripé... Por ejemplo, el Puente de Santa Fe, que cojo yo siempre para ir a casa de mi mejor amigo, lleva seis meses reconstruyéndose, y por donde va a pasar Obama en veinticuatro horas han levantado todos los adoquines, lo han asfaltado y lo han llenado de palmeras para que esté bonito para dar la vuelta al mundo", indica José. Las medidas adoptadas, además, afectarán a los demás visitantes. "Los turistas tienen prohibido deambular por el casco antiguo... Como hayas ido a conocer la Habana Vieja estos días te vas a quedar con las ganas", asegura.

Del mismo modo, dos de los hoteles más emblemáticos de la capital, el Nacional y el Habana Libre, han sido desalojados para acomodar a la delegación norteamericana. Como resultado, aquellas personas que tenían hecha su reserva desde antes de conocerse que Obama visitaría la isla se han encontrado en la desagradable situación de tener que buscarse un alojamiento alternativo. “En la casa en la que yo me quedo siempre, la dueña me ha dicho que en cosa de dos días han ido del orden de cien personas buscando un sitio para dormir”, dice José. En consecuencia, algunos turistas están optando por irse a los cayos mientras dure la visita.

Más problemático aún, para los propios cubanos, es el hecho de que a aquellos que viven en las calles por donde va a pasar la comitiva -es el caso de un amigo del empresario- “les han prohibido salir de sus casas y están encerrados hasta que se vaya Obama”. Pero el pueblo cubano, eterno amante de la chanza, ya ha comenzado a transmutar las incomodidades en chistes. A Obama, por lo pronto, han empezado a llamarle “Eleggua”: en la santería, este es el orisha o divinidad que “abre y cierra los caminos”.

Una fotografía para la historia. El presidente de Cuba, Raúl Castro, abrió las puertas del Palacio de la Revolución a su homólogo estadounidense Barack Obama. El encuentro, que es el primero que se celebra en la isla, supone un paso más para apuntalar las relaciones entre ambos países. Dentro de la sede del Gobierno cubano, ambos mandatarios se saludaron con un apretón de manos al tiempo que sonreían a las decenas de cámaras allí presentes. A continuación, se celebró la ceremonia oficial de recibimiento en la que ambos gobernantes escucharon en actitud solemne los himnos de Cuba y Estados Unidos, con las banderas ya izadas en la sala. Después, Castro y Obama pasaron revista a una guardia de honor integrada por la Unidad de Ceremonia de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) de Cuba.

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