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"Esperamos ver pronto a un rumano en el Congreso de los Diputados"
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DAN STOENESCU, MINISTRO DELEGADO PARA LOS RUMANOS EN EL EXTRANJERO

"Esperamos ver pronto a un rumano en el Congreso de los Diputados"

Hay casi un millón de rumanos en España, el 20% de todos los inmigrantes. Charlamos con el gobierno rumano sobre el presente y el futuro de la diáspora en nuestro país

Foto: Dan Staonescu, durante su visita a El Confidencial (Pablo López Learte)
Dan Staonescu, durante su visita a El Confidencial (Pablo López Learte)

España no es un cualquier lugar para los rumanos. Es, de largo, el país que más simpatía atesora hacia nuestra cultura y sociedad, en el que un 84% de su población tiene una opinión positiva de nuestro país, y también somos la segunda nación a la que más emigran los rumanos, casi en la misma medida que Italia, y eso que de Timisoara a Trieste hay solo seis horas de carretera. Además son, junto a Francia, Italia, Andorra, Portugal, Moldavia y San Marino, los únicos europeos con lenguas derivadas del latín.

Dan Stoenescu (Constanta, 1980), ministro delegado para los rumanos en el extranjero, habla seis idiomas, entre ellos, por supuesto, el español. Lo aprendió con las telenovelas venezolanas y lo pulió en el sur de Estados Unidos mientras completaba su formación académica. Ha venido a España dos días para entrevistarse con las comunidades de Madrid y Barcelona, detectar sus necesidades y, por qué no, intentar convencerles para que regresen a Rumanía, uno de los países de la Eurozona que más creció durante el año pasado. El diplomático atiende en exclusiva a El Confidencial para debatir sobre el presente y el futuro de los rumanos en España.

Pregunta: ¿Por qué tanto aprecio por lo español?

Respuesta: Tenemos un vínculo antiguo, desde Trajano, el sevillano, que fue emperador de la Dacia (región romana que comprendía los actuales territorios de Rumanía y Moldavia). Como pueblo latino, consideramos a España un país hermano. Además, los rumanos hemos redescubierto España después de la revolución rumana (1989, la rebelión que provocó la caída de Ceaucescu) y fue cuando empezamos a venir a España por la falta de trabajo allí. Han sido muy bien acogidos y, por eso, los rumanos que están en España recomiendan a sus familiares en Rumanía que vengan a trabajar. Todos conocemos a Cervantes, la música y la comida española... es una cosa normal, nos gusta España.

P.: En España se da el fenómeno opuesto. Más allá de Drácula, Hagi y Ceaucescu, apenas sabemos nada de ustedes.

R.: Tenemos que trabajar juntos para que los españoles aprendan cosas de Rumanía. Tenemos un instituto cultural en España que intenta reflejar la verdadera imagen del país. Tenemos una cultura magnífica, con escultores como Constantin Brancusi, músicos como George Enescu, y escritores como Eugene Ionesco o Emil Cioran. Además, tenemos regiones en Rumanía especiales, vírgenes para los turistas, que seguro le gustarían a los españoles.

P.: ¿Ha crecido el interés de los españoles en Rumanía?

R.: Sí, desde luego. La caída de las fronteras de Europa ha creado un efecto llamada, aunque aún no estemos en el espacio Schengen. Nos hemos desarrollado mucho en los últimos años, con gran inversión española a nivel empresarial, quizá por eso empezamos a figurar en el mapa.

P.: Dice Mariano Rajoy que los rumanos son un ejemplo de integración en España.

R.: Estoy de acuerdo. En Madrid hay más de 200.000 rumanos, 150.000 en Andalucía y Cataluña... es una población activa, joven, con 35 años de media, que trabaja por la economía española y rumana, ya que envían remesas a sus familiares. Esta comunidad ayuda a la economía de los dos países.

P.: Hubo un importante repunte de inmigración rumana con el 'boom' del ladrilo, pero no decreció demasiado cuando se vino abajo el mercado inmobiliario. ¿A qué se dedican ahora los rumanos de España?

R.: La mayoría sigue allí, en la construcción, aunque depende mucho del área geográfica, porque también los hay que se dedican a la hostelería y a la agricultura. También tenemos abogados, médicos, artistas... que van llegando con las nuevas oleadas emigratorias, que han empezado en los últimos seis años.

P.: Sin embargo, la mayor comunidad rumana de Europa se encuentra en Italia. ¿Les acogen allí mejor que aquí?

R.: (Lo piensa) No creo. España fue un imperio que abarcaba América Latina, Filipinas, Guinea... y está más acostumbrada a recibir extranjeros. Italia nunca fue un imperio -la época romana queda muy lejos- y por eso, desde mi punto de vista, esa experiencia con los extranjeros os hace un poquito más abiertos.

P.: ¿Existe una barrera lingüística entre rumanos y españoles?

R.: No, son idiomas tan parecidos que cualquier rumano en tres meses sabe hablar español. Con acento, pero se comunica sin problemas y eso les permite integrarse más rápidamente en la sociedad española.

P.: La diáspora es políticamente importante, en tanto que puede decidir las elecciones rumanas.

R.: Así es. Tenemos tres millones de expatriados sobre un total de veinte millones de ciudadanos, así que sí, son cruciales. De hecho he venido a promocionar el voto por correo, que acabamos de aprobar por ley, porque hasta ahora los rumanos solo podían votar en embajadas y consulados. También pueden formar mesas de voto en cuanto haya una colonia de cien ciudadanos.

P.: ¿De qué color vota la diáspora?

R.: Cambia. Sí puedo decir que en los últimos años tiene mucho más interés por el gobierno rumano y que, mayoritariamente, votó a Klaus Iohannis (partido conservador) en las últimas elecciones, en detrimento de los socialistas.

P.: ¿Y al revés? ¿Con qué gobierno español están más a gusto los rumanos?

R.: No tienen interés en apoyar a un partido concreto, porque la mayoría no tiene la ciudadanía española. Pueden votar en las elecciones locales, y de hecho vosotros publicásteis la noticia del primer alcalde rumano en España, lo que nos enorgullece mucho. Tenemos afiliados en los grandes partidos y muchos están involucrados en consejerías locales. Es importante que se escuche su voz, que contribuyan al pensar el futuro político de España. Esperamos el día en el que veamos a un político rumano en el Congreso de los Diputados. Somos casi un millón y tenemos que ser representados.

P.: En el pasado hubo quejas de rumanos por el acceso a los servicios sanitarios. ¿Se solucionó aquel problema?

R.: Desde luego. La mayoría de los rumanos tienen NIE y están registrados, por lo que disponen de los mismos derechos que cualquier europeo. Además, si se me permite el apunte, los rumanos son la comunidad extranjera que más cotiza a la Seguridad Social, con más de 300.000 contribuyentes.

P.: Tienen ustedes un 5,7% de paro, una tasa muy inferior a la española.

R.: Una de las más bajas de la Unión Europea. De hecho estamos creciendo tanto que nos falta mano de obra, necesitamos que regresen algunos de los rumanos que se han marchado en los últimos años. Estamos obligados a fomentar el regreso de los rumanos, porque tenemos fondos europeos para fomentar pequeños negocios para ellos.

Necesitamos especialistas en obtener fondos europeos, y de eso los españoles saben mucho

P.: ¿Y regresan muchos?

R.: No, la verdad es que no. Muchos de los que están en España, por ejemplo, quieren volver cuando se jubilen, porque el coste de la vida es más barato y quieren reunirse con sus familiares, pero no, no habrá una oleada de regresos en 2016, aunque la necesitamos. Rumanía no es un país de inmigración, la mayoría de los extranjeros que hay eran estudiantes de países árabes que se quedaron en el país después de la época comunista.

P.: Aquí el desempleo juvenil es demencial. ¿Podría un joven español con estudios encontrar posibilidades en Rumanía?

R.: Sí, claro que es interesante, tenemos un mundo de posibilidades en Rumanía, pero nos falta know how en muchos sectores. Por ejemplo, necesitamos expertos en conseguir y emplear de modo eficiente los fondos europeos, algo en los que los españoles son expertos. Sois de los pocos países europeos que han gastado el 100% de las ayudas que han recibido. O que vengan a trabajar en la agricultura: el precio de una hectárea en Rumanía es mucho, mucho más barato que casi cualquier país. Instamos a los jóvenes españoles a venir y abrir negocios.

P.: ¿Expertos en fondos europeos? ¿Economistas, dice?

R.: No solo eso, digo especialistas en fondos europeos. Hablo desde consultores que sepan montar un buen plan de negocios hasta empresas que estén dispuestas a invertir para aprovecharlo. España se desarrolló así en los últimos años junto con la mano de obra extranjera.

P.: En España ha habido y hay racismo con los rumanos. Incluso existe una canción muy popular que les insulta abiertamente. ¿Ha tenido quejas al respecto?

R.: Quejas menores, no son un grupo amplio, solo casos aislados. En general los rumanos han sido muy bien acogidos por los españoles y les estamos muy agradecidos.

P.: ¿Qué le diría al gobierno español si lo tuviese delante?

R.: Que ojalá todas las comunidades del mundo sean tratadas como las instituciones españolas tratan a los rumanos. Pero sí querría pedirles dos cosas. Una, que se cree una asignatura extracurricular de idioma y cultura rumana. Tenemos a muchos rumanos que están perdiendo la cultura de su familia y necesitamos recuperarla. En otros países como Suecia, Austria y Alemania ya se imparten estas clases porque tenemos grandes comunidades que pagan sus impuestos y tienen ese derecho. Para nosotros es un problema muy importante: hay 300.000 niños rumanos en España, muy bien integrados, que no se distinguen en nada de un niño español. Están perdiendo su identidad y no debemos permitirlo.

P.: ¿Los rumanos hablan español en su casa?

R.: Muchos sí, sobre todo los que tienen niños pequeños, porque en la guardería solo se habla en español. De hecho hay cientos de casos de niños rumanos que no hablan nuestro idioma.

P.: Tenía otra petición.

R.: La doble nacionalidad. Ahora mismo los rumanos que se hacen españoles pierden la nacionalidad rumana, pero eso puede cambiar, porque España ofrece la doble nacionalidad a muchos países de América Latina. La ley española obliga a los rumanos a renunciar a su nacionalidad para hacerse español y eso tenemos que arreglarlo.

España no es un cualquier lugar para los rumanos. Es, de largo, el país que más simpatía atesora hacia nuestra cultura y sociedad, en el que un 84% de su población tiene una opinión positiva de nuestro país, y también somos la segunda nación a la que más emigran los rumanos, casi en la misma medida que Italia, y eso que de Timisoara a Trieste hay solo seis horas de carretera. Además son, junto a Francia, Italia, Andorra, Portugal, Moldavia y San Marino, los únicos europeos con lenguas derivadas del latín.

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