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Soldados de Odín: patrullas 'protectoras' contra la inmigración en Finlandia
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Soldados de Odín: patrullas 'protectoras' contra la inmigración en Finlandia

Los Soldados de Odín abogan por cerrar las fronteras del país a los extranjeros y llaman "intrusos" a los inmigrantes, a los que acusan de alterar el orden público y de acosar sexualmente a las mujeres

Foto: Miembros del grupo Soldados de Odín se manifiestan en Joensuu, al este de Finlandia, el 8 de enero de 2016. (Reuters)
Miembros del grupo Soldados de Odín se manifiestan en Joensuu, al este de Finlandia, el 8 de enero de 2016. (Reuters)

Bajo cero, vestidos de riguroso negro, pasean en pequeños grupos al caer la noche. Son todos hombres, jóvenes. Muchos rapados. En sus cazadoras, tipo bomber, se repite el mismo logotipo. Un vikingo con la bandera finlandesa y un nombre en letras blancas: Soldados de Odín.

Desde finales de diciembre, decenas de miembros de este difuso colectivo, organizado a través de Facebook y otras redes sociales, patrulla por las calles de numerosas ciudades. Aseguran que tratan de restablecer la seguridad en sus localidades, que ven en entredicho por la llegada masiva de inmigrantes de Oriente Medio. Es el relato de la ultraderecha nacionalista sobre la crisis de los refugiados. Y está calando en este país de apenas 5,5 millones de habitantes, que el año pasado acogió a unos 30.000 peticionarios de asilo.

No obstante, Finlandia ha sido solo el origen de los Soldados de Odín. Ahora su arraigo es mucho mayor. El movimiento cuenta en la actualidad con simpatizantes en Suecia, Noruega, Dinamarca, Alemania, Holanda, Estonia y la República Checa, pero donde más presencia tiene es en los pequeños municipios de Laponia, el extremo septentrional de Finlandia, cerca del puesto fronterizo de Tornio, por donde están accediendo al país la mayor parte de los peticionarios de asilo.

Apenas a 30 kilómetros de esta localidad, se encuentra Kemi, una anodina ciudad portuaria de apenas 22.000 habitantes adonde lleva el rastreo en busca del origen de este colectivo. Allí se les cita por primera vez. Fue el diario 'Aamulehti' quien a principios de octubre daba cuenta de las rondas de estos hombres de negro. Mika Ranta, uno de los organizadores del grupo, explicaba al periódico que solo trataban de "incrementar la sensación de seguridad de la gente".

"De pronto nos encontramos con una situación en la que se encontraban muchas culturas diferentes. Eso daba miedo y preocupaba a la comunidad. Entonces empezamos a juntar a un montón de gente", recordaba. "El principal problema fue cuando descubrimos a través de Facebook que los nuevos peticionarios de asilo estaban espiando a través de las puertas de los colegios de primaria, mirando a las niñas pequeñas", proseguía Ranta.

placeholder Miembros del grupo Soldados de Odín, durante una manifestación en Joensuu. (Reuters)
Miembros del grupo Soldados de Odín, durante una manifestación en Joensuu. (Reuters)

Un colectivo "familiar"

Los Soldados de Odín abogan por cerrar las fronteras del país a los extranjeros y llaman "intrusos" a los inmigrantes, a los que acusan de alterar el orden público y de acosar sexualmente a las mujeres. "Los refugiados no son bienvenidos", rezaba la pancarta de una de sus manifestaciones.

Ranta aseguraba en esa entrevista que los Soldados de Odín son un colectivo "familiar" en el puede encontrarse a todo tipo de personas. Él, por su parte, es "nacionalsocialista". Así lo asegura en su perfil de Facebook. Y cuenta con antecedentes penales, según reveló recientemente el periódico local Rapin Kansa. El tribunal de distrito de Kemi-Tornio le condenó a 40 días de cárcel por una agresión "con motivación racial" a dos extranjeros.

Primero se les vio en Noruega y Suecia. Después, el movimiento se fue extendiendo por Dinamarca y Estonia, Holanda, la República Checa y Alemania

Ranta hablaba de los "cientos" de simpatizantes que su movimiento había conseguido amalgamar en Finlandia. El diario 'Karjalan Heili' se refería hace dos semanas a unos 500 en todo el país. Pero desde entonces el número de seguidores no ha dejado de crecer, tanto en su país como más allá de sus fronteras. El escándalo de las agresiones sexuales que se produjeron en Nochevieja en Colonia, por los que se han presentado más de 700 denuncias, tres de ellas al menos por violación, ha sido todo un acicate para este grupo.

En las últimas semanas, no han dejado de aumentar los grupos cerrados que, bajo el nombre de Soldados de Odín, están surgiendo en distintas redes sociales. Primero se vio actividad en las vecinas Noruega y Suecia, el país de la UE que más refugiados ha recibido en relación a su población. "Pretendemos que nuestra presencia en las calles transmita seguridad a los ciudadanos. A esto le llamamos un servicio de patrullas privado", explicaba al rotativo 'Mvlehti' el portavoz de los Soldados de Odin en Noruega, Ronny Alte, que es miembro de la Liga para la Defensa de Noruega (NDL), un colectivo ultraderechista y nacionalista.

Después, el movimiento se fue extendiendo por Dinamarca y Estonia, Holanda, la República Checa y Alemania, un país que tan solo el año pasado recibió la cifra récord de 1,1 millones de peticionarios de asilo. En la propia Colonia, a principios de año, dos grupos de refugiados fueron apaleados por patrullas de vigilantes.

Caldo de cultivo para la ultraderecha

Todos estos países tienen en común el controvertido debate que ha generado en el seno de sus sociedades la llegada masiva de extranjeros. Y que, al calor de esta refriega, algunos colectivos de extrema derecha están aprovechando para tratar de captar adeptos para su causa.

El caso alemán es el más llamativo, con las concurridas manifestaciones de Pegida y el auge del AfD, que no ha dejado de mejorar en las encuestas

El caso alemán es en este sentido el más llamativo, con las concurridas manifestaciones semanales de los Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente (Pegida) y el auge del partido ultraconservador Alternativa para Alemania (AfD), que, tras la lucha intestina que acabó con la rama euroescéptica y liberal en lo económico, no ha dejado de mejorar en las encuestas de intención de voto con sus críticas a la política de asilo de la canciller Angela Merkel. Los últimos sondeos les otorgan el 12% de las papeletas, un registro inédito.

En Finlandia, el Gobierno se ha mostrado preocupado por la popularidad creciente de los Soldados de Odín. "Hay elementos extremistas en esas patrullas. Eso no aumenta la seguridad", aseguró recientemente a la televisión pública YLE el ministro de Interior, Petteri Orpo. El primer ministro, Juha Sipilä, ha subrayado por su parte que estas rondas son "totalmente innecesarias". Mientras tanto, el partido ultraderechista Verdaderos Finlandeses, el segundo más votado en las elecciones del año pasado, con un 17,7% de los escrutinos, no duda en hacerles guiños.

Pese a estos recientes movimientos, la consolidación en las sociedades escandinavas de movimientos de ultraderecha no es un fenómeno novedoso. Los atentados de Oslo y Utoya, perpetrados en 2011 por el ultranacionalista y xenófobo noruego Anders Behring Breivik, y en los que murieron 77 personas, la mayoría adolescentes de las Juventudes Laboristas, no surgieron de la nada. Hay un caldo de cultivo.

Además de su ya mencionada preeminencia en la política finlandesa, otros partidos populistas de extrema derecha triunfan en los países nórdicos. En Dinamarca, en las elecciones parlamentarias de 2015, el Partido Popular Danés fue la segunda formación más votada, con un 12,3% de los sufragios. Por su parte, la fuerza Demócratas Suecos obtuvo la tercera posición en los comicios generales de 2014, con el 5,7% de los votos.

Bajo cero, vestidos de riguroso negro, pasean en pequeños grupos al caer la noche. Son todos hombres, jóvenes. Muchos rapados. En sus cazadoras, tipo bomber, se repite el mismo logotipo. Un vikingo con la bandera finlandesa y un nombre en letras blancas: Soldados de Odín.

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