Tony Blair, 'vetado' en las embajadas británicas para sus negocios privados

400.000 libras por dos discursos en Manila, y estancia gratuita en la embajada británica en la ciudad filipina. Encuentro privado con Gadafi, en Trípoli, con pernocta también libre de gastos en las dependencias diplomáticas británicas en Libia. También disfrutó de las de Washington y París, él y sus seis acompañantes (sin contar escoltas). Son algunas de las polémicas prebendas que el ex primer ministro Tony Blair ha tenido en el pasado, desveladas en su día por el diputado tory Andrew Bridgen y el periódico The Telegraph. Pero eso se acabó.

Según ha desvelado este sábado el mismo medio, los exministros y otros cargos del Gobierno británico tienen ya prohibidos el uso y la estancia en las embajadas de su país para sus propios negocios. El Ministerio de Exteriores trata así de acabar con la percepción de que estos exdirigentes representan al Gobierno británico y también con el "uso inapropiado" de las delegaciones.

Tony Blair no ha sido el único en servirse de ellas en el pasado, aunque sí el caso más sonado. Jack Straw, exsecretario de Asuntos Exteriores bajo su mandato, le pidió al embajador en Ucrania que se reuniera con miembros del Gobierno de aquel país en nombre de un cliente que le pagaba 60.000 libras al año.

Andrew Bridgen reclama, sin embargo, que las medidas vayan más allá y restrinjan las actividades comerciales de los ex primeros ministros. El diputado sospecha que Tony Blair, sus amigos y familia no sólo han disfrutado de la "hospitalidad" de los contribuyentes en sus negocios con empresas privadas, sino que el Blair ha actuado también en el exterior como consejero de otros Gobiernos.

"Blair no ha sido tratado de manera diferente a cualquier otro ex primer ministro, y la idea de que ha usado estas invitaciones por razones comerciales es absurda", respondía el sábado uno de sus portavoces.