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"No veo reconciliación posible con Turquía": Putin mantiene la guerra económica
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Turquía podría perder el 3% de su PIB

"No veo reconciliación posible con Turquía": Putin mantiene la guerra económica

La oposición turca cree que la economía del país podría perder hasta 20.000 millones de dólares debido a su enfrentamiento con Rusia. Pero ni el Gobierno turco ni el ruso ceden en sus posturas

Foto: El Presidente ruso Vladimir Putin, durante la comparecencia de prensa de final de año, el 17 de diciembre de 2015 (Reuters)
El Presidente ruso Vladimir Putin, durante la comparecencia de prensa de final de año, el 17 de diciembre de 2015 (Reuters)

A pesar del coste económico que el enfrentamiento entre Turquía y Rusia está teniendo para ambos países (sobre todo para el primero) y de los intentos de parte de sus respectivos gobiernos para suavizar la tensión, el conflicto persiste, e incluso lleva visos de empeorar. “No veo posibilidad de recuperar los lazos con Turquía”, ha dicho esta mañana el Presidente Vladimir Putin durante su comparecencia anual ante la prensa. “¿Creían que íbamos a huir? No, no somos esa clase de país”, ha declarado.

Al parecer, al mandatario ruso le molestó especialmente que, tras el derribo del caza ruso por parte de la aviación turca el pasado 24 de noviembre, el Gobierno turco no llamase a Moscú para discutir el incidente, sino a Bruselas, al Cuartel General de la OTAN. “Alguien en el liderazgo turco intentó lamer a los americanos en cierto lugar”, ha afirmado, entre las risas y los aplausos de la concurrencia, compuesta en gran medida por periodistas rusos.

El Confidencial ya había alertado sobre la escalada de tensión que se estaba produciendo en la frontera turco-siria entre cazas turcos y rusos, por lo que el derribo del SU-24 no fue ninguna sorpresa. Lo que probablemente no esperaba el ejecutivo turco eran las intensas represalias económicas que Rusia iba a desatar contra Turquía.

Empresarios, firmas constructoras, productos, turistas… Todos se han visto afectados por la respuesta rusa. Varios estudiantes turcos han sido incluso expulsados de las universidades rusas en las que estudiaban, según informó la semana pasada el diario “The Moscow Times”, y posteriormente deportados, lo que contradice las palabras de Putin de esta mañana insistiendo en que el problema de Rusia es “con el Gobierno turco, no con su pueblo”. El Presidente ruso, de hecho, ha evitado referirse a la cuestión de los estudiantes, a pesar de haber sido preguntado directamente pro uno de los periodistas asistentes a la rueda de prensa.

Rusia pide que Turquía garantice que no se repetirán incidentes similares en el futuro, y exige una compensación por el derribo del caza, según expresó ayer el Viceprimer Ministro de Exteriores ruso Alexei Meshkov. “Si la Federación Rusa garantiza que no habrá más violaciones de nuestro espacio aéreo, no volverá a producirse un incidente similar. El avión ruso fue derribado porque violó nuestro espacio aéreo. No es posible cumplir con las demandas de la parte rusa”, respondió el portavoz de Exteriores turco, Tanju Bilgiç.

Rusia podría ampliar las sanciones

Mientras tanto, siguen produciéndose episodios de presión económica entre ambos países. A principios de mes, se cancelaron los planes para establecer un gasoducto a través del Mar Negro. Rusia ha retenido 8 cargueros turcos por presuntas irregularidades en su documentación, que aparentemente incumplían los acuerdos de navegación del Mar Negro firmados por todos los países ribereños. Turquía, en represalia, ha retenido 27 navíos rusos.

La pérdida del mercado ruso está afectando negativamente a los productos turcos. Los exportadores de tomate, en concreto, podrían contarse entre los más afectados: tan solo la localidad mediterránea de Torbali calcula sus pérdidas en 15 millones de dólares. Otro de los sectores más dañados sería el del turismo, puesto que hasta este año Rusia era el país que más visitantes enviaba a Turquía.

“Turquía ganaba unos 6.000 millones de dólares en exportaciones y 7.000 millones de ingresos turísticos de Rusia. Hay también un extenso tráfico de exportaciones minoritas entre ambos países. El comercio de pequeñas importaciones en Turquía se ha reducido de 8.500 millones de dólares en 2013 a 6.000 millones en 2014. Turquía puede perder hasta 20.000 millones de dólares, el 3 por ciento de su PIB anual si la crisis con Rusia escala”, protestaba a finales del mes pasado el diputado opositor Osman Budak, del Partido Republicano Popular (CHP). Otro miembro del parlamento, Mustafa Akaydin, calcula que la región costera de Antalya podría perder 6.000 millones de dólares en ingresos por turismo, y 500 millones en el sector agrícola.

Además, Rusia podría extender las sanciones a la industria hotelera, el procesamiento maderero, el entrenamiento de pilotos y la firma de contratos gubernamentales con cualquier industria turca, según afirma el diario ruso Kommersant. “Hablamos de la importación de servicios de construcción, viajes hoteles y procesamiento de alimentos, así como la formación de personal civil de las aerolíneas de la Federación Rusa”, ha declarado una fuente a dicho periódico. Salvo que los líderes de ambos países lleguen a un acuerdo en un plazo breve, las consecuencias económicas se van a notar pronto, y en profundidad.

A pesar del coste económico que el enfrentamiento entre Turquía y Rusia está teniendo para ambos países (sobre todo para el primero) y de los intentos de parte de sus respectivos gobiernos para suavizar la tensión, el conflicto persiste, e incluso lleva visos de empeorar. “No veo posibilidad de recuperar los lazos con Turquía”, ha dicho esta mañana el Presidente Vladimir Putin durante su comparecencia anual ante la prensa. “¿Creían que íbamos a huir? No, no somos esa clase de país”, ha declarado.

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