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Buscar la conciliación y salvar la economía: los retos del nuevo Parlamento venezolano
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ÚLTIMOS DATOS: LA OPOSICIÓN LOGRA 107 DIPUTADOS

Buscar la conciliación y salvar la economía: los retos del nuevo Parlamento venezolano

¿Qué puede hacer el nuevo Gobierno? Dependerá del número final de escaños que logre: todavía quedan 22 por asignar. Los hasta ahora opositores aseguran que han obtenido mayoría cualificada

Foto: Una mujer pasa frente a un mural de los presidentes Hugo Chávez y Nicolás Maduro (Reuters)
Una mujer pasa frente a un mural de los presidentes Hugo Chávez y Nicolás Maduro (Reuters)

Venezuela despertó distinta. En las calles de Caracas la jornada parecía la de un domingo. La gente se reunía en las panaderías para desayunar y había poco tráfico en las calles. Sonrisas y algún que otro angustiado por la nueva situación tras la victoria de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) en la Asamblea Nacional. Venezuela pidió cambio, pero éste no vendrá solo ni rápido. Ahora comienza una nueva etapa. Los próximos meses serán cruciales para determinar el rumbo de la economía y la política del país.

La Unidad ha repetido en numerosas ocasiones que de las primeras cosas que llevarían a la Asamblea Nacional sería una Ley de Amnistía para los presos políticos y exiliados del país. Esta ley permitiría sacar de la cárcel a Leopoldo López, dirigente de Voluntad Popular, a los alcaldes Daniel Ceballos y Antonio Ledezma o al dirigente Manuel Rosales.

Pero el país está en urgencia económica. La inflación -que sobrepasa el 200%, según declaró una fuente del Banco Central Venezolano al diario El Nacional-, la escasez o la dependencia de las importaciones bajo el manto del precio del petróleo son sólo algunos de los puntos que tendrán que enmendar. Podrán legislar, pero a la hora de ejecutar será decisivo el presidente Nicolás Maduro, quien lejos de extender su mano a la nueva mayoría, dijo que quien ganó el parlamento fue “la guerra económica” y los intereses de la derecha.

El Consejo Nacional Electoral anunció anoche que la Unidad obtenía 107 diputados y el PSUV, 55. Aún no ha dado a conocer el segundo boletín informativo en el que quedarían repartidos el resto de los curules [escaños] hasta llegar a los 167 del hemiciclo, pero ya la Mesa de la Unidad hace sus cálculos y podrían obtener hasta 112 diputados.

Esta cifra les daría mayoría cualificada, lo que supone un incremento del poder de la hasta ahora oposición y un freno al poder del presidente Nicolás Maduro. Modificar leyes orgánicas, quitar miembros del Tribunal Supremo de Justicia, convocar a una Asamblea Nacional Constituyente o poder nombrar a miembros del Poder Ciudadano, como el Defensor del Pueblo, Fiscal General o el Contralor [Controlador] General, son algunas de las atribuciones que tendrá si se llega a concretar esta mayoría cualificada. También puede cambiar la composición del Consejo Nacional Electoral, un órgano no exento de polémica por la conocida querencia de sus rectores al oficialismo.

Solo con dos diputados más de los 99 que ya tenían, pueden aprobar o denegar las leyes habilitantes que tanto poder han dado al presidente en los últimos años. Con los curules que ya tienen, pueden autorizar al Tribunal Superior de Justicia para enjuiciar a los diputados, limitar los viajes internacionales del presidente o declarar el abandono de su cargo, así como seleccionar a los magistrados del Tribunal Superior de Justicia.

El mensaje del miedo

Muchas atribuciones que pueden ejercer un fuerte contrapeso al hasta ahora casi omnipotente Gobierno, quien además de tener bajo su control la Asamblea Nacional, tiene a su favor a otros poderes, como el órgano Judicial o el Consejo Nacional Electoral.

Esta mañana, el jefe de campaña del PSUV y alcalde del municipio Libertador de Caracas Jorge Rodríguez, dijo que “la futura Asamblea Nacional tiene que limitar sus funciones”. El presidente Nicolás Maduro dijo anoche que ha ganado “la guerra económica”, pero que “nada se detuvo, nada se detendrá, todo seguirá su rumbo”.

Parece que el miedo a qué pasará a partir del 5 de enero –momento en que la nueva Asamblea tome posesión- forma parte del discurso del Gobierno. Durante toda la jornada posterior a la victoria de la Unidad, los mensajes de los voceros del Gobierno han ido en esta vía, el miedo a lo que podrá hacer la nueva mayoría. “Yo sólo les digo: administren muy bien su triunfo. Qué hubiese ocurrido si no ganaba la derecha. ¿Cuántos muertos hubiese costado eso? Su propuesta era derrocar al presidente Maduro. Vamos a ver si lo logran”, dijo Jorge Rodríguez.

De la Ley de Amnistía, dijo que “no se puede amnistiar a unos asesinos”. Y advirtió que no se atrevieran a derogar leyes hechas por el presidente Hugo Chávez: “Allí nos encontrarán si la derecha quiere lesionar la institucionalidad”.

En el mensaje dado ayer por la Unidad se incidió en que apostarían por el diálogo y que “ésta no es la hora de una nueva mayoría que aplasta a una minoría”. Sin embargo, habrá que esperar a la toma de posesión, el 5 de enero, para ver cómo se concreta ese diálogo y cómo será la pugna de poderes con el chavismo.

Ahora toca esperar a distintos movimientos. Por un lado, los que pueda hacer o no el Ejecutivo para mantener intacto el poder de la nueva Asamblea Nacional y no restarle poder a través del Tribunal Constitucional. Por otro, los que haga la Unidad a partir de la toma de posesión. Será clave ver a qué le da prioridad, si a las medidas políticas o a las económicas en un país desvencijado por la escasez y la inflación. Y, juntos, ver cómo chavismo y Unidad toman este nuevo pulso de fuerzas en este nuevo camino de Venezuela tras 17 años de hegemonía del Gobierno.

Venezuela despertó distinta. En las calles de Caracas la jornada parecía la de un domingo. La gente se reunía en las panaderías para desayunar y había poco tráfico en las calles. Sonrisas y algún que otro angustiado por la nueva situación tras la victoria de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) en la Asamblea Nacional. Venezuela pidió cambio, pero éste no vendrá solo ni rápido. Ahora comienza una nueva etapa. Los próximos meses serán cruciales para determinar el rumbo de la economía y la política del país.

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