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"Si los yihadistas no han atacado más a Francia en el Sahel es por falta de capacidad"
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tras la toma de rehenes en bamako

"Si los yihadistas no han atacado más a Francia en el Sahel es por falta de capacidad"

Entrevista a Alberto Bueno, investigador y Coordinador del Observatorio de la Actividad Yihadista en el Magreb y el Sahel Occidental

Foto: Un policía patrulla las calles de Bamako tras la toma de rehenes en el hotel Radisson (Reuters)
Un policía patrulla las calles de Bamako tras la toma de rehenes en el hotel Radisson (Reuters)

Apenas una semana después de los atentados de París, la toma de 170 rehenes en un hotel de lujo en la capital de Mali a manos de un comando yihadista, que se saldó con un asalto policial, la muerte de los secuestradores y de al menos cuarenta cautivos, vuelve a hacer sonar las alarmas sobre la implantación de organizaciones de este tipo en el Sahel y su capacidad para atacar intereses occidentales en la región. Para arrojar algo de luz, hablamos con Alberto Bueno, investigador del Grupo de Estudios en Seguridad Internacional (GESI) y coordinador del Observatorio de la Actividad Yihadista en el Magreb y el Sahel Occidental, que monitoriza las acciones de estos grupos y las documenta en un boletín mensual.

Pregunta: ¿Qué organizaciones yihadistas destacables operan en Mali y las regiones fronterizas del Sahel?

Respuesta: No resulta sencillo distinguir actores entre toda una verdadera amalgama de grupos yihadistas que operan en Mali, en especial en su mitad norte, aprovechando ese 'santuario' que el desierto ofrece: miles de kilómetros donde la presencia estatal es prácticamente inexistente. A grandes rasgos, tendríamos los siguientes grupos:

- Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), el más conocido de todos. Originariamente surgido del argelino Grupo Salafista para la Predicación y el Combate [activo en la guerra civil argelina desde finales de los años 90 hasta 2007], ha ido perdiendo fuerza en Argelia, por lo que ha centrado mucho más su actividad en el norte maliense. Pese a su protagonismo, no es menos cierto que ha sufrido importantes escisiones que la han debilitado, como el Movimiento para la Unicidad y la Yihad en África Occidental o MUYAO (no es casualidad que, pese a sus pretensiones regionales, la actividad de este grupo se concentrara sobre todo en el sur de Argelia y el norte de Mali, si bien este grupo está prácticamente desactivado tras la intervención francesa en 2013 y diversas deserciones en sus filas) y Al Murabitun.

- Al Murabitun, dirigida por el veterano yihadista argelino Mokhtar Belmokhtar, que ha acabado absorbiendo a MUYAO en su totalidad. De origen árabe, es uno de los grupos más activos y peligrosos que operan en la región. Fue el responsable del asalto a la central gasística de In Amenas en Argelia en 2013.

- Ansar Dine ("Defensores de la Fe"), de base tuareg, liderada por Iyad Ag Ghali, un antiguo líder de las rebeliones tuareg de la década de 1990 y de 2006, y al servicio de Gadafi con posterioridad como mercenario. Dio buena cuenta de su conversión y su compromiso ideológico radical al mando de Ansar Dine tomando un activo papel en la dominación yihadista del Azawad [la región de población mayoritariamente tuareg al norte de Mali] y el avance hacia Bamako. También en la esfera de AQMI.

- Frente de Liberación de Macina, grupo yihadista ubicado en la zona de Mopti, en el centro del país, muy activo en los últimos meses en toda la región central de Mali.

Como elemento de análisis, es muy importante señalar cómo todos estos grupos, así como sus movimientos y divergencias internas, no tienen sólo una dimensión política-ideológica, sino que tras su fachada de extremismo religioso se esconden el control de importantes flujos ilegales (drogas, armas, personas) y el dominio de las rutas de comercio.

P: ¿Puede describir su grado de actividad?

R: Al Murabitun se puede calificar como uno de los más peligrosos, seguido de Ansar Dine y el Frente de Liberación de Macina. Si bien es cierto que este último está siendo especialmente virulento desde el verano: fue dicho grupo quien perpetró el ataque en Sevaré a comienzos del pasado mes de agosto, con toma de rehenes en un hotel, y quien en los últimos meses ha llevado a cabo ataques en áreas próximas a la frontera con Burkina Faso. Preocupaba mucho a la autoridades esta organización, y muestra de ello son las sucesivas operaciones lanzadas contra el mismo, como la Operación Seno, emprendida por el ejército, la gendarmería y la guardia nacional malienses a finales de octubre.

P: El secuestro del hotel Radisson en Bamako ha sido reivindicado por Al Murabitun en alianza con Al Qaeda en el Magreb Islámico. ¿Es creíble?

R: Las informaciones apuntan a Al Murabitun, grupo en la esfera de AQMI, o incluso de aquél en colaboración con AQMI. Sería pausible en cuanto que hablamos de alguno de los grupos más potentes en la región y, en el caso concreto de Al Murabitun (subrayemos su lealtad hacia AQMI), con mayor número de ataques mortales en los últimos meses. Fue el responsable, por ejemplo, del ataque a un restaurante en Bamako el pasado mes de marzo, el último gran ataque en la capital. Objetivo y modus operandi nos invitan a pensar que, en efecto, nos encontraríamos ante esta organización terrorista una vez más, por desgracia.

P: ¿Cuál es el grado de amenaza que estos grupos representan para los intereses occidentales, especialmente para España?

R: Todos estos grupos no presentan, a día de hoy, una amenaza directa para los intereses españoles en la zona, entendiendo por intereses aquí la seguridad de España. La amenaza para España estriba en la inestabilidad regional. Libia es un ejemplo de un escenario terrible y en absoluto deseable para la seguridad europea y, más aún, para la de nuestros vecinos del sur. Ése es el escenario que hemos de evitar.

P: En el asalto al Radisson de Bamako parece que el grueso de rehenes erande nacionalidad francesa. Visto los atentados de París de la semana pasada, ¿existe un intento deliberado entre los yihadistas del Magreb y el África Occidental de atacar a Francia?

R: Según las informaciones que tenemos por el momento, hay una gran variedad de nacionalidades entre las víctimas, heridos y rehenes. Ello, junto con el objetivo del ataque, el hotel Radisson, nos sugiere que Francia per se no era el objetivo del atentado. No solo se ha producido en un área de la capital con gran número de extranjeros, y por lo tanto el de huéspedes del establecimiento, sino que también era el lugar de reunión de jefes de diversos grupos armados del norte del país que negocian el acuerdo de paz alcanzado el mes de junio. Esto no ha de pasar tampoco desapercibido: la más que previsible voluntad de influir de algún modo en las negociaciones de paz puede ser uno de los objetivos que hayan motivado el asalto. Esta misma semana teníamos noticias de un comunicado de Iyad Ag Ghali, líder de Ansar Dine, en el que amenazaba a los signatarios de este acuerdo, lo que demostraría que las diversas facciones yihadistas también desean su cuota de "protagonismo" en le proceso.

No obstante, y en lo referente a su pregunta, sí es verdad que Francia está en el punto de mira de muchos de estos grupos, cuando menos en su propaganda y comunicados. Posiblemente si objetivos franceses no han sufrido un mayor número de ataques en estos meses se deba más a una falta de capacidad que no de voluntad. Los motivos son diversos, pero qué duda cabe que la Operación Serval, primero, y la Operación Barkhane, después, prestan un argumento discursivo muy potente para la retórica de estas organizaciones.

P: A dos años y medio de la intervención militar francesa en Mali, ¿cuál es el balance?

R: Es complicado realizarlo teniendo en cuenta que hay un montón de factores a enjuiciar. Considerando dos momentos, quizá podemos realizar un balance retrospectivo: por una parte, entiendo que la intervención francesa a inicios de 2013 evitó que el Estado maliense se viera absolutamente superado ante la ofensiva yihadista lanzada hacia el sur; por otro, y ya en el marco de la Operación Barkhane, los resultados son más difíciles de calibrar: las fuerzas yihadistas no han desaparecido (ni lo van a hacer en el medio plazo) y siguen siendo un elemento importante de inseguridad, especialmente en la mitad septentrional del país, como atestiguan el gran número de ataques registrados en 2013, 2014 y en lo que llevamos de 2015. Ello me lleva a analizar que la intervención francesa puede ser eficaz para una contención del yihadismo, mas si hablamos de su derrota hemos de redirigir el foco hacia otros elementos: la paz en el norte de Mali, la estabilidad gubernamental, cooperación interregional, etc.

P: Ahora mismo, es el Estado Islámico el grupo que copa el interés de los medios de comunicación. ¿Existe presencia de esta organización en Mali?

Mali por el momento parece libre de la amenaza directa del Daesh: se encuentra situado en una especie de pinza, entre la amenaza de Boko Haram, ligado en efecto al Daesh (aunque por el momento parece más una alianza nominal que de capacidades) y diversos grupos que en el norte del continente, en el Magreb, han jurado lealtad a Abu Bakr al-Baghdadi. No hay constancia fehaciente, por tanto, de grupo alguno en Mali que en efecto se mueva bajo la órbita del Daesh. Por el momento, la organización terrorista internacional con mayor presencia en la región es Al Qaeda, a través de AQMI. La permeabilidad de las fronteras son uno de los principales factores de riesgo, sí, mas en este sentido no hay constatación alguna de que ello haya permitido perpetrar ataques en territorio maliense.

P: El grupo argelino Yund al Jilafa ("El Ejército del Califato") ha jurado lealtad a Abu Bakr Al Bagdadi, el líder del ISIS, lo que le convierte en la filial del Estado Islámico en Argelia. ¿Hay evidencias de que este grupo haya operado en Mali?

R: No hay constancia acerca de ello y las informaciones en fuentes abiertas tampoco nos conducen a pensar lo contrario. Dicho grupo se encuentra muy constreñido en el entorno de la Cabilia argelina y, en ese sentido, son más una fuente de peligro para Túnez (por su vínculos con los elementos yihadistas presentes en las regiones montañosas occidentales de este país) que para Mali.

P: ¿Hasta qué punto la permeabilidad de las fronteras saharianas puede haber facilitado la perpetración de operaciones en Mali por parte de otros grupos afines al Estado Islámico, como Yund al Jilafa en Túnez o el Daesh en Libia?

Yund al Jilafa en Túnez se encuentra localizado en las regiones de El Kef y Kasserine [al noroeste del país], y sin capacidad de llevar acciones de mayor magnitud fuera de las fronteras tunecinas. Daesh en Libia, por su parte, está fuertemente entroncado con grupos locales, y es más un receptor de militantes y armas que exportador de yihad fuera de Libia.

P: Aunque un miembro de alto nivel de Al Murabitun juró lealtad al Estado Islámico en mayo, parece ser que el propio Mokhtar Belmokhtar lo desmintió poco después, por lo que hay confusión. ¿Qué se sabe al respecto?

R: La información es confusa. La secuencia de sucesos, a grandes rasgos, es la que usted señala. Siguiendo los datos que tenemos, parece que si se hubiera producido en efecto algún cambio de lealtades, éste se correspondería con algún elemento díscolo de la organización que con una posición propia de Al Murabitun.

P: El Presidente Rajoy ha ofrecido a Francia mayor cooperación en el teatro del Mediterráneo sur como alternativa a implicarse en una eventual participación de la OTAN en una operación militar en Siria. ¿Qué papel puede jugar España en el Sahel, tanto militar como diplomáticamente, respecto a la actividad yihadista?

R: Creo que España habría de desplegar un mayor esfuerzo de cooperación a todos los niveles con Mali y los demás países del entorno saheliano con el fin de reforzar la estabilidad de estos Estados. El yihadismo tiene un caldo de cultivo idóneo allá donde hay corrupción, debilidad institucional, falta de legitimidad gubernamental y problemas sociales, entre otras variables; factores todos presentes, por desgracia, en la región del Sahel.

De ahí que el instrumento militar, a mi juicio, será más eficaz en tareas de "law enforcement" [orden público y cumplimiento de la ley y la justicia], como vienen realizando nuestras Fuerzas Armadas, que en acciones de otra naturaleza. El yihadismo no es un problema que se pueda solventar de una manera rápida, eficaz y definitiva; afirmar lo contrario es falaz, puesto que sus raíces son profundas y ligadas a otros problemas, como afirmaba, como la corrupción o el crimen organizado transnacional. De ahí la necesidad de articular una estrategia diplomática para el largo plazo.

Apenas una semana después de los atentados de París, la toma de 170 rehenes en un hotel de lujo en la capital de Mali a manos de un comando yihadista, que se saldó con un asalto policial, la muerte de los secuestradores y de al menos cuarenta cautivos, vuelve a hacer sonar las alarmas sobre la implantación de organizaciones de este tipo en el Sahel y su capacidad para atacar intereses occidentales en la región. Para arrojar algo de luz, hablamos con Alberto Bueno, investigador del Grupo de Estudios en Seguridad Internacional (GESI) y coordinador del Observatorio de la Actividad Yihadista en el Magreb y el Sahel Occidental, que monitoriza las acciones de estos grupos y las documenta en un boletín mensual.

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