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Desmontando a Cameron: así reaccionará cada país a su órdago antieuropeo
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LANZA SUS EXIGENCIAS PARA SEGUIR EN LA UNIÓN

Desmontando a Cameron: así reaccionará cada país a su órdago antieuropeo

La “gran reforma” que prometió hace dos años se reduce a cuatro puntos relativamente modestos que no sacian el apetito euroescéptico de sus filas. La cuestión migratoria es la que crea más polémica

Foto: David Cameron ofrece un discurso sobre la renegociación sobre la reforma de la Unión Europea en Londres (Efe).
David Cameron ofrece un discurso sobre la renegociación sobre la reforma de la Unión Europea en Londres (Efe).

Antes de mudarse a Downing Street, David Cameron dijo: "No quiero que mi legislatura sea definida por Europa”. Y resulta irónico, porque si hay una cuestión que mejor podrá definir su paso por el número 10, es Europa. El 'premier' ha prometido un referendo sobre la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea (UE). Y su gran éxito o su peor fracaso dependerán de si los ciudadanos votan por salir o quedarse en un bloque que, a día de hoy, ven con recelo. La opinión en la calle es que ellos aportan más de lo que se les ofrece.

Tras años de advertencias y amenazas -fue en enero de 2013 la primera vez que Cameron habló de plebiscito-, este martes finalmente ha explicado las reformas que quiere exigir a Bruselas. El líder 'tory' ha enviado una misiva al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, y ha advertido de que si sus proposiciones "caen en oídos sordos", “no descarta nada”, lo que incluye hacer campaña por la salida.

El problema es que la “gran reforma” que prometió hace tan solo dos años en su discurso de Bloomberg -una intervención que supuso un antes y un después en la materia- se ha reducido ahora a cuatro puntos relativamente modestos que ni siquiera sacian el apetito euroescéptico de sus propias filas.

Nada nuevo. No hay líneas rojas ni nada que se parezca a 'si no conseguimos esto'. Es más, parece estar retrocediendo en sus primeras demandas

Los dos primeros -impulsar el libre comercio y reducir la burocracia y proteger a los países fuera de la zona euro- son, de hecho, cuestiones ampliamente apoyadas en toda la UE. La tercera promesa -evitar una unión cada vez más estrecha- tampoco es tan compleja como Cameron quiere hacer ver. En las conclusiones del Consejo Europeo del año pasado, los líderes del resto de los estados miembros ya reconocieron que debe haber "diferentes caminos en cuanto a la integración para cada país".

Por último, está la cuestión migratoria, la que crea más polémica. Pero en lugar de restringir la libre circulación de personas en toda la UE -asunto que los expertos ya dijeron que era ilegal-, el primer ministro británico ahora simplemente quiere limitar el acceso a los subsidios solo para aquellos comunitarios que lleven más de cuatro años viviendo en el país y pagando impuestos.

No hay nada nuevo”, explica a El Confidencial John Crace, analista político en 'The Guardian'. “En la carta deja claro que solo se están delineando las áreas de negociación. Pero no hay líneas rojas ni nada que se parezca a 'si no conseguimos esto…'. Creo que es solo un texto vago. Dirá luego que ha conseguido lo que se ha propuesto para poder apoyar la campaña a favor de la permanencia”, matiza.

“Es más, parece estar retrocediendo en sus primeras demandas. Con respecto a los inmigrantes y las ayudas estatales, ahora dice que 'esto podría lograrse por otros medios…'. En definitiva, nada de nada”, recalca.

Según el Gobierno, el 43% de los inmigrantes recién llegados de la UE recibe ayudas. Sin embargo, de acuerdo con el Observatorio de Migración de la Universidad de Oxford, solo el 14% reclama lo que es la prioridad de la reforma de Cameron, los llamados 'tax credits' (subsidios para las personas con niños y discapacitados a su cargo y para trabajadores con ingresos mínimos).

Dentro del Partido Conservador, hay muchas otras voces, como la de Lord Lawson -'chancellor' con Thatcher-, que este martes han tachado los cuatro objetivos de “decepcionantemente poco ambiciosos”.

Sin embargo, Vincenzo Scarpetta, analista del influyente 'think-tank' Open Europe, los califica como “importantes y sustanciales”. “Hasta ahora, las negociaciones eran a nivel técnico, pero ahora las demandas se elevan al máximo nivel político, y eso es lo importante”, asegura a este diario. “Cameron tendrá que convencer a otros 27 mandatarios. Todos se muestran partidarios de escuchar. Pero el diablo está en los detalles”, advierte.

Según el experto, España será precisamente uno de los países que se lo pongan más complicado al 'premier'. “A España le une a la UE un lazo emotivo, ya que supuso un símbolo en su recién estrenada democracia. Sin embargo, el Reino Unido entró únicamente por cuestiones económicas. Y eso es un punto de partida muy diferente que hay que tener en cuenta. En España se valora mucho la UE. Ni siquiera partidos como Podemos se han planteado nunca un futuro fuera de la UE”, explica. “Tampoco se puede descartar el asunto de Gibraltar, que podría influir negativamente en las negociaciones”, matiza.

Por otra parte, Scarpetta destaca que “España se encuentra ahora con muchos frentes abiertos”. “Con los problemas económicos, el paro y la situación con Cataluña, el referendo de Cameron no es algo a lo que se vaya a dar prioridad. Aparte que el próximo mes se celebran elecciones generales, por lo que Mariano Rajoy no está en condiciones de hacer ninguna promesa en firme al Reino Unido. Salga quien salga luego, mirará con especial atención el tema de los subsidios porque hay muchos españoles que se han venido a trabajar en los últimos años al Reino Unido”, aclara.

Cambiar las reglas sobre el acceso de los migrantes comunitarios a las ayudas estatales será, según el experto, uno de los retos más difíciles para Cameron. “Angela Merkel apoya la idea, pero también se encuentra gobernando en coalición con los socialdemócratas y tiene que preservar la relación con sus socios en el Ejecutivo”, matiza. “En el caso de Francia, bueno… a priori nunca es fácil empezar una negociación entre un presidente socialista francés y un primer ministro británico conservador”, añade. Lógicamente, los países del Este son los que más problemas pondrán a un cambio en la concesión de subsidios.

En la cuestión relacionada con proteger a los países que están fuera de la eurozona, Scarpetta recalca que Alemania, Francia e Italia están de acuerdo con el principio, pero, “una vez más, el diablo está en los detalles”. “La concesión de una protección especial a la City será ya algo menos probable”, detalla.

Según el estudio publicado por Open Europe, junto con Dinamarca, Irlanda será el país que más facilidades ponga durante la negociación, ya que sería el más afectado en caso de un 'Brexit'. Si el Reino Unido abandonara la UE, el otrora 'tigre celta' podría sufrir una pérdida en su PIB de entre el 1,1% y el 3,1% para el año 2030.

En el extremo opuesto, Bélgica y Luxemburgo podrían estar entre los más difíciles de tratar. “Son países que siguen teniendo una particular visión emocional con la integración europea, y tienden a ver con escepticismo cualquier propuesta que se percibe como ir en la dirección opuesta”, explica Scarpetta. “En cualquier caso, a día de hoy, ningún país se ha mostrado completamente en contra de las reformas. Habrá que esperar para ver si Cameron les convence de que no solo son beneficiosas para el Reino Unido, sino también para el resto del bloque”, matiza.

Antes de mudarse a Downing Street, David Cameron dijo: "No quiero que mi legislatura sea definida por Europa”. Y resulta irónico, porque si hay una cuestión que mejor podrá definir su paso por el número 10, es Europa. El 'premier' ha prometido un referendo sobre la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea (UE). Y su gran éxito o su peor fracaso dependerán de si los ciudadanos votan por salir o quedarse en un bloque que, a día de hoy, ven con recelo. La opinión en la calle es que ellos aportan más de lo que se les ofrece.

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