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El británico condenado a 350 latigazos desata un conflicto diplomático con Arabia Saudí
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LONDRES no puja por UN CONTRATO DE 5,9 MILLONES

El británico condenado a 350 latigazos desata un conflicto diplomático con Arabia Saudí

Llamada de socorro a Cameron. La familia de un británico condenado en Arabia Saudí por tenencia de alcohol ha pedido la intervención del 'premier' para impedir que Karl Andree reciba 350 latigazos

Foto: El británico Karl Andree en una imagen de Facebook (Foto: Facebook).
El británico Karl Andree en una imagen de Facebook (Foto: Facebook).

David Cameron reacciona a la llamada de socorro. La familia de un británico condenado en Arabia Saudí por tenencia de alcohol había pedido la intervención del 'premier' para impedir que Karl Andree reciba 350 latigazos. El hombre, un ejecutivo del sector petrolero de 74 años que actualmente está detenido en la prisión Briman, en Jeddah, será azotado públicamente por romper las estrictas prohibiciones sobre el alcohol, después de que la policía saudí encontrase botellas de vino casero en su coche. Downing Street acaba de anunciar que el Gobierno británico se retira de una puja para un contrato de mantenimiento de prisiones en Arabia Saudí.

La decisión, según publica 'The Guardian', representa una victoria significativa para el secretario de Justicia, Michael Gove, quien había pedido la suspensión del contrato de 5,9 millones de libras. Los intentos de Gove habían chocado frontalmente con la resistencia del propio Cameron y su responsable de Exteriores, Philip Hammond. "Esta puja para proporcionar entrenamiento adicional a Arabia Saudí ha sido revisada y el Gobierno ha decidido que no participará en la licitación. La revisión se ha producido siguiendo la decisión anunciada a comienzos de septiembre de cerrar la rama Just Solutions International del Ministerio de Justicia que proporcionaba algunos de estos servicios", ha dicho un portavoz del primer ministro británico.

El 'premier' también ha escrito a las autoridades saudíes para tratar el "extremadamente preocupante caso" de Karl Andree. Su familia denuncia que el estado de salud del condenado es muy delicado debido a un cáncer y teme que los latigazos le causen la muerte. “Nuestro padre ha entregado 25 años de su vida laboral a Arabia Saudí, y así es como se le trata. Hasta su detención, siempre fue feliz trabajando en un país en el que se sentía a salvo”, señala en un comunicado.

“Tiene 74 años, ha sufrido tres cánceres y su mujer se está muriendo en Reino Unido. Necesita asistencia médica de inmediato para tratar su cáncer y el asma que padece, y no tenemos ninguna duda de que los 350 latigazos le matarán. Imploramos a David Cameron que intervenga personalmente y nos ayude a traer a casa a nuestro padre. El Gobierno saudí solo le escuchará a él”, añade la carta.

El Ministerio de Exteriores británico asegura que el personal de su embajada en Arabia Saudí “continúa” ayudando a Andree, “visitándole regularmente para comprobar su estado de salud y manteniendo un contacto frecuente con su familia y su abogado”. Según el 'Foreign Office', ministros británicos y altos cargos “han tratado el caso de Andree” con el Gobierno saudí y “trabajan activamente para que sea puesto en libertad”.

Los tres hijos del condenado, Hugh (46 años), Kirsten (45) y Simon (33), llevan más de un mes trabajando en la sombra en pos de la liberación de su padre, pero ahora han decidido hacer público su caso. La campaña llega cuando las relaciones diplomáticas entre Reino Unido y Arabia Saudí atraviesan un momento delicado. El nuevo líder laborista, Jeremy Corbyn, aprovechó su discurso durante la conferencia anual de su partido para exigir a Cameron que interceda por el activista saudí Ali Mohamed al-Nimr, condenado a muerte por participar en protestas cuando tenía 17 años.

El joven al que decapitarán por manifestarse

Tenía 17 años cuando cometió el 'crimen': participar en manifestaciones antigubernamentales. Su edad no ha impedido que los jueces del Tribunal Penal Especial y la Corte Suprema de Arabia Saudí hayan ratificado la sentencia de muerte para Ali al-Nimr por acudir a protestas hace cuatro años. Ahora, el activista chií espera a que se ejecute la sentencia, que estipula que será decapitado. Después, su cadáver se exhibirá públicamente.

Entre los 'crímenes' por los que Ali fue condenado figuran "romper la lealtad hacia el líder", "participar en un número de marchas, manifestaciones y reuniones contra el Estado y repetir algunos cánticos contra el Estado". También utilizar un teléfono móvil para incitar a la protesta. Además, ha sido acusado de dar refugio a personas perseguidas por la policía saudí, ayudar a fugitivos a escapar durante redadas de las fuerzas de seguridad y atacar a agentes con cócteles molotov, aunque los abogados de la acusación no han ofrecido detalles claros sobre las supuestas heridas que causaron esas acciones a los agentes. Alí, por su parte, niega todos los cargos; aseguró en el juicio haber hecho las "confesiones" en las que el tribunal basó su sentencia bajo tortura y malos tratos.

Arabia Saudí es uno de los tres países en el mundo que todavía mantienen la pena de muerte para personas que cometieron 'crímenes' cuando eran menores, junto con Sudán e Irán. Por lo tanto, nada ha podido impedir que las autoridades saudíes llevasen a Ali al-Nimr ante su tristemente célebre tribunal antiterrorista, que le sentenció a muerte en mayo de 2014.

Lo cierto es que Riad ha firmado tratados internacionales que prohíben ejecutar a una persona por delitos cometidos cuando tenía menos de 18 años. Sin embargo, bajo el sistema legal saudí, un ciudadano que muestre señales físicas de pubertad puede ser juzgado como si fuera un adulto. En 2013, por ejemplo, Arabia Saudí ejecutó a una empleada del hogar de Sri Lanka de 17 años condenada por "haber asesinado" a un bebé; en marzo del mismo año, aplicó la pena capital a dos saudíes condenados por robo a mano armada antes de que cumpliesen los 18 años.

"El caso de Ali al-Nimr es paradigmático porque tenía 17 años cuando le condenaron a pena de muerte. Su ejecución podría llegar en cualquier momento, depende de una decisión del rey saudí, cuyo país es uno de los grandes verdugos del mundo, junto con China y Estados Unidos. Y es una tendencia al alza, cada vez se ejecuta más. Hubo 90 ejecuciones en 2014 -de las que Amnistía Internacional tiene conocimiento- y la cifra en lo que va de 2105 asciende a 132", explica a El Confidencial Ángel Gonzalo, portavoz de Amnistía Internacional España (AI).

Su ejecución podría llegar en cualquier momento, depende de una decisión del rey saudí, cuyo país es uno de los grandes verdugos del mundo, junto con China y Estados Unidos

Las autoridades saudíes han respondido con medidas de represión contra personas sospechosas de participar en protestas o de apoyarlas y contra quienes expresan opiniones críticas con el Estado. Se ha recluido a manifestantes, sin cargos y en régimen de incomunicación durante días o semanas, y algunos de ellos afirman haber sido torturados o sometidos a malos tratos, denuncia Amnistía Internacional. Casi 20 personas relacionadas con las protestas en la Provincia Oriental han resultado muertas desde 2011, y centenares han sido encarceladas. Muchas de las personas cuyos casos se han llevado a los tribunales han sido imputadas únicamente por participar en manifestaciones.

Los servicios de seguridad saudíes arrestaron a Ali al-Nimr en febrero de 2012 en medio de un levantamiento de la minoría chií en la Provincia Oriental del país. Exigían el fin de la ya antigua discriminación a que les somete el Gobierno y protestaban contra el papel que había jugado Riad en la represión de las protestas pacíficas en Bahréin. Tenía entones 17 años. Según la información recopilada por AI, le llevaron a la prisión de la Dirección General de Investigaciones en Dammaní. No le permitieron ver a su abogado, y asegura haber sido torturado por agentes de la Dirección General de Investigaciones para obligarle a firmar una 'confesión'.

Ali al-Nimr es sobrino de Sheij Nimr Baqir al-Nimr, destacado clérigo chií de Al Awamiyya (localidad de la gobernación de Qatif, en el Este de Arabia Saudí), a quien el Tribunal Penal Especial condenó a muerte el 15 de octubre de 2014.

Las autoridades saudíes han intentado contener las criticas internacionales por el creciente número de ejecuciones en el país. En septiembre, el representante permanente en Naciones Unidas de Arabia Saudí menospreció dichas críticas al afirmar que "protegen los derechos de los asesinos".

David Cameron reacciona a la llamada de socorro. La familia de un británico condenado en Arabia Saudí por tenencia de alcohol había pedido la intervención del 'premier' para impedir que Karl Andree reciba 350 latigazos. El hombre, un ejecutivo del sector petrolero de 74 años que actualmente está detenido en la prisión Briman, en Jeddah, será azotado públicamente por romper las estrictas prohibiciones sobre el alcohol, después de que la policía saudí encontrase botellas de vino casero en su coche. Downing Street acaba de anunciar que el Gobierno británico se retira de una puja para un contrato de mantenimiento de prisiones en Arabia Saudí.

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