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Todo lo que podemos perder si China no se suma al mayor acuerdo comercial
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EL TPP MARCARÁ EL FUTURO DE ASIA-PACÍFICO

Todo lo que podemos perder si China no se suma al mayor acuerdo comercial

China y EEUU compiten por encabezar los acuerdos que marcarán el futuro de Asia-Pacífico. Pekín es uno de los principales socios comerciales de muchos de los firmantes del TPP, incluido Estados Unidos

Foto: Empleados de una fábrica de zapatos en Lishui, en la provincia china de Zhejiang, el 24 de enero de 2013 (Reuters).
Empleados de una fábrica de zapatos en Lishui, en la provincia china de Zhejiang, el 24 de enero de 2013 (Reuters).

Se trata del pacto comercial más ambicioso firmado en años, que se extiende de Malasia a Canadá, pero nadie conoce aún su contenido exacto. Estados Unidos y 11 países más a ambas riberas del Océano Pacífico alcanzaron el pasado lunes un consenso para poner en marcha el Tratado de Asociación Transpacífico (TPP, en sus siglas en inglés), un acuerdo que aglutina el 40% de la economía mundial. El compromiso, conseguido a través de negociaciones a puerta cerrada, tendrá que ser ahora ratificado por los parlamentos de los estados miembros del TPP: Estados Unidos, Japón, Canadá, Nueva Zelanda, Australia, Malasia, Vietnam, México, Perú, Brunei, Chile y Singapur.

De momento, los gobiernos de estos países tendrán que explicar a sus ciudadanos cuáles son las ventajas de formar parte del TPP. Sin embargo, puede que quien preste más atención a la letra pequeña del acuerdo sea China, segunda economía mundial y una potencia clave en Asia, que por ahora no figura entre los firmantes del tratado.

Si China se uniese al sistema en el futuro, sería una gran contribución para nuestra seguridad nacional, la estabilidad regional de la zona Asia-Pacífico y tendría un significativo sentido estratégico”, expuso el primer ministro japonés, Shinzo Abe, poco después de que finalizaran las negociaciones, según recoge la agencia Kyodo.

Pekín no ha descartado una futura incorporación al TPP, pero de momento prefiere mostrarse cauteloso. En una declaración oficial, el Ministerio de Comercio chino afirmó que espera que el nuevo acuerdo “contribuya al comercio, la inversión y el crecimiento económico en la región Asia-Pacífico”.

Ante la idea de una posible adhesión al pacto, el 'Global Times', uno de los periódicos estatales del país, se mostraba más asertivo, y recordaba los importantes lazos comerciales que China tiene con los países que conforman el TPP. “No se trata de una oportunidad que China se pueda perder. Cualquier marco de referencia para el comercio será imperfecto sin la participación de China. No hay nada sobre lo que debamos sentirnos inseguros”, remarcaba una editorial del rotativo.

Cómo perder 40.000 millones de euros

Pese a que muchos analistas valoraron en un principio el TPP como una iniciativa de Washington para contrarrestar la influencia económica de China en Asia Oriental, cada vez más voces piden su inclusión a medio plazo. De hecho, el gigante asiático es uno de los principales socios comerciales de muchos de los países firmantes del nuevo acuerdo, incluido Estados Unidos.

Por lo que respecta a los intereses económicos de EEUU, muchos desean una adhesión de China al TPP porque les preocupa su competitividad en ese mercado

“Por lo que respecta a los intereses económicos estadounidenses, muchos desean una adhesión de China al TPP, debido a que les preocupa su competitividad en ese mercado y esperan poder estar presentes en él en un marco de igualdad”, explica por teléfono Eduardo Pedrosa, secretario general del Consejo de Cooperación Económica del Pacífico, un gabinete estratégico que promueve la integración regional.

A su vez, la economía china también podría perder hasta 46.000 millones de dólares (unos 40.800 millones de euros) hasta 2025 si decide permanecer fuera del TPP, revelaba un estudio reciente. “China ha sido el centro de la cadena de suministros en Asia, pero el nuevo tratado hará que parte de este mercado sea dominado por productos hechos en otros países del TPP. Los principales ganadores serán Vietnam y Malasia en la parte baja [de la cadena de valor] y Japón y Estados Unidos en el extremo superior”, explica Qun Liao, economista jefe del banco chino CITIC.

Un comercio de mayor calidad

Como contrapartida, para adherirse a la nueva cooperación comercial, Pekín tendría que aceptar las reglas marcadas por Washington. El representante de Comercio de Estados Unidos, Michael Froman, defendía en un texto publicado recientemente que la alianza contará con “los estándares más altos” incluidos nunca en un pacto de este tipo, y criticaba abiertamente la ausencia de regulaciones “en la gran mayoría de los acuerdos comerciales de China”.

El presidente norteamericano, Barack Obama, se expresaba en términos similares antes de finalizar las negociaciones, y advertía de que si no se alcanzaba un consenso, “China establecería las normas [comerciales] más ventajosas para sus trabajadores y sus empresas”, recogía Bloomberg. Se espera que el TPP incluya mecanismos para sancionar a aquellos miembros que no cumplan con los parámetros acordados en áreas como la protección del medio ambiente o la regulación del mercado laboral.

“Una posible adhesión de China al TPP aceleraría las reformas que los líderes del país intentan llevar a cabo, y haría que la economía china estuviera más integrada con la del resto del mundo y fuera acorde con los estándares internacionales”, asegura Qun. Desde su llegada al poder hace dos años, los nuevos gobernantes chinos han impulsando un ambicioso plan de reformas, que aspira a convertir el consumo en el principal motor económico del país, promover la calidad y la innovación en su sector manufacturera y seguir liberalizando distintos aspectos de su economía.

Un gran zona de libre comercio para Asia-Pacífico

El TPP no es el único gran proyecto de integración regional que están desarrollando los estados asiáticos. Los 10 países miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático pretenden impulsar un pacto comercial que incluya a China, Japón, Corea del Sur, Australia, Nueva Zelanda e India, conocido como la Asociación Económica Integral Regional (RCEP, en sus siglas en inglés).

Según un estudio recogido por la Brookings Institution, la nueva cooperación comercial generaría hasta 300.000 millones de dólares (266.000 millones de euros) para los estados firmantes del acuerdo. China, que no forma parte del TPP, ha sido uno de los principales impulsores de la iniciativa, y la alianza podría ser sellada antes de que termine 2015. Las conversaciones no incluyen a Estados Unidos.

Pero el objetivo a largo plazo es crear una gran área de libre comercio que aglutine todos los países ribereños del Pacífico. Ya en 1994, los líderes de las 21 economías que conforman el Foro de Cooperación Económica de Asia-Pacífico (APEC, por sus siglas en inglés) establecieron en Bogor, Indonesia, que la región debía contar con un comercio libre y abierto para 2020. El Instituto Peterson para la Economía Internacional calculaba que una zona de libre comercio de estas características podría aportar unas ganancias de entre 1.150 millones y 2.130 millones de euros para sus participantes, según el tipo de pacto que se consiga.

Los expertos confían que el TPP y el RCEP podrán complementarse para alcanzar esta macro-área de libre comercio. “China ha hablado abiertamente de que el TPP y el RCEP unan fuerzas para avanzar hacia lo que es conocido como la Zona de Libre Comercio de Asia-Pacífico”, afirma Pedrosa.

Sin embargo, tanto él como Qun Liao aseguran que el pacto no será inmediato, y que, sin conocer aún los detalles del TPP, muchas incógnitas permanecen abiertas. Pero, de momento, una cosa parece clara: gracias al Tratado de Asociación Transpacífico, Washington ha tomado la batuta en el proceso de integración de la región económica más dinámica del mundo.

Se trata del pacto comercial más ambicioso firmado en años, que se extiende de Malasia a Canadá, pero nadie conoce aún su contenido exacto. Estados Unidos y 11 países más a ambas riberas del Océano Pacífico alcanzaron el pasado lunes un consenso para poner en marcha el Tratado de Asociación Transpacífico (TPP, en sus siglas en inglés), un acuerdo que aglutina el 40% de la economía mundial. El compromiso, conseguido a través de negociaciones a puerta cerrada, tendrá que ser ahora ratificado por los parlamentos de los estados miembros del TPP: Estados Unidos, Japón, Canadá, Nueva Zelanda, Australia, Malasia, Vietnam, México, Perú, Brunei, Chile y Singapur.

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