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Una anciana blanca de Misisipi: el 'retrato robot' del votante de Donald Trump
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no ha hecho ninguna propuesta concreta

Una anciana blanca de Misisipi: el 'retrato robot' del votante de Donald Trump

Seis de cada diez personas mayores de 65 años lo ven con buenos ojos, frente al 20% de los menores de 29. Y el mayor sostén lo tiene en los estados del Sur y entre los blancos.

Foto: Seguidores de Trump en New Hampshire (Reuters).
Seguidores de Trump en New Hampshire (Reuters).

"Donald, eres un pendejo", dice una marca de mezcal en las calles de Nueva York. La robusta silueta del magnate, coronada por su legendaria mata de pelo dorado, luce debajo; hasta las marcas de bebidas alcohólicas aprovechan el tirón de Trump, el icono del éxito deslenguado y kitsch que ha tomado, al asalto, la campaña republicana. Y con ella la actualidad. ¿Cómo lo ha hecho?

"Diría que su atractivo está en que representa el anti-establishment", dice a El Confidencial Amy Walter, editora nacional de la agencia The Cook Political Report. "No tiene miedo a decir lo que se le pasa por la cabeza, no usa un lenguaje político, y aprovecha la frustración que hay entre las filas del partido republicano (…). Muchos de los descontentos serían aquellos que apoyaban al movimiento del Tea Party en 2010 y que han sido marginados por la estructura política tradicional".

Le adoran los votantes más viejos, más sensibles a la inmigración y más incómodos con el cambio demográfico

Desde hace semanas, varias encuestas dan ventaja a Trump sobre el resto de precandidatos republicanos. Según la estimación de The Washington Post y ABC News, la proporción de votantes republicanos que ven al magnate de manera favorable se ha duplicado hasta el 57%. El diario USA Today lo puso a la cabeza de los 16 aspirantes con un 17% de apoyo. La encuesta más reciente, de la NBC News y el Wall Street Journal, le da un 19% frente al 15% del exgobernador de Florida, Jeb Bush.

La agencia YouGov ha sopesado la opinión de los votantes, a favor y en contra, en varios grupos de población. Seis de cada diez personas mayores de 65 años lo ven con buenos ojos, frente al 20% de los menores de 29. El mayor sostén, sin mucho margen, lo tiene en los estados del Sur y entre los blancos. También hay diferencias de género: las mujeres le apoyan más del doble que los hombres.

Apoyos variados

"El respaldo más fuerte le llega de los más conservadores, pero tiene apoyo de diferentes sectores", declara Geoffrey Skelley, analista político de la Universidad de Virginia. “Especialmente de los votantes más viejos, que suelen ser más sensibles a la inmigración y están más incómodos con el rápido cambio demográfico que se vive en EEUU”. Donald Trump inició su campaña diciendo que los inmigrantes mexicanos “están trayendo droga, están trayendo crímenes, y son violadores”.

Skelley matiza que todavía es pronto para llegar a conclusiones. “Muchos candidatos aún no tienen mucha visibilidad. En cambio, Donald Trump es famoso. Si uno descuelga el teléfono y le preguntan a quién votaría, quizás diga '¡Trump!'. También ha tenido un atención mediática increíble; ha logrado tocar la fibra de republicanos que desconfían de quienes llevan mucho en política”.

“Trump ha forzado a los otros candidatos a tomar medidas extremas para intentar conseguir atención”, dice Amy Walter. “No es ajeno a la idea de la frustración y el enfado de los votantes republicanos. Varios candidatos han intentado capitalizar eso: Ted Cruz, Rand Paul... Presentándose como outsiders que desean enfrentarse al sistema, y que no han tenido el éxito de Trump”.

Sus rivales parecen tomar nota: espectáculo. Rand Paul acaba de sacar otro anuncio de campañaen el que propone matar el código fiscal, de 70.000 páginas, con varios métodos: trituradora, motosierra o fuego, con el himno de Estados Unidos sonando de fondo en guitarra eléctrica. Ted Cruz ha irritado a los cargos de su partido llamando mentiroso a Mitch McConnell, líder de la mayoría republicana en el Senado. Mike Huckabee dijo que, gracias al pacto con Irán, el presidente Barack Obama va a "tomar a los israelíes y a llevarlos marchando hasta la puerta del horno".

Un acosador

Trump no sólo corteja el enfado de los votantes, también practica el acoso a sus rivales, como dice Stanton Peele, psicólogo y autor del libro Recover! Stop Thinking Like an Addict: “Si le criticas o estás en desacuerdo con él, o con sus métodos, o le cuestiones de alguna manera, cae sobre ti como una tonelada de ladrillos. Esto ha funcionado con (la presentadora) Rosie O'Donnell y con gente poderosa como (el congresista) Lindsey Graham o John McCain. La gente simplemente desea evitar confrontaciones desagradables, una reticencia que Donald explota con habilidad”.

El magnate minusvaloró la reputación del senador John McCain, héroe nacional que estuvo cinco años encerrado en la prisión norvietnamita de Hoa Loa, en Hanoi, donde se negó varias veces a ser liberado en respeto al código militar: los prisioneros que entran primero, deben salir primero. Cuando el congresista Lindsey Graham le llamó “burro”, Trump respondió dando su número de teléfono en público. El buzón de voz de Graham reventó y éste acabó comprándose un iPhone.

"Por otra parte, cuando le sigues el juego, te recompensa con palabras tranquilizadoras, elogios, y cualquier premio que pueda distribuir (incluidas entrevistas con los medios)", añade Stanton.

El portal satíricoThe Onionecha la culpa no al votante ni al propio Trump, sino al morbo inherente de las audiencias. Enuna carta firmada por un Trump ficticio, The Onion disecciona el escándalo que sabe crear y del que se alimentan los medios. “Admitidlo: vosotros, gente, queréis saber hasta dónde va a llegar esto, ¿verdad?”, dice el título. "Mi campaña acaba de empezar y ya os tengo suplicando por más. Claro, podéis decir que os oponéis a mí o que no me tomáis en serio. Pero dejadme que os pregunte: ¿Cuántos artículos habéis leído últimamente sobre Ted Cruz?".

Rivales

Hasta ahora, Donald Trump no ha hecho ninguna propuesta concreta, ni anuncio de campaña, ni tampoco ha tenido jamás cargo público de ningún tipo. Ninguno de los analistas consultados considera posible que Trump obtenga la nominación republicana, ni mucho menos la presidencia.

Según la misma encuesta de The Washington Post y ABC News, el 61% de los norteamericanos nunca votarían por él. El 39% restante, quienes no descartan votar por Trump, es insuficiente para llevarle a la Casa Blanca. La vez que un presidente fue elegido con el menor porcentaje de votos fue Bill Clinton en 1992: un 43%. Entre otras razones, porque tenía dos rivales: el republicano George H. W. Bush y el independiente Ross Perot.

Si no tiene posibilidades de ganar, ni experiencia pública, y sus comentarios le están costando negocios como el concurso de Miss América, cancelado por la NBC, o la línea de ropa que ya no vende Macy's, ¿por qué meterse en la carrera presidencial? "No puedes usar una lógica tradicional cuando miras a Trump", concluye Amy Walter. "No tengo ni idea de cuál es su objetivo ni de qué quiere hacer; nadie lo sabe. No tiene ninguna visión ni proyecto; no hay ninguna consistencia".

“Me temo que no tengo una buena respuesta”, añade Geoffrey Skelley. "Tiene 69 años y quizás sienta que sea el momento de hablar sobre lo que le preocupa. Él es millonario; puede costear su propia campaña. Quizás se aburra y disfrute el proceso. Se ha vuelto más famoso que nunca".

"Donald, eres un pendejo", dice una marca de mezcal en las calles de Nueva York. La robusta silueta del magnate, coronada por su legendaria mata de pelo dorado, luce debajo; hasta las marcas de bebidas alcohólicas aprovechan el tirón de Trump, el icono del éxito deslenguado y kitsch que ha tomado, al asalto, la campaña republicana. Y con ella la actualidad. ¿Cómo lo ha hecho?

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