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La tensión se eleva en Atenas: “Syriza va a instaurar un régimen bolivariano”
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dentro de la manifestación de LA CAPITAL

La tensión se eleva en Atenas: “Syriza va a instaurar un régimen bolivariano”

Estar en el metro de Atenas no sería nada fácil para Juncker o Dijsselbloem. El ambiente en la capital es tenso: rostros más tristes de lo normal en los vagones de la línea que lleva a la gran manifestación

Foto: Un manifestante durante la protesta contra las medidas de austeridad celebrada el 29 de junio en Atenas (Reuters).
Un manifestante durante la protesta contra las medidas de austeridad celebrada el 29 de junio en Atenas (Reuters).

Estar en el metro de Atenas estos días no sería nada fácil para Juncker o Dijsselbloem. El ambiente en la capital tras el corralito es tenso: rostros más tristes de lo normal en los vagones de la línea 3, que atraviesa de oeste a este la ciudad y es una de las principales vías para llegar al centro. En una estación una pareja de ancianos entra en el vagón con cara de pocos amigos. Todo se debe a una disputa conyugal, aunque a él se le pasa pronto. En la siguiente parada se monta un hombre de unos cuarenta años con una camiseta azul, bermudas y barba rala. Un pequeño comentario casi inaudible a su pareja y el jubilado desencadena una discusión espontánea que acaba involucrando a varios desconocidos. Es, lógicamente, sobre política y el corralito.

El hombre en la cuarentena es votante de Syriza y, por supuesto, defensor de la convocatoria del referéndum y de votar ‘no’. “Nos dicen que tenemos que ser como Irlanda, que ellos han salido de la crisis… Nosotros lo que queremos elegir nuestro futuro”, dice al hombre más mayor, “que no nos obliguen a recortar y recortar”. Este le responde sardónico: “A ver si nos vamos a convertir en Turquía”, en referencia a una posible salida de la moneda única. “Tenemos que darles el gran no”, zanja el primero.

El ‘gran no’ no es una expresión cualquiera, tiene una especial significación en el imaginario griego. La festividad del 28 de octubre recuerda el ‘no’ pronunciado por el dictador Metaxás a las tropas italianas, que pidieron paso franco en Grecia durante la Segunda Guerra Mundial. Grecia ganó… solo para ser conquistada por los nazis pocos meses después. Pero ahora esta festividad desideologizada se usa para resaltar las virtudes de resistencia del pueblo heleno.

En el referéndum del 5 de julio Syriza pide, precisamente, ese gran ‘no’. El anciano responde al votante de izquierda radical en ese vagón de metro convertido en ágora: “Ya sabes cómo terminó Metaxás”: derrotado. No obstante la postura de los de Tsipras obtiene la mayor parte de los apoyos en ese club de debate improvisado. “¿No está harto de que nos humillen?”, le espeta una mujer; “yo desde luego creo que ya basta”. Llega la parada de Syntagma.

En la plaza del Parlamento está organizada precisamente una multitudinaria manifestación y demostración de fuerza de los partidarios autodenominados contra la austeridad. Se ven grandes 'noes' por todas partes. En un ambiente festivo, la plaza se va llenando de jóvenes y mayores, padres con sus hijos, gente de todas las edades... “Es hora de decirle basta a la troika y a Bruselas”, comenta un miembro de las juventudes de Syriza. A otro, votante también de Tsipras, le preguntamos por el corralito: “Yo con 60 euros al día tengo bastante”. No sabe, dice, qué tipo de personas estarán preocupadas por no poder sacar más, refiriéndose claramente a los más pudientes de la sociedad helena. No cree, sin embargo, que Grecia termine saliendo del euro.

La limitación de capitales puede resultar banal para este votante, pero ha afectado especialmente a los jubilados, que cobraban este lunes su pensión y esperaban, al parecer desinformados, a que abrieran las sucursales mientras veían como lo hacían los cajeros a mediodía. Incluso el Gobierno había anunciado que se abrirían algunas sucursales a partir de las cuatro de la tarde para que los que no tuvieran tarjeta -una gran parte de los jubilados en Grecia- pudieran retirar su pensión. Algo que finalmente no ha sucedido y que ha tenido a muchos esperando horas en vano.

“Yo me voy”, nos decía uno, “llevo desde las dos de la tarde esperando”. Pocos minutos después de alejarse con su café freddo en la mano, se supo que finalmente el Gobierno dejará que el jueves algunas abran ventanillas para que acudan a recoger la pensión. Eso sí, con una limitación de retirada de 240 euros.

"Van a instaurar régimen bolivariano"

Algunos piden que el corralito reduzca la retirada de líquido a los 20 euros por día para evitar que los bancos se queden sin líquido ante la limitación de la ayuda del BCE. En la manifestación por el ‘no’ la música sigue sonando ruidosa mientras cae la noche sobre la capital. En un café cercano un votante tradicional de derecha me explica que está muy preocupado: “Van a instaurar una nueva Junta (nombre del órgano rector de la dictadura de los 70) o un régimen bolivariano”, me dice, cigarro tras otro. “No voté a Samarás en las últimas elecciones, pero después de lo que está pasando, volveré a votarle”. La sociedad helena está cada vez más dividida, lo que no impide que el apoyo a Alexis Tsipras crezca. El gran problema es que los que no le sigan estarán frontalmente contra él.

Apenas unos minutos después de que el primer ministro termine su entrevista en la televisión pública ERT pregunto en caliente a un compañero periodista heleno que me dice, no sin sorna: “Finalmente Tsipras ha dicho algo claro sobre el referéndum: que si sale 'sí' se marcha. Y ya es algo”.

Estar en el metro de Atenas estos días no sería nada fácil para Juncker o Dijsselbloem. El ambiente en la capital tras el corralito es tenso: rostros más tristes de lo normal en los vagones de la línea 3, que atraviesa de oeste a este la ciudad y es una de las principales vías para llegar al centro. En una estación una pareja de ancianos entra en el vagón con cara de pocos amigos. Todo se debe a una disputa conyugal, aunque a él se le pasa pronto. En la siguiente parada se monta un hombre de unos cuarenta años con una camiseta azul, bermudas y barba rala. Un pequeño comentario casi inaudible a su pareja y el jubilado desencadena una discusión espontánea que acaba involucrando a varios desconocidos. Es, lógicamente, sobre política y el corralito.

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