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Varufakis y sus “mentiras” sobre Riga
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ATENAS, EN LA RECTA FINAL: ACUERDO O IMPAGO

Varufakis y sus “mentiras” sobre Riga

Yanis Varufakis se sitúa de nuevo en el ojo del huracán después de reconocer que grabó las conversaciones en la reunión del Eurogrupo celebrado hace un mes en Riga

Foto: El ministro griego de Finanzas, Yanis Varufakis, durante una conferencia en Atenas, el 19 de mayo de 2015 (Reuters).
El ministro griego de Finanzas, Yanis Varufakis, durante una conferencia en Atenas, el 19 de mayo de 2015 (Reuters).

Yanis Varufakis se sitúa de nuevo en el ojo del huracán. Después de que el ministro de Finanzas griego haya reconocido que grabó las conversaciones en la reunión del Eurogrupo celebrado hace un mes en Riga, el portavoz del Gobierno heleno, Gavriil Sakelaridis, se ha visto obligado a salir en su defensa y a manifestar el apoyo del Gobierno de Syriza a su ministro estrella. Todo ello ahora que Grecia entra esta semana en una etapa crítica de sus negociaciones con los acreedores, pues si bien el pago de pensiones y salarios a finales de mes parecen garantizado, no así todas las obligaciones que debe afrontar en junio.

"Varufakis tiene el apoyo completo del primer ministro y del Gobierno", afirmó Sakelaridis en la rueda de prensa bisemanal. En un artículo publicado la semana pasada en New York Times Magazine, Varufakis aparecía citado explicando que había grabado las reuniones del Eurogrupo del 24 de abril en Riga, aunque añadía que no podía mostrarlas por cuestiones de confidencialidad. El jueves pasado, al ser preguntado sobre la veracidad de la información publicada en New York Times Magazine, Varufakis respondió "mentiras, mentiras, mentiras".

Sin embargo, este domingo publicó una entrada en su blog personal titulada La verdad sobre Riga, en la que se desdice de su acusación y admite la existencia de las grabaciones. "A menudo grabo mis intervenciones y respuestas en mi teléfono móvil, especialmente cuando las improviso", señaló. Varufakis apuntó que su propósito era informar con las "frases exactas" al primer ministro, al equipo de Gobierno y al Parlamento.

"Hice lo mismo en el Eurogrupo de Riga y, más tarde, ya en Atenas, usé esa grabación para trabajar en el informe que daría a mis colegas", concluyó. Asimismo, Varufakis aseguró que durante los siguientes días y semanas se mantuvo firme "en contra del torrente de mentiras que fluyeron como en una alcantarilla fuera de control", y decidió no divulgar nada de lo que se había dicho en la reunión, ni siquiera publicar los textos de sus propias intervenciones.

El asunto levantó una gran polémica e incluso el periódico financiero alemán Handelsblatt publicó un artículo que usaba el término "Riga Gate" e instaba al ministro a dimitir en el caso de que hubiera realizado esas grabaciones. En un comunicado de respuesta, emitido antes de reconocer la existencia de las grabaciones, Varufakis insistió en su respeto por la confidencialidad de la reunión.

"Mi respeto por la confidencialidad de mis conversaciones con mis socios, con mis compañeros, con las instituciones, es ejemplar y creo que es conocida y comprendida por todo el mundo", afirmó.

Atenas entra en la recta final: acuerdo o impago

Grecia entra esta semana en una etapa crítica de sus negociaciones con los acreedores. Sakelaridis aseguró este lunes que el pago de salarios y pensiones a finales de mes "no se cuestiona", pero no fue tan tajante en lo que se refiere a la devolución de créditos en junio, cuando Grecia debe pagar al Fondo Monetario Internacional (FMI) 1.600 millones de euros en varios tramos.

Sakelaridis aseguró que el Gobierno "quiere ser puntual" con sus obligaciones, tanto en las domésticas como en las exteriores, "tomando en cuenta los problemas de liquidez que existen", pero añadió que Grecia pagará "en la medida en que estemos en condiciones" de hacerlo. Además, recordó que hasta ahora el país ha cumplido todos sus compromisos "mientras no percibe lo que le deben", en alusión a que el pago de un tramo del segundo rescate, por valor de 7.200 millones de euros, está congelado de facto desde agosto del año pasado.

El portavoz rechazó la posibilidad de que Grecia pida al FMI abonar todas las cuotas que vencen en junio en un solo tramo, es decir, dejar pendiente la primera cuota para cuando se haya firmado un acuerdo y logrado un desembolso parcial o total del rescate. Teniendo en cuenta que el primer pago al FMI, por un total de 300 millones de euros, se plantea ya el 5 de junio, la urgencia de alcanzar un acuerdo con las instituciones (Comisión Europea, Banco Central Europeo y FMI) se hace aún más patente.<

Como ya ha venido haciendo en semanas anteriores, también este lunes Sakelaridis habló de un acuerdo inmediato, "no en cuestión de horas", pero si "hasta finales de mes o principios de junio". Al mismo tiempo, sin embargo reconoció que sigue habiendo diferencias con los socios en los asuntos más espinosos, como es la reforma del IVA, los superávit primarios, o en materia laboral y de salarios y pensiones.

El Gobierno de Alexis Tsipras obtuvo este fin de semana el respaldo del comité central de Syriza para seguir negociando, aunque el partido le dejó claro que no aceptará ningún acuerdo que constituya un programa de ajuste a la vieja usanza, es decir, con imposiciones que vengan de afuera. El comité central decidió además, en una moción apoyada por unanimidad, que ante la duda de tener que pagar al FMI o a funcionarios y pensionistas, la decisión debe recaer en los segundos.

Esta moción algo más suave acabó ganando a otra presentada por el ala más radical del partido, en la que se pedía al Ejecutivo de Alexis Tsipras no pagar el próximo tramo al FMI si los acreedores continuaban con sus "tácticas coercitivas". El hecho, sin embargo, que esta propuesta obtuviera 75 votos a favor (95 en contra) pone de manifiesto lo muy atadas que tiene Tsipras las manos a la hora de negociar.

Sakelaridis insistió este lunes en que el objetivo del Gobierno es alcanzar un acuerdo sostenible para Grecia, que incluya las cuatro ideas planteadas por Tsipras en las últimas semanas. El primer ministro se ha alejado de la idea inicial de ir firmando pequeños acuerdos por etapas, sino que pide un amplio pacto que se base sobre cuatro pilares: déficit primarios bajos, un plan de inversiones que promueva el crecimiento, la reestructuración de la deuda y medidas que no aumenten la recesión, como podrían ser nuevas bajadas de salarios y pensiones.

Este martes está previsto que se reanuden las conversaciones de Grecia las instituciones en el denominado Grupo de Bruselas. Atenas acude a estas negociaciones manteniendo como líneas rojas su negativa a la bajada de salarios y pensiones, así como a una mayor desregulación del mercado de trabajo.

Pero además, sigue habiendo claras diferencias en cuanto a la reforma del régimen del IVA: el Gobierno quiere modificar los tipos actuales, pero mantener tres tasas (7%, 14%, y 22% o 23%), mientras que los socios quieren solo dos (10% y 23%). Por otro lado, según informaciones del diario Proto Thema, Atenas ha reducido además sus pretensiones de poder alcanzar un superávit primario de entre el 1,2 % y el 1,4 % este año, y tan solo ve factible un 0,8 %. El objetivo inicial firmado en el segundo rescate hablaba de un superávit primario (que excluye el pago de intereses) del 3%.

Yanis Varufakis se sitúa de nuevo en el ojo del huracán. Después de que el ministro de Finanzas griego haya reconocido que grabó las conversaciones en la reunión del Eurogrupo celebrado hace un mes en Riga, el portavoz del Gobierno heleno, Gavriil Sakelaridis, se ha visto obligado a salir en su defensa y a manifestar el apoyo del Gobierno de Syriza a su ministro estrella. Todo ello ahora que Grecia entra esta semana en una etapa crítica de sus negociaciones con los acreedores, pues si bien el pago de pensiones y salarios a finales de mes parecen garantizado, no así todas las obligaciones que debe afrontar en junio.

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