Es noticia
Cerveza Cameron "delicada" y charlas sobre mansiones: así se vive la campaña británica
  1. Mundo
24 horas para las elecciones más reñidas

Cerveza Cameron "delicada" y charlas sobre mansiones: así se vive la campaña británica

Si uno quiere sumergirse en el verdadero debate político tiene que ir a las llamadas “circunscripciones marginales”, aquellas en las que ni laboristas ni conservadores tiene asegurado el voto

Ni pancartas, ni grandes fotografías de David Cameron o Ed Miliband colgadas en cada farola, ni tan siquiera un coche con las ventanas bajadas para que el himno del partido se escuche con el volumen a su máxima capacidad. Nada, ninguna señal. Los turistas que pasean estos días por las arterias de las principales ciudades británicas son ajenos a la cita electoral a la que mañana se enfrentan los británicos. Se tratade los comicios más inciertos de las últimas décadas, pero si uno quiere sumergirse en el debate político tiene que ir a las llamadas “circunscripciones marginales”, aquellas en las que ni laboristas ni conservadores tienen asegurado el voto.

Es en estos distritos donde las últimas horas de campaña son feroces. Los voluntarios llegan a visitar puerta por puerta a los vecinos hasta en tres ocasiones. Porque en el Reino Unido, el complejo sistema electoral obliga a cada candidato a ganarse la confianza de los vecinos que luego va representar en la Cámara de los Comunes. Aquí no hay listas de partido.

En la circunscripción de Brentford and Isleworth, al suroeste de Londres, la tory Mary Macleod ganó en 2010 por tan sólo un puñado de votos. La laborista Ruth Cadbury aspira ahora a quitarle el escaño aunque Richard Hendron, el joven candidato del UKIP, se ha colocado algunas semanas por delante en los sondeos. El abogado de 34 años –antes agente de Policía–charlaba ayer animadamente con todo aquel que salía del supermercado.

“¡Racista, vete de aquí!”

“Hoy la cosa está tranquila”, asegura a El Confidencial. La aclaración viene porque a principios de semana, mientras hacía campaña, fue rodeado por un grupo de vecinos que empezaron a gritarle “racista, vete de aquí”.

“No somos racistas. No tenemos nada en contra de los inmigrantes. Lo único que queremos es que las cifras vuelvan a su normalidad y sólo abandonando la Unión Europea podremos recuperar el control de nuestras fronteras”. El speech no es lo único que ha copiado de Nigel Farage, líder del UKIP. Con cerveza en mano y polo de marca podría parecer hasta su miniclón.

Además, al igual que Farage, Hendron también perteneció anteriormente al Partido Conservador. Cortó su relación hace dos años porque “los tories se han ido alejando de sus políticas” y el primer ministro le ha defraudado, aunque en los últimos meses haya endurecido las medidas con la inmigración.

“Soy rumano. Por eso voto a los conservadores”

Entre otras cosas, el premier quiere expulsar a todo extranjero que un plazo de seis meses no consiga trabajo. Y es por este tipo de políticas por las que Aurel, trabajador en la construcción, le va a dar su voto. Nada que extrañar si no fuera por el hecho de que Aurel es rumano. “Pues precisamente por eso. Yo lo siento mucho, pero hay que ser claros. Y cuantos más vengan, más difícil lo tengo para encontrar trabajo. Además, los salarios serían más bajos porque habría más gente dispuesta a hacer mi curro”, señala.

Por su parte, Peter, publicista de 43, va a votar a los tories pero por cuestiones muy diferentes. “Yo votaba a los conservadores hasta que vino Tony Blair y me convenció con el Nuevo Laborismo. Pero ahora si gana Ed Miliband ha prometido subir los impuestos a las casas de más de 2 millones de libras (2,7 millones de euros). Sé que en España esto no se va a entender, pero, francamente, en esta zona estos son los precios normales para las viviendas de familias de clase media”, añade. Echando un vistazo a los anuncios que muestran las ventanas de las inmobiliarias –aquí hay tantas como setas en el campo–uno confirma que Peter no miente.

El problema de la vivienda es un auténtico quebradero de cabeza para los jóvenes que quieren emanciparse y solo encuentran en la fórmula del alquiler la única vía de escape. Pero en la terraza del pub, la vida se ve de otra manera cuando hace sol (estrella no asegurada en las islas en el mes de mayo).

Miedo en la City: “Perdemos gane quien gane”

Los restauradores sacan su provecho del clima electoral y no dudan en adornar la barra con las caras de los políticos, tanto los nuevos como los viejos, porque Gordon Brown es uno de los protagonistas. El antiguo premier está en uno de los grifos de cerveza bajo el lema: “¿Tu ronda? Ya pensaba que iba a tener que forzarte”. Junto a él, Nick Clegg: “¿No sabes por cuál decidirte? Yo tampoco”. Por último, la caricatura de Cameron: “Tan suave… que no hace falta retoques”.

Falta Miliband, pero ya está ahí Margot para apoyar a su líder. No queda muy claro si por cachondeo o por convicción, pero la joven lleva la chapa del Milifandom, un club de fans del líder de la oposición que se hacen llamar milibanders. Si One Direction o Justin Bieber pueden tener el suyo, ¿por qué no iba a poder “Ed el Rojo”?. “Todo lo empezó, por hacer la gracia, una chica por Twitter. Pero la cosa ha ido creciendo. La verdad es que no seguía mucho la política, pero ahora que le he visto en los debates creo que lo ha hecho muy bien. No es el más guapo del mundo, pero al menos no es pijo”, dice.

En las casas de apuestas, Miliband está a 4/6 frente a Cameron (6/5) y Farage (100/1). El empleado me explica desde la ventanilla que en el Reino Unido “se apuesta por todo”, pero confiesa que vio “más ambiente en la sala con los nombres de la princesa de Cambridge que con las elecciones”.

En la City, hay más preocupación que otra cosa. “Francamente, vamos a perder salga quien salga –explica un cityboy–. Si gana Miliband volvemos a la austeridad, sube la deuda, la libra cae. Si gana Cameron, habrá referéndum sobre la permanencia en la Unión Europea… así que la libra cae. Si preguntas a todos los que pasan por aquí te van a responder lo mismo. ¿Por qué ahora? Justo cuando la economía empezaba a creer tenemos estas elecciones. Todo el mundo sabe que va a salir un parlamento sin mayorías, así que las semanas que nos quedan por delante van a ser caóticas”.

Ni pancartas, ni grandes fotografías de David Cameron o Ed Miliband colgadas en cada farola, ni tan siquiera un coche con las ventanas bajadas para que el himno del partido se escuche con el volumen a su máxima capacidad. Nada, ninguna señal. Los turistas que pasean estos días por las arterias de las principales ciudades británicas son ajenos a la cita electoral a la que mañana se enfrentan los británicos. Se tratade los comicios más inciertos de las últimas décadas, pero si uno quiere sumergirse en el debate político tiene que ir a las llamadas “circunscripciones marginales”, aquellas en las que ni laboristas ni conservadores tienen asegurado el voto.

Reino Unido Ed Miliband Nick Clegg Nigel Farage
El redactor recomienda